Parte 10: Astucia

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Luego del desastre ocurrido en casa de Los Contreras hubo un gran juicio

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Luego del desastre ocurrido en casa de Los Contreras hubo un gran juicio. En la Corte de León, corte española, habían miles de personas molestas o más bien felices, en euforia. Tantas eran las personas en aquella corte que muchos al no poder entrar escuchaban los juicios detrás de las ventanas de cristal. Esta vez el juicio era por fraude. El fraude cometido nada más y nada menos que a la Corona Real.

Un juez entre escribas alza su mano para sonar el mazo y callar a aquella muchedumbre, que más que personas parecían cotorras. Luego del juez dar silencio detrás de un: ¨¡Orden! ¡Orden en la sala!¨, la sala queda totalmente calmada.

El juez ya pudiendo hablar dice- Señores hoy estamos para dar juicio al fraude contra la Corona Real Española cometido por el matrimonio de Doña Eliza y Estaban Contreras- Dirigiéndose a este matromonio- ¿Teneis algo que decir en su defensa?-

El señor Contreras atrapado entre cadenas que le raspaban su antemado, se queja un poco y mirando al juez con miedo responde- Señoría, no era nuestra intención llegar a esto... Nosotros solo queríamos dar lujo de nuestras riquezas, no sabemos por qué...-

- ¡Silencio!- Dice el juez con voz firme- Ustedes sabeis bien porque sois juzgados. Mintieron acerca del tesoro de Cortés y ensima justificaron que parte de este oro iría a la realeza. Ustedes estaban usando el nombre de la corona para sus jueguesitos. ¡Con la Corona no hay gracia!-

La multitud del lugar empieza de nuevo a murmurar, la corte parecía otra vez un gallinero. Por esto el juez da de nuevo silencio con unos cuantos mazasos.

El señor Contreras después del regaño aún trata de hablar, pero el juez lo vuelve a callar y ahora se dirige hacia el jurado- Bien, los testigos de la banca. Tienen la palabra-

Uno de esos testigos se levanta y dice al juez sin titubear- Señoría, cuando revisamos la casa de Los Contrras descubrimos que sus cofres estaban vacios-

El señor Contreras a esto salta y grita- ¡Esos fueron los piratas! ¡Los piratas robaron nuestro oro! Ellos...-

El señor Contreras es interrumpido por otra persona, pero esta vez era el segundo testigo que cubría su mano con unas vendas blancas y se sujetaba de una muleta. Ese hombre se levanto de su asiento y con una voz un poco fatigada dice- Los piratas provocaron el insendio- Se dirige hacia todos en el jurado- Señores, ellos me hicieron todo esto (Se refiere a todas las heridas en su cuerpo) Ellos sin duda les gusta el oro, pero de ese lugar no sacaron nada...-

- ¡Lo ve Señoría!- Salta el otro testigo interrumpiendo el dicurso de su acompañante- Los señores Contreras tenían miles de deudas y encima en bancarrota-

- ¿En bancarrota dice usted?- pregunta el juez.

- En banacrrora, mi Señoría- responde ese testigo.

La multitud del lugar empieza a formar escándalo. Una mujer que estaba allí presente, grita- ¡Llévenlos a la horca!-

- ¡A la horca con ellos!- Un hombre de la multitud grita.

Anne BonnyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora