Tu nombre

.El Plan Sigue.

— ¿Te gusta Kim? — preguntó un furioso Jungkook.

Lisa suspiró al igual que felix, habían resumido la historia y la primera pregunta del pelinegro era sobre el interés de lisa en Jennie.

— ¿Te preocupa más eso que todo lo que te contamos? — preguntó felix.

Jungkook asintió. — Por supuesto, si a lisa le gusta esa princesita todo se va a complicar.

— No lo hará. — intervino la tailandesa. — El plan continua y la menor de los Kim no será un problema.

El sonido de una risa burlesca se escucho, jungkook miró seriamente a la tailandesa.

— Por supuesto, pero olvidas el detalle que ahora ella sabe de tus negocios bajo la mesa, y quien sabe que mas esta descubriendo. — Debatió el pelinegro.

Felix resoplo agotado.

— Es cierto y es por eso que seremos mas cuidadosos, pero Jennie no tiene que pagar por nada ni nadie. Eso esta decidido.

— ¿Decidido por quien? — retó el pelinegro.

Lisa sonrió sin ganas.

— Cuando te advertí que no le tocaras ni un pelo no era actuación, ella esta bajo mi cuidado. — recordó la tailandesa con tono frío.

— ¡Es la enemiga Lisa! — gritó molesto.

Felix también agotado se puso de pie estampando la palma de sus manos en la mesa, provocando un ruido estruendoso que opacara el grito de Jungkook.

— Jennie Kim es inocente hasta que se muestre lo contrario, los únicos que saldrán perjudicados aquí son los tres imbeciles, nadie más. — sentenció el rubio.

— Lisa, es un riesgo innecesario. — siguió discutiendo el peligro ignorando por completo al rubio.

La tailandesa miro a ambos hombres observarla en espera de una respuesta, la cual no tenía.

— Asumiré los riesgos, por ahora Jennie Kim será vigilada. Mientras que lo demás procede, ahora hablemos de lo verdaderamente importante. — ordeno la mujer.

Ambos hombres asintieron.

— Como quieras — dijo jungkook, extendiendo un sobre a la mujer — Eso es alguna de las fotos que tomamos, resulta que Mark es un buen cliente. — se burlo el pelinegro.

Felix abrió el sobre por lisa mostrándole las fotos de Tuan recibiendo droga y pagando por ella.

— ¿Nosotros le vendemos? — preguntó el rubio.

— Así es, se contacta con uno de mis hombres y paga una buena cantidad por metanfetaminas y hierba. Es muy descuidado para ser alguien que debe dar un ejemplo a seguir.

— Así que tenemos a un cantante adicto, no es suficiente. ¿Encontraron las direcciones de esas mujeres? — preguntó la tailandesa.

Jungkook asintió. — Están todas ubicadas, incluso los tipos a los que humillaron en su trabajo. Todo es perfecto para joderlos.

— Es cierto, estamos listos para proceder Lisa. — acompañó el rubio.

Pero la pelinegra negó.

— No, no es suficiente, solo obtendremos un escándalo pequeño pero ellos avanzaran y estaran alerta, perderemos el factor sorpresa y probablemente borren cualquier otra cosa que podamos usar en su contra.

— Dudo que la gente apoye cosas así — debatió el rubio.

— Aun así, no voy a parar hasta ver a esos imbeciles podrirse en su propia miseria, hasta que todos le den la espalda y sean completamente miserables. — respondió ella con calma.