Parte 12: Astucia (3)

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Las olas cantaban una triste melodía, el cielo oscuro ocultaba la luz de una fría luna

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Las olas cantaban una triste melodía, el cielo oscuro ocultaba la luz de una fría luna. El barco se movía levemente de estribor a babor.

Anne y Jack son interrumpidos por las palabras del timonel que decían- Señor, creo que se aproxima una tormenta...-

Antes de que el timonel Fernando continuara su conversación, Anne preocupada, le interrumpe, dando la siguiente información, mientras miraba las oscuras nuves desde el camarote del Capitán- Teniente se equivoca. No es una tormenta normal, siguiendo nuestro hemisferio, y como están comenzando a moverse las olas se mueven de agitadas, creo que... es un huracán-

- ¡Bastardo! –grita enfurecido Jack quien aún se dolía de su herida en la espalda- Woodes lo tenías previsto. ¡Claro! - se sobresalta- Por esa razón es que no nos topamos con los buques que protegen la costa de Nassau-

- No podemos ir a Cayo Hueso. El huracán irá en esa trayectoría- informa Anne. Se dirige hacia la mesa de cartografía y empieza a buscar un punto donde fijar una nueva trayectoría más segura.

(Anne desde muy pequeña fue educada severamente. Tanto en la escuela o en su mismo hogar resibía la tutoría de su padre William Cormarc. Junto a sus asignaturas más comunes se encontraba la Geografía, una de hecho su asignatura favorita. Gracias a esto sacó su oportuna experiencia en mapas, trayectorías y estudio del comportamiento del mar. Sin duda la tripulación tenía a su disposición a un diamante bien púlido que nunca había sido presentado como era debido)

Rompe fuerte y repentinamente a llover y un viento voraz golpea a los dos barcos (Al ¨Revenge¨ y al balandro que habían robado). Mientras Anne esta creando su trayectoría, Jack ordena al timonel ir a controlar el timón mientras que él se pone una chaqueta para cubrir su herida y sale del camarote. Se oyen las fuertes olas contra los cascos, fuertes gritos de ambos barcos cubren las cubiertas:

¡Acorten las velas!

¡El hasta principal... la protección de barlovento!

¡Cuidado...!

¡Amarren fuertemente los cañones...!

Anne desde el camarote muy nerviosa encuentra hacia donde ir. Existían dos rutas que los sacarían del problema. Anne ahora quiere chequear en que que dirección van, pues las fuertes olas ya había desviado su rumbo.

Anne necesitaba una brújula y empieza a revisar por todos lados de la mesa, pero no encuentra ninguna.

- ¡¿Dónde esta ahora?!- pregunta muy nerviosa Anne refiriéndose a la brújula- ¡Estaba justo aquí a mi lado!-

Anne sin encontrar ninguna brújula a su alcance sale fugazmente del camarote. Ella solo necesitaba este objeto, de seguro Jack sabía de algo. Anne no sabía que hacer, necesitaba ayuda, un refuerzo. Lo único que conocía es que existía aún la esperanza de salir de ese feróz huracán.

 Lo único que conocía es que existía aún la esperanza de salir de ese feróz huracán

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Anne BonnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora