Un viaje por desolación de una adolescente

McLaguen

Clarissa Romilda McLaguen Vane
"Ella es la arrogancia en persona, algo molesta y definitivamente muy homofobica. Es igual a su mamá en personalidad"
—interpretada por Candice Acola

—Efectivamente, ahora me toca a mi. Que el quinteto diamante va al completo—dijo una voz divertida.

—¿Quinteto diamante? ¿Que es eso?—preguntó la señora Weasley confundida.

—Es un grupo de chicas de la alta sociedad, las que nos comportamos como verdaderas sangre pura aunque algunas no lo seamos—explicó Emarie—. Y yo soy Amatista.

Efectivamente, Em mostró un anillo fino de oro con una piedra de la ya mencionada joya.

Y yo soy rubí—dijo la encapuchada que ya estaba en el escenario.

Y ella misma se sacó la capa dejando ver a una hermosa chica rubia con muchos rulos y los ojos grises claro. Su piel era bastante blanca, aunque no pálida. Llevaba un vestido blanco sencillo con un escote bastante pronunciado en forma de "V" y unas sandalias chatitas.

¿De quién sos hija?—le preguntó Cormac McLaguen.

—Curioso que preguntes vos, padre—dijo con una sonrisa la rubia.

—¿Yo soy tu padre?—preguntó el rubio antes de desmayarse.

—Ah, por favor... ¿tío Harrison, lo puede despertar?—le preguntó a Harrison, el mejor amigo de Cormac.

El chico le lanzó un Aquamenti a su amigo, quién lo miró mal. Pero después de acordarse los sucesos previos a su desmayo miró al escenario, en dónde la chica seguía esperando para poder presentarse.

—¿Ya me dejas empezar, padre?—le preguntó la chica con seriedad.

—S-sí, claro. Empieza hija—dijo todavía sorprendido.

—Bien, me llamo Clarissa Romilda McLaguen Vane. No me gusta el suspenso y me enseñaron a ser educada con mis padres, asique lo dije yo—dijo la chica mirando a sus padres esperando una respuesta.

Los dos se miraron sorprendidos, al igual que todos los profesores y los que estaban en su curso. No era secreto para nadie que se odiaban mutuamente.

—Se que ahora "se odian"—dijo haciendo comillas con los dedos en las dos últimas palabras—, pero madre me contó que ya le parecía atractivo mi padre y viseversa.

—¿Por qué los tratas de manera tan formal?—le preguntó Milicent con curiosidad.

—Porque me enseñaron a ser educada y respetuosa cuando estamos en público—le respondió la rubia con seriedad—. En fin, tengo 18 años y estoy comprometida con alguien que no se presentó.

La chica mostró su anillo de compromiso, un anillo con una gema rosa y diamantes pequeños en el anillo.

—Es lindo—opinó su madre, a lo que la chica le sonrió.

—Gracias madre, al menos yo si soy normal—dijo recalcando la última palabra.

—Y acá va otra vez—dijo una encapuchada con fastidio—¿como es que te soportás a vos misma?

—Nadie lo sabe—admitió otra voz.

—¡No se metan con ella!—gruñó un encapuchado.

—Tu novia es horrible persona, Seps. Espero que algún día lo entiendas—dijo un chico.

—Como digan, no me interesa su opinión. En Hogwarts fui a Gryffindor como mis padres—dijo, haciendo que la casa aplauda, aunque algunos con disgusto, la chica no les había caido bien.

Me gustaban todas las materias que cursé y fui prefecta de mi casa, no jugué Quiditch porque me parece un deporte muy bruto ni tampoco apoyaba a mi casa—dijo la rubia con una mueca.

—¿A quienes nombramos como tus padrinos?—le preguntó su madre.

—A Harrison y a Alice... Alice Potter —dijo rápidamente antes de decir el apellido real de una de las mejores amigas de su madre.

—Gracias Romi y McLaguen—agradeció Alice con una sonrisa a su amiga.

—Gracias Cormac—le sonrió Harrison a su mejor amigo.

—Trabajo como modelo también por hobbie, no tengo la necesidad de trabajar para vivir—se encogió de hombros la rubia.

—¿De qué trabajamos?—le preguntó su padre.

—Vos como auror y mi madre es dueña del bufette de abogados más importante del mundo mágico—dijo la rubia con seriedad.

—Aburridaaa—dijeron varios encapuchados.

—¿Saben que es de mala educación interrumpir a las personas cuando están hablando?—preguntó la rubia algo molesta.

—Uhh, vamos a ir al infiernl por interrumpir a su majestad—se burló una voz femenina—¿no es terrible, Cisne?

—Ya lo creo, peli—dijo la tal cisne con fingida seriedad y con una mueca.

—Ya callense—les espetó la runia algo enojada y después volvió a mantener la compostura—, lo siento. No tendría que haber dicho eso, como ya he mencionado en el grupo me llamo Rubí.

La chica mostró su anillo de oro blanco que en el centro tenía un rubi y alrrededor diamantes.

—Eso es todo ¿preguntas?—le dió la palabra a Ginny Weasley.

—¿Cuál es tu patronus?—le preguntó la pelirroja.

—Una mariposa monarca—se encogió de hombros la rubia—, no voy a poner recuerdo. Asique ahora voy con mis comidas favoritas.