.Un Nuevo Socio.

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— ¿Quien es ella? — preguntó el hombre, la seriedad pintando su tono y su rostro.

Su cabello oscuro al igual que sus ojos le daban un aire imponente, aquel aro en su labio lo hacía ver mas atractivo, como algo prohibido y peligroso.

Era corpulento, los músculos en sus brazos resaltaban, sobre todo aquel brazo completamente tatuado.

La castaña se tenso ante esa fría mirada que parecía buscar respuestas y exponer cada detalle de ella ante la falta de palabras de la tailandesa.

Quien sonrió levemente mientras miraba a su alrededor.

— Jungkook, ella es Jennie... — presento Rosé.

— No es nadie. — intervino Lisa con desinterés mientras avanzaba al hombre. — ¿Que noticias tienes para mi?

La castaña observo en silencio como los ojos escurridizos de aquel hombre pasaban de sofocarla a recorrer el delicado cuerpo de la tailandesa, miro a la rubia para evitar refunfuñar.

— Los cargamentos pasaron, el policía hizo su parte. ¿Como lo convenciste? — preguntó divertido, sirviendo un trago para la mujer.

— Como lo hago con todos, dinero y... puede que un lápiz. — bromeó, causándole una risa a la mayoría en el lugar, menos a Jennie que no comprendía la información tras fondo.

— Nunca dejas de sorprenderme, Lisa. — le extendió el trago de whisky y bebió del suyo propio.

La tailandesa lo aceptó, sus ojos se centraron en la castaña, quien se notaba irritada. Luego en su mejor amiga, quien parecía querer ahorcarla.

"Que divertido". Pensó.

— Si como sea, ¿Que hay de la mercancía que debería ir a China? ¿Que dijo Ningning? — esta vez, fue la rubia quien interrumpió con algo de molestia, llamando la atención del hombre y lisa.

Jungkook asintió, dejando su trago en la mesa y mirando a uno de sus subordinados.

— La mercancía fue enviada hoy, estoy en contacto constante con Yizhuo. No hay de que preocuparse, Park. — dijo con calma el hombre.

Lisa asintió, miro su teléfono y leyó el mensaje en su bandeja de entrada.

— Entonces, ¿Jennie? No tienes un apellido o... — hablo el coreano sin poder acabar su pregunta cuando un rubio australiano entro a la habitación.

— ¿Señorita Jennie? — preguntó en cuánto vio a la coreana.

Jungkook miro a la coreana como todos saludar al rubio, con una sonrisa tímida.

— ¿Señorita? Creí que era nadie. — dijo el pelinegro.

Lisa miro con desinterés los nervios de la castaña y suspiró.

— No acostumbras a ser tan curioso, Jungkook. — advirtió la rubia.

— ¿Esta bajo tu protección? Entonces no es nadie. ¿Como te apellidas? — le preguntó directamente a Jennie.

La rubia miro a lisa con frustración.

— Kim. — dijo Jennie, tratando de sonar lo mas relajada posible.

Lo cual no resultó del todo cuando noto el rostro serio del hombre volverse a ira.

"¿Y este que le pasa?" Se preguntó.

— Jennie Kim. — se giró a lisa con furia — ¡Trajiste a una Kim aquí! ¿Estas demente Manobal? — le gritó a la mujer.

Hyunjin dio un paso al frente, su mano en el mango de su arma que seguía en su funda lista para ser utilizada cuando los hombres de Jeon tomaron posiciones a la defensiva ante la ira de su jefe.

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