.Luz En El Camino.

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Pov. Jennie.










— Hola, Jen. — su voz, definitivamente es él, esa voz que creí que no volvería a escuchar jamas.

— K-kai... — murmuré abrumada de verlo frente a mi, en serio estaba aquí. — ¡No jodas! — grite con emoción  mientras saltaba a abrazarlo.

El me abrazo gustoso, enredando sus firmes brazos en mi cintura y estrechándome a el, su perfume tan varonil como siempre inunda mis fosas nasales, lo que me trae un montón dé recuerdos. Realmente esta aquí, abrazándome y riendo por mis gritillos de felicidad.

Kim Jong In, o como prefiere que le llamen, Kai.

Kai fue mi primer novio, mi mejor amigo, mi primero en todo. Lo conozco desde que éramos unos niños, me enamore de el a los 16 años y estuve de novia a su lado durante casi dos años. Y a pesar de que terminamos, el cariño sigue intacto, y es realmente gratificante para mi tenerlo otra vez conmigo.

Perdimos la comunicación durante estos últimos 4 años cuando nos separamos por obligación, cuando el y su familia se vieron obligados a viajar al otro extremo del mundo, a los estados unidos.

Al principio tratamos de mantener la relación y luego la amistad, pero fue realmente difícil, llegamos al mutuo acuerdo de terminar la relación por el bien estar de ambos.

— ¡¿Cuando volviste a Corea?! — le pregunte en cuanto termine de asfixiarlo con mi abrazo.

— Llevo poco menos de un mes aquí... ¡Auch! — comenzó pero se detuvo y quejo cuando golpee su brazo.

— ¡¿Y no se te ocurrió buscarme hasta ahora?! — reclame fingiendo estar molesta.

— ¡Lo intente! Pero no tengo tu número y cuando supe tu dirección, me dijo el portero que no ibas hace días... — explica el mientras se soba el brazo. — eres realmente difícil de encontrar, Jen.

Sonrió a su broma, sin embargo el pecho me duele al recordar la razón por la que deje mi casa, y con quien estuve los últimos días.

— Es cierto, lo siento por el golpe... — me disculpe con una sonrisa tímida.

El solo me mira unos segundos y eso me pone nerviosa por alguna razón, seguramente sigo conmocionada y abrumada de emociones...

— Sigues tan linda como el día en que me fui... — murmuro el con tristeza mientras acomoda mi cabello tras mi oreja.

Abro mis ojos con exageración ante sus palabras, el siempre a sido directo y tierno, la combinación perfecta. Una de las razones por las que me enamore de el...

Pero sinceramente, ¿por que esas palabras no me causan tantas cosquillas como lo hacen las de ella?.

Incluso aun que sean mentiras...

El sonido de su teléfono lo alerta, me da una pequeña sonrisa de disculpa antes de apartarse a contestar la llamada.

Lo espero pacientemente, aun sin poder creer que este frente a mi, dios, cuanto lo e extrañado... inspecciono todo de el, esta bastante cambiado, ¿como no? Eramos casi unos mocosos aun cuando nos separamos.

A madurado, tanto físicamente como en lo personal, y eso que solo he cruzado tres frases con el, pero lo conozco tan bien que puedo notar lo imponente y maduro que se ve ahora.

Lleva un traje que le queda de maravilla, se ve como un joven empresario, su cabello sigue castaño como siempre, aun qué más largo y peinado que su estilo de antes. El me sonríe aun hablando por aquella llamada y yo me limito a copiar su acción, sin embargo me distraigo cuando veo a Jisoo aparecer por el elevador.

Tu nombreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora