Un viaje por desolación de una adolescente

Selwyn

Nova Crystal Selwyn
"Nia y yo somos inseparables desde la cuna, somos como el Yin y el yang, el sol y la luna. El día y la noche. Dos polos opuestos que nos complementamos y no podemos funcionar sin la otra"
[Interpretada por Crystal Reed]

Narra Nova:

Después de que Nia se presente y muestre los recuerdos además de contar parte de nuestra historia pude ver como muchos de los de mi generación me miraban con pena y arrepentidos de haberme juzgado de primera.

Pero ya no me importaba, una niña de cinco años que lo único que hizo fue haber nacido en la familia equivocada solo buscaba amor. Y recibió sonrisas falsas por la cara y murmullos y miradas de desconfianza por la espalda.

Los entendía, pero no podía perdonarlos por juzgarne sin conocerme. Ni a mi ni a Nia. Con un poco de suerte en el futuro cambiarán las cosas y seremos hijas biológicas de mi madre adoptiva. Y no tendremos que pasar por aquel infierno de la aceptación en una nueva familia muy numerosa. Otra persona que había sido un amor con nosotras desde el primer momento fue mi madrina, la tía Alma.

Me subí al escenario todavía recibiendo las miradas de mis compañeros y me saqué la molesta túnica que tanto calor daba. Rosebud no había pensado que estabamos en pleno verano cuando las había conjurado. Hace poco me había cortado el pelo por arriba de los hombros, dejandomelo muy corto y reluciendo mis ojos avellanas. Llevaba puesta una musculosa negra, unos shorts de jean y unas chatitas.

—Debo suponer que vos sos mi otra hija ¿no?—preguntó mi madre, a lo que yo sonreí.

—Estás en lo correcto mamá, yo me llamo Nova Crystal Selwyn. Hija biológica del señor Selwin, a quién no considero mi padre por lo que ya exllicó Nia—dije y mi mejor amiga me mandó un beso—. Mi madre biológica es Euphemia Rowle y la de Nia es Alecto.

—No puedo creer que tenés algo que ver con la bruja esa—escuché que Lilu le decía a Nia.

—Ni yo Lils, ni yo—le respondió con horror.

—A diferencia de mi hermana, y como mi madre yo fui a Ravenclaw—vi como mi casa y familia aplaudían.

Y también vi el orgullo en los ojos de mi abuelo Severus. Y supe que las cosas iban cambiando para bien, nunca lo había visto orgulloso de mi.

—Tengo dos madrinas, y ellas son la hermana menor de mi padre y la tía Alma—dije con una sonrisa.

—Muchas gracias, Sof—vi como le gritaba mi madrina a mi madre desde la mesa de Gryffindor.

—Soy el yang de Nia, yo amo las bromas y fui a Ravenclaw por mi inteligencia para zafar de los castigos y los profesores—me reí, haciendo que mi madrina aplauda orgullosa al igual que lo hizo Lilliane—. Solo me gusta vuelo, y soy cazadora en el equipo de mi casa.

Vi como los aficionados al deporte, sobre todo Oliver Wood, aplaudían.

—De grande quiero jugar profesionalmente o encargarme de alguna sucursal en el extranjero de una tienda de bromas—dije encogiendome de hombros.

No diría que tienda, eso lo dirían o Fred o Roxane.

—Mi mejor amiga es Nia y mi mejor amigo no se presentó, pero es Hugo—dije con una sonrisa de lado—. Me llevo bastante bien con los hijos de mi madrina y ahora mi recuerdo.

Nova, Nia, el matrimonio y las dos niñas mayores bajan del auto frente a una lujosa mansión. 

—Bienvenidos a su nuevo hogar—dijo Sofía abriendo las puertas—. Amy, Nessie. Ayuden a las chicas con el resto del equipaje y enseñenle sus habitaciones. Después del almuerzo iremos a comprar cosas para sus habitaciones.

Las dos chicas asintieron y guiaron a las niñas escaleras arriba y se pararon frente a dos puertas enfrentadas. Una decía "Nia" y otra "Nova". Ambas niñas entraron y se encontraron con una cama y un escritorio. Pero sobre la cama muchos globos y unos regalos y en la pared colgaba un cartel que decía "Bienvenida Nova" y en la habitación de Nia lo mismo.

—Espero que les guste—dijo Amy cuándo las chicas volvieron al pasillo—, no le queríamos poner nada más para que las decoren a su gusto. La comida va a estar en quince minutos.

Cambia la escena y se ve a la familia volviendo de compras para las habitaciones de las chicas, y pasaron el resto de la tarde pintando paredes y poniendo muebles. No podían estar más felices.

Se termina el recuerdo con la familia de seis cenando, la primera cena real que las niñas tenían.

—Eso es todo—dije con una sonrisa y me fui a sentar con mamá.