Capítulo 9

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Hoseok se quedó sentado y pensando hasta que amaneció y se dijo así mismo que pasaría. No era el fin del mundo y que simplemente estaba exagerando, que tal vez lo que necesitaba era volver a su vida anterior y olvidarse de un hombre que lo mantenía confundido y lo trataba de manera despectiva.

Asi que hizo las cosas que normalmente haría, de manera automática se cambió, se peino y fue a ordenar su ropa por color. Después su padre le dijo que fuera a su oficina en media hora, por lo que fue y cuando lo hizo, lo encontró leyendo una carta, pero al instante la guardo para dirigirse a él.

Hoseok se sentó y pregunto si todo estaba en orden.

—Quisiera saber si me acompañaras la semana que viene a la capital, la otra vez te negaste y quisiera saber si ahora estás dispuesto.

—Lo haré—respondió precipitadamente.

No lo pensó dos veces, tenía que hacerlo de esta forma, así podría seguir con su vida.

—Te he notado triste e inquieto desde hace días, ¿estás seguro de querer ir a la capital? Podemos postergarlo.

—No.—dijo con la garganta apretada y las manos hechas puños en su plisado.

—Hoseok… te conozco, sé que algo está mal, ¿paso algo?

Hoseok trago el nudo de su garganta y asintió, sintiéndose de repente un poco angustiado.

Su padre no lo dejo ir.

—He notado que estabas bien, sobre todo con nuestro invitado—a Hoseok se le fue el aire por unos segundos—, él tuvo bastantes comentarios positivos de ti, pero han estado tensos, ya no salían, ¿han peleado? Parecían cercanos hasta hace poco, pensé que…—se callo y mejor dijo—Tal vez es algo que puedan solucionar.

Hoseok abrió los ojos en demasía y miro a su padre como si estuviera loco (o él lo era).

—¿Por qué estaría afectado por eso?—rio sin gracia—Él es un hombre con grandes actitudes positivas también—paso saliva mirando hacia otro lado—, y te equivocas, estamos bien, estoy bien…

Eso lo dijo en un hilo de voz y pronto sintió que se le acababa la respiración.

—Huelo a qué estás un poco angustiado—su padre se paró de la silla y fue a servirse un poco de whisky—Solo digo que parecían entenderse y…—miro un punto en su escritorio—Él mando una carta despidiéndose.

Hoseok aguanto la respiración.

—En ella decía que lamentaba irse por unos días, pero que esperaba que tú lo entendieras.

Hoseok rio con la vista nublada.

—¿Por qué diría eso? No tengo nada que ver con eso.

—Hoseok… si sucedió algo, solo debes decírmelo. Es muy raro que se dirija a ti y no a Jimin—su padre se acercó y dejo el vaso junto a su escritorio, estaba a un metro de Hoseok—Si es porque se fue y tal vez…

—Tal vez nada, estoy bien y no se a que se refiere en esa carta.

Estaba comenzando a respirar muy rápido y no le gustaba. En cualquier momento podría gritar.

—Si lo extrañas, solo quiero decirte que…

—¡No lo extraño!—grito, mirando a su padre. Su cara debió decir muchas cosas porque se sorprendió—¿Cómo podría extrañar a un hombre que le importa muy poco mis sentimientos?—pronto se dio cuenta que estaba llorando, pero estaba tan enojado—No me importa lo que él haga y si se va está bien, él y yo podemos hacer lo que sea, no somos nada y siempre me ha tratado muy despectivamente—nego con la cabeza, limpiándose con furia los ojos—, él no me quiere…—de pronto sintió una mano en su hombro y comenzó a sollozar.—Él nunca me va a querer como yo…

Entonces se detuvo y soltó un gemido lastimero.

Su padre se agachó y lo abrazo. Se sintió un poco mejor tener consuelo, oler el típico aroma de su padre, que se había vuelto más suave para no espantar a Hoseok, lo cual aprecio.

—¿Y tú lo amas?—pregunto su padre.

Hoseok soltó un ruido parecido a un grito llorando más fuerte.

—Lo amo mucho, padre.

Su padre se quedó consolándolo hasta que se calmo y luego vino su madre a llevarlo a su cama a qué descansará.

No sabía cuánto había dormido hasta que se levantó y se dio cuenta que era de noche y hacía un poco de frio.

A comparación de la mañana, se sintió ahora un poco cohibido y avergonzado de haberse abierto y llorado en frente de su padre. Siempre parecía fuerte y seguro de sí mismo, que tal vez por eso su papá lucía impresionado. Hoseok aún así no podía creer que fuera sincero al respecto.

Dándose cuenta que lo amaba y que tal vez no sería fácil superarlo y continuar con su vida.

Le dio hasta su cuerpo cuando bajo y se topo con la chimenea encendida y un libro en el suelo, se sentó junto a este mirando las llamas. No se sentía para nada bien, sentía que estaba perdido y solo, pero ver el fuego hizo que se concentrará en todo, menos en sus pensamientos.

Jimin apareció pocos segundos después, sorprendido de verlo.

—Hoseok…—alargo, sentándose a su lado—Estaba leyendo un libro que me recomendó el señor Kim.—sostuvo su libro y lo miro con una sonrisa.—Lo voy a extrañar.

Hoseok no dijo nada por un minuto. Jimin siguió la conversación con un poco de sigilo.

—Me dijeron que estabas enfermo y te pusiste a llorar con papá, ¿es cierto?

Pensó que no iba a responder, hasta que Hoseok hablo con la voz rasposa.

—Lo es.

—¿Por qué?—pregunto Jimin con latente curiosidad y preocupación.

—Yo…—pero se quedó en silencio.

—Papá dijo que es porque extrañas al señor Kim—dijo tanteando el terreno—Pero no deberías, él me dijo que volvería.

—No se si eso es cierto.

No estaba negando que lo extrañaba. Ante esa deducción, Jimin frunció el ceño.

—Si va a volver—se volteo para encarar a su hermano—¿Por qué lo extrañarias tu? Es gracioso.

—Jimin, no es gracioso. No sabes por lo que estoy pasando, así que solo haz silencio.

Jimin se puso un poco molesto.

—Pero es verdad, no deberías extrañarlo porque se supone que ya te lo dijo y te habrá hecho una promesa.—se encogió de hombros—Tal vez no sepa lo que es el amor, pero estoy seguro de que no deberías exagerar, tu prometido volverá, no puede dejarte con una sortija y luego desaparecer.

Sintió un movimiento y Hoseok ya estaba casi sobre él con ojos impactados. Lucia casi paranóico y soprendidamente confundido.

—¿De qué estás hablando?

Jimin apartó los brazos de él.
—Que no deberías extrañarlo porque volverá de todos modos—bufo—Hoseok, eres raro.

Él nego con la cabeza desesperado.

—No, lo otro—inhalo nerviosamente—La sortija y lo de prometidos, ¿Qué quieres decir con eso?

Se encogió de hombros, restándole importancia.

—Bueno, ya lo sabes, cuando quieres casarte, te proponen matrimonio y ya—miro a Hoseok a los ojos realmente fastidiado—Hoseok, sabes bien de lo que hablo. Él me lo dijo, me dijo que te iba a proponer matrimonio, por eso me preguntó aquella vez que te accidentaste si tenías ya a alguien en tu corazón y le dije que no—sonrio con orgullo—Soy un excelente hermano, porque le dije que te lo propusiera en mi fiesta de cumpleaños—miro la mano de su hermano—¿Pero por qué no estás usando tu anillo? Es una falta de respeto no usarlo, Hoseok.

Hoseok Lucia realmente impactado, pero Jimin no entendía, ¿por qué ha de estarlo? Es obvio que iba a pasar, Hoseok lucia como si no lo supiera ya…

A menos que…

—Espera…—Jimin entrecerró los ojos—¿Ya te lo propuso no es así?

Hoseok no contesto, mirando un punto fijo.

Jimin se puso nervioso ahora.

—Tal vez te haya dicho algo, es decir, tenía trabajo y cosas que hacer antes de establecerse contigo. Me dijo que quería darte lo mejor de lo mejor, es por eso que estaba tratando de hacer una casa grande cerca de aquí… él tiene planes y debe habértelo comentado—Jimin comenzó a sentirse como un idiota y bastante preocupado.—No me digas que no te lo ha dicho…

—Jimin, no me ha dicho absolutamente nada.

Jimin miro con ojos casi saliéndose de sus cuencas a su hermano que lo miraba como si quisiera asesinarlo.

Se rió.

—Pero seguro si te dijo que te amaba y cosas así, debió decirle a mis padres sobre todo, no creo que ser el único que lo sabe.—su risa se apagó cuando Hoseok no contesto y lo siguió mirando asesinamente—O no dijo nada y no te lo propuso aún y menos lo hizo oficial y yo te acabo de contar absolutamente todo.

—Eres muy malo guardando secretos—dijo con voz apretada.—Y no sé si estar agradecido o enojado porque arruinaste la sorpresa.

Rio esta vez nervioso y parándose con su libro en mano.

—Es tarde, buenas noches, Hoseok.

Y salió corriendo, pero su destino es cruel y Hoseok ya lo estaba persiguiendo en la segunda planta, llamándolo por su nombre. Le tiró el libro cuando quería esquivarlo, logro entrar a su habitación y ponerle seguro.

—¡Jimin abre la puerta!—muchos toques en esta—¡Jimin, abre la puerta en este instante y cuéntame todo!

Jimin no contesto, bastante asustado y esperando a que se callara.

—¡Jimin, no me hagas esto, literalmente hace unas horas estaba sufriendo porque pensé que no me amaba y ahora dices que me va a pedir matrimonio! ¡Abre la puerta ya!

Jimin tragó saliva.

—De todas formas lo sabrás con más detalles luego… —penso un poco—Cuando Kim vuelva, si es que vuelve pronto…

—¡Te mataré!

Jimin se dio cuenta que no es buena idea hablar, así que se mantuvo callado a pesar de los golpes. Su madre vino un momento después preguntando que pasaba. Escucho por la puerta que Hoseok le contaba todo tropezando con las palabras.

—Jimin, abre la puerta—su madre se escuchaba enojada y ahora si Jimin temió por su vida.—¿Cómo es posible que no le hayas dicho a tu hermano?

—No abriré—se retuvo—Si siguen tocando, saltaré por mi ventana.

—Yo haré que brinques por tu ventana.—era la voz de Hoseok.

Su madre murmuró algo y luego se oyó un gruñido frustrado.

—Saldrás mañana en la mañana porque tenemos que comprar cintos, así que no te salvarás Jimin.—grito su madre, antes de oír pasos y forcejeos (cortesía de Hoseok), antes de sentir que se habían ido.

Jimin suspiró aliviado y se acostó en su cama.

Claro, esto era una victoria temporal, pero se dio el lujo de dormir placenteramente por hoy.

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