15

1.7K 160 165
                                    

Habían pasado muchas horas desde que su padre se fue, incluso el sol ya se empezaba a asomar tras el frío mar que se podía ver por sus ventanas, pero a pesar de todo eso las bandejas de mensajes de ni él ni de su mamá tenían algún mensaje relacionado con la señora.

Intentaban no preocuparse, pero simplemente no podían, Félix para ese punto se estaba mordiendo las uñas de la ansiedad que toda la situación le causaba y la televisión que estaba prendida ya hace horas tampoco estaba ayudando mucho, más bien solo estaba incrementando ese dolor de cabeza que si seguía probablemente lo mataría.

La puerta retumbó haciendo que Sara y su hijo se asustaran y rápidamente fijarán su vista en Jihoon quien había entrado sin expresión alguna, al verlo así no tardaron más de un segundo en ir tras él a interrogarlo.

— Papá... ¿Qué pasó? — él no le contestó a su hijo, solo se alejó un poco y empezó a hacer una llamada ignorandolos completamente.

Los otros dos no entendían qué estaba haciendo ni el porqué, cuando el mayor apagó su celular, su esposa fue la que le volvió a preguntar. — ¿Qué fue lo que pasó? — a diferencia de Félix, la voz de esa mujer reflejaba más enojo.

El Lee mayor suspiró y volteó la mirada, no sentía que podía mirarla a los ojos en ese momento. — Cuando llegamos al hospital simplemente nos dejaron en la sala de espera muchas horas, después nos dijeron que estaba bien. — suspiró. — Pero luego llegó un doctor a darnos las condolencias. — esa fuerte voz empezó a temblar un poco. — Como pensábamos que estaba bien, no entendimos nada, y después nos explicaron que sus signos vitales se estabilizaron, pero luego recayeron, yo me sentía muy mal... pero aun así tuve que llevar a Yehye y su hija de vuelta y consolarlas...

— ¿Q-qué? — Félix se acercó con pasos temblorosos hacia su padre. — ¿Es una broma, no? Ella no está muerta.

— Lix... — su madre se acercó a él para intentar calmarlo.

— ¡Me dijeron que ella iba a estar bien!

— Félix, su cuerpo simplemente no pudo más... Yo la quería mucho, pero así es como funciona la vida hijo.

— Pero... ¡¿Qué va a pensar Hyunjin?! Ella era como su madre y ahora está muerta. — Jihoon optó por agarrar a su hijo fuertemente, no sabía lo que podía hacer en un estado de desesperación.

(...)

Era tarde, muy tarde de hecho, no sabía en qué momento se había quedado dormido, pero si recordó que lo había hecho en las piernas de su madre después de haber tomado un té calmante que le dieron, probablemente ya era más de medio día y él seguía sin hacer nada.

Recordó vagamente lo que había pasado la noche anterior y durante la madrugada, bueno, no tenía mucho que decir, ya se sentía mejor o por lo menos ya no estaba cayendo en un ataque de ansiedad. Pensó en Hyunjin, no quería hacerlo, pero era inevitable. Él, seguramente estaría destrozado, pero para eso estaba Félix, en ese mismo momento se prometió ayudarlo en cualquier momento, tal vez debería viajar a Estados Unidos para verlo.

Sintió como su madre le pasaba los dedos por su cabello con cariño. — ¿Cómo te sientes?

— Mejor que ayer, creo. — su voz estaba rasposa, por tanto dormir.

— Hoy llegó Yehye, me pidió que te digiera que por favor no le cuentes nada a Hyunjin, dice que ella lo hará.

— No pensaba hacerlo tampoco. — miró a todas sus direcciones. — ¿Y papá?

— Está en su oficina, tampoco está de muy buen humor que digamos, probablemente ha tomado toda la noche.

Félix empezó a pararse del sofá, fue a la cocina y se sirvió un vaso de jugo, luego se fue a su cuarto sin decir una palabra más. Varios minutos después bajó con el mismo pantalón de pijama, pero con una camiseta nueva y un bolso cruzado, se acercó a la puerta sin mucha preocupación y se puso unas crocs que ni siquiera eran suyas.

Another Day [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora