Capítulo 5

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A su parecer, no lucia demasiado feliz como lo hacía ver su madre o cuando su padre le preguntaba por qué sonreía más.

Hoseok quería ser sincero y decir que no era nada especial, pero lo era.

No se caracterizaba por ser alguien ni remotamente explosivo o siempre estar animado todo el día. Se caracterizaba por ser alguien tranquilo y callado, a menos que se ameritaba su charla, pero también era alguien atrevido cuando se lo proponía y un poco vibrante cuando estaba en confianza.

Pero suponía que su familia estaba siendo demasiado exagerada y que en realidad no estaba demasiado feliz o había un cambio significativo conforme habían pasado estás dos semanas.

Él creía firmemente en sus principios y sabía que no había nada de que alarmarse, que sea un poco más hablador que cauteloso y saliera constantemente, no significaba un gran cambio.

No hubiera salido en lo absoluto o estaría más animado, de no ser por el señor Kim.

No es que hayan dejado su juego de querer en algún momento arrancarse los ojos, pero eso había sido apagado conforme un nuevo juego de pregunta y respuesta hacia aparición y pronto las charlas se volvían menos a sarcasmo latente y la obligación de responder a causa de un castigo, sino más bien, como si fueran amigos reales.

Amigos que a veces se molestaban y hacían bromas, pero que atrás habían dejado un rencor provocado por el asunto de las habladurías sobre Hoseok.

Aún no podía entender porqué Kim le hubiera hecho caso a esas cosas o cuál fue el mal que hizo para merecer su mordaz comportamiento al principio. Él creía que tal vez habían apaciguado esa mala imagen con su ahora actitud más complaciente y amable, sin ser falso en lo absoluto. A veces salía sus momentos en dónde no había esperado comportarse tan libre como lo había hecho durante estos días.

Hoseok era alguien que calculaba muy bien su forma de comportarse ante todos y que no le molestaba ser un poco evasivo cuando se trataba de comportarse demasiado divertido y hacer cosas no propias de alguien con un estatus bueno, haciéndolo ver vulgar.

Pero Kim había dicho que un gusto culposo que tenía sobre jóvenes omegas con los que había salido era cuando eran desordenados y se reían muy fuerte.

Hoseok no es que hubiera adoptado está clase de comportamiento, pero se había vuelto menos formal y había empezado a reírse más fuerte y a menudo.

No podían culparlo si Kim era el causante de que se riera como un lunático con las cosas escandalosas que decía. Estaba bien, él le había dicho que su sonrisa era contagiante y lo había tomado como un halago.
Por alguna razón le gustaba cuando el hombre lo halagaba, sin siquiera saberlo había adoptado algunas posturas para el agrado del hombre. Había sido sutiles, como la forma en que ahora vestía con ropa más holgada y reía pareciendo escandaloso o cuando no tenía timidez en jugarle bromas o simplemente contarle cosas vergonzosas para pasar un buen momento.

Él se había dicho que debía comportarse mejor que eso, pero por primera vez estaba siendo feliz y no se estaba fijando en lo que su tía le había inculcado, como que debía ser perfecto y un error le costaría su vida social entera.

Hoseok había comenzado a sentirse menos encadenado y un poco más pacífico, como si no tuviera que fingir y podía ser el mismo.

Pero también se regañó, porque el hombre que lo había sacado de su burbuja llena de tareas, también era el hombre que alguna vez (y varias veces menos frecuentes) lo había tratado como algo menos que la suela de su zapato.

Pero eso había sido antes, ahora podían conversar después de su trabajo y pasear conversando sobre cualquier cosa sin parecer incómodos. Habían hecho picnics muy a menudo en dónde Hoseok había hecho un desastre con la comida, solo para manchar al hombre, que no le importo jugar con él, pero era solo cuando su hermano no estaba presente. Cuando él lo estaba, trataban de comportarse como alguien de su edad y no niños muy impacientes.

Hoseok debía sentirse bien con eso, debía sentirse realizado ahora que había logrado hacer cambiar de parecer al señor Kim acerca de él; sin embargo, seguía sintiéndose fastidiado por el hecho de que solo serían amigos.

Y aquí era la cuestión, Hoseok no sabía por qué le molestaba que el hombre no lo viera como alguien más que un amigo. Sabiendo que jamás lo vería como un Omega a quien cortejar, se ponía un poco como si lo hubieran golpeado…

Pero no tenía sentido, porque su misión era ser cercano al hombre, pero no de esa manera. No sabía porqué lo ponía triste saber que jamás sería algo más que un simple amigo para el señor Kim.

Hoseok no quería pensar en algo más profundo, porque se negaba a sentir cosas más allá que amicales por el hombre que lo había juzgado apenas se conocían.

Eran tan diferentes y Hoseok aún quería fastidiarlo todo el tiempo porque el hombre era demasiado ruin con su persona, y también quería seguir bromeando que tratar de parecer demasiado formales…

Entonces aquí estaba la cuestión… a veces, solo a veces, lo miraba y sentía cosas totalmente diferentes a como debía sentirse acerca de alguien quien consideraba un amigo.

Él había tenido amigos, aún los tiene, y no habría deseado poner su mano alrededor del brazo de ninguno de ellos, o tal vez recorrer con besos la mandíbula recta del contrario o tal vez tocar su rostro masculino y bello para ver cuan real puede ser ese hombre que lo hacía suspirar con solo respirar, o tal vez oler su embriagador aroma fuerte y no querer soltarlo por lo que restaba el día…

Pensamientos así lo ponían en alerta y le daba miedo que eso escalará a algo que sabía que sería imposible porque era Kim Taehyung, el hombre que no lo veía con otros ojos más que amicales y un poco de petulancia.

¿Qué hay de él? ¿Hoseok era capaz de soltar esos sentimientos? Porque la verdad era que le preocupaba poder sentir algo más sabiendo que Kim no correspondería nada. Aunque ahí estaba el asunto, Hoseok tenía miedo de la respuesta contraria, no estaba alterándose o asqueándose por tal vez… gustarle el hombre.

¿Cómo pudo pensar siquiera en eso?

La respuesta estaba siempre cada vez que salían y hablaban, aún con todas las bromas y sarcasmo del señor Kim, le agradaba. Le agradaba poder salir y hablar con el hombre, sabiendo que le seguiría la broma y no lo juzgaría si se comportaba de forma extraña.

El hombre le agradaba, más de lo que había sentido por nadie jamás.

Sabía que sentía celos cuando Kim le prestaba más tiempo a su hermano, pero lo catalogaba porque por primera vez tenía un amigo único al cual le gustaba lo suficiente para no aparentar nada. También sentía rabia cuando momentáneamente mencionaba que había tenido citas, comparando de forma casual un entorno.

Hoseok lo cortaba de repente y no lo dejaba hablar hasta que dejara de molestarse, pero no podía dejar de hacerse el fuerte, cuando el hombre entonces le preguntaba cálidamente si había hecho algo mal y lo tomaba de la mano con la mayor discreción posible.

Bueno, Hoseok solo podía suspirar y hacer como si nada.

Momentos así, hacía que dudará de sus sentimientos y se preguntara si esto estaba escalando más de lo que estaba esperando.

Hoseok no quería porque sabía las consecuencias que traería, pero en el fondo le encantaba la atención que le daba el hombre, las sonrisas que le regalaba, los toques sutiles y cómo miraba a Hoseok con tanta atención que se sintió abrumado y dentro suyo se sentía ahogado, demasiado que hacía querer estar más cerca…

Veía como el señor Kim seguía teniendo su paño amarrado en su muñeca, ocultado por su saco. Hoseok no había hecho nada contrario, poniéndose la pañoleta del hombre en su cuello, haciéndolo pasar como suyo, pero si Hoseok era sincero… a veces se avergonzaba de como su cuerpo reaccionaba por el aroma del alfa.

Había sido bastante desvergonzado, que simplemente le era imposible no poder llevárselo a la nariz y oler detenidamente y sonrojarse.

Hoseok había querido no parecer tan impaciente por algo así o vulgar, pero no era su culpa si con el paso de los días el aroma se iba lentamente…

Quería pensar que el anhelo que sentía acerca del hombre era un extraño apego a tener su primer amigo alfa, quien era demasiado encantador para poder apegarse solo un poco por él.

Hoseok camino a la par del hombre y dijo:—Si la tarde esta bastante hermosa, me preguntó por qué me hace caminar sin descanso por la sombra. Deberíamos parar y ver el sol.

El hombre sonrió sin dientes.

—Tan impaciente… no me sorprende que no esté haciendo un berrinche para que le diga a dónde vamos.

—¿Quiere que empiece? Pensaba hacerlo cuando llegáramos al arroyo que hay allá.—señalo Hoseok con una sonrisa.

Estaban yendo directo a un arboleda inmensa y le preocupo que fueran tan lejos y anocheciera y Hoseok aún no haya llegado a casa para la cena. Su madre lo regañaría.

A Hoseok, para su mortificación, no le molestaba quedarse hasta tarde, siempre y cuando Kim estuviera a su lado.

—Tan elocuente, verdaderamente impresionado.

Hoseok se encogió de hombros.

—¿Quiere que le muestre otros de mis talentos?

—¿Aparte de ser demasiado demandante, juguetonamente malvado y un poco de extrañeza en su forma de dirigirse hacia mi? ¿Cómo puede tener tantos talentos tan ocultos y no enseñarmelos? Estoy muy curioso.

Hoseok volteo los ojos.

—Ja, ja, ja—solto con una mueca—Para que sepa que yo tengo tantas cosas buenas que es incapaz de ver porque está defectuoso.

—No sabía que estaba enfermo porque me siento bastante saludable en estos momentos, ¿también tiene dotes de doctor, joven Hoseok? Necesito hacer un libro de todas las cosas talentosas que lo rodean.

—Deja de jugar conmigo—con su codo delgado empujó levemente al hombre que no había dejado de sonreír—Pero para su sorpresa, sé cantar, ¿quiere oír?

—No cerca de los pájaros, podrían tomar represalias y volverse celosos por lo tan bien que sonara.

Hoseok soltó un jadeo.

—Ni lo dudé.

Dicho eso, Hoseok comenzó a cantar de manera calmada una sonata navideña. Era baja y más bien infantil, pero Hoseok optó por usar una voz un poco más aguda y suave.

Cuando acabo la primera estrofa, miro expectante a Kim Taehyung, esperando que le dijera algo. No sabía porqué era tan importante su opinión.

—¿Por qué ha parado?

Hoseok se estremeció por la voz grave del hombre y como no había vacilado en su pregunta, haciendo referencia en que Hoseok debía seguir.

—Los pájaros podían venir a despeinarme—prefirió seguir con esa broma a soltar algo tan tonto como: “Pensé que tal vez no le gustaría y no quería eso”.

El hombre se acercó más y dijo firmemente:—Yo los espantaré si se atreven a hacerte algo.

Hoseok casi se tropieza con algo, de no ser porque guardo la compostura y prefirió seguir cantando (con un poco de torpeza por esa respuesta) y mirando al frente que ver la cara del contrario.

Una vez terminado el primer coro, miro de nuevo a Kim, esperando.
Dime qué lo hice bien…

—Estuvo bien, puedo aprobar dicho talento.—exclamo con una voz sin duda, mirando fijamente a Hoseok.

Soltó una sonrisa el contrario, sintiéndose tan satisfecho que quería reír, pero prefirió mirar sus pies y agradecer.

Llegaron a una parte apartada llena de pasto y con flores de todo tipo de colores, daba una vista impresionante del sol y las nubes. Ya entendía que la paciencia es una virtud y Kim no mentía que este lugar era mil veces mejor que el prado fuera de su casa.

Kim procedió a bajar la canasta que traía (aunque Hoseok le insistió que estaba bien si él lo llevaba) y a sacar el mantel con algunas frutas cortadas por su madre.

Pasaron el resto de la tarde hablando y bromeando de cómo Kim podía ser alguien tan millonario, pero no podía comprarse otro maletín por falta de tiempo. Hoseok le dijo que era por ser vago, pero Kim respondió que estaba ocupado con cosas importantes, no como Hoseok, que seguía molestándolo.

Eso se llevó un ligero golpe en el pecho, pero pasaron a otro tema. Luego pasaron a leer un libro que Hoseok trajo, pero se cansó de leer que era mejor que Kim lo hiciera. La voz de Taehyung le traía una sensación rara, como si lo adormilara de manera confortable, casi quedándose dormido mientras miraba el cielo. Ambos quedaron en silencio cuando el sol se estaba poniendo.

—Deberiamos volver—susurro Hoseok sin moverse.

Posteriormente sintió una respiración pesada, Kim Taehyung estaba durmiendo a su lado, con el libro en su pecho. Hoseok se quedó embelesado por la vista, dándose cuenta que Kim era demasiado guapo para ser real.

Se volteo, quedando boca abajo y apoyándose en sus brazos, quedándose hipnotizado por el rostro pacifico de Taehyung.

No sabía porqué lo movía en su interior o porqué estaba siendo tan raro con respecto a este hombre. No debería ser así, de ningún modo. Simplemente debería pasar página y darse cuenta que era otra persona más.

Hoseok se acercó más y con la punta de sus dedos tocó los pómulos del hombre.

No debía hacerlo, era irrespetuoso, pero no podía dejar de admirar su rostro fuerte y a la vez suave. Sus dedos bajaron por su nariz y se rio bajito. No sabía que magnetismo había o qué conexión, que hacía que sus dedos no pararan de hurgar tras ese rostro tan único, que hacía que algo dentro de Hoseok se removerá. Sus dedos bajaron a sus labios y trago saliva.

No debía querer o desear… no debía querer tal vez… besarlo.

Nunca había besado a nadie, pero sentía que si juntaba sus labios con el de él, pudiera brotar algo más intenso que el sol que ya se ocultaba debajo de las nubes. Hizo que su corazón latiera profundamente y asustó, porque eso solo significaba que…

De pronto la boca se abrió y mordió ligeramente sus dedos.

Hoseok jadeo y chillo, pero no después de 3 largos segundos, Kim soltó sus dedos y sonrió.

—¿Por qué hiciste eso?—pregunto escandalizado y sonrojado.

—Es lo justo, creo yo. Puedes tocar mi cara y a cambio puedo hacerlo con la tuya.

Hoseok abrió la boca exageradamente.

—¿De qué estás hablando? Ni siquiera tocaste mi cara.—dijo indignado.

—Cuidado, puede malinterpretarse.—la voz de Taehyung paso a ser sería.

—¿Por qué?—Hoseok pregunto confundido.

Kim pareció mirarlo por unos segundos antes de decir:—Parecieras un poco enamorado de mi.

Se quedó sin aire, antes de soltar una risa nerviosa.

—Eso es imposible—solto con exageración y nervios, sentándose—Creo que lo dices porque quieres elevar tu ego.

—No soy el que estuvo tocando tu cara por minutos—se defendió mientras se sentaba junto al otro, ambos de lado opuesto.

—No hay nada de malo. Somos amigos y no veo el porqué sería una ofensa.—solto con determinación y falsa seguridad.

Hoseok, por supuesto, no estaba de acuerdo con nada en estos momentos. Solo queria salvar lo poco de dignidad que le quedaba.

—¿Entonces no le molestara que pose mis dedos en su rostro?

Parecía un desafío mientras lo miraba con una ceja alzada.

Hoseok, tenso, alzó los hombros.

—No me importa.

Entonces Kim se acercó más y posó su mano grande por toda la mejilla de Hoseok.

Hoseok se quedó estático frente a la inspección del contrario, aguardando lo que sea que sea esto. Espero que no se viera deforme a sus ojos, importandole mucho el acercamiento, apartando el hecho de Kim lo miraba con tanta intensidad que era demasiado procesador y el corazón de Hoseok no dejaba de martillear en su caja torácica.

—Eres tan hermoso…

Fue un susurro, pero se escuchó. Entre el silencio tenso, se escucho dicha confesión, que dejó a Hoseok tan mareado que el acercamiento y esa frase lo dejo fuera de combate e hizo que empezara a temblar. Pero entonces el hombre lo soltó y se apartó negando, se levantó y con voz fría dijo:—Es tarde, volvamos.

Hoseok se quedó aturdido por el cambio repentino, pero también se mantuvo de pie con las piernas débiles por lo que acababa de suceder. No sabia por qué se sentía decepcionado: ¿de qué? ¿Qué esperaba acaso? El hombre se notaba reacio con él, a menos que no estuviera bromeando.

No debia esperar más, no debía ser tan tonto de sentirse diferente por este hombre. Punto. Era inaudito que algo así pasará.

Hoseok, con los labios en una línea y muy angustiado, se paró y cuadro los hombros. No debia dejar que algo así le afectará, apartando el hecho de que cualquier cosa dolorosa de su cuerpo, debía simplemente desprenderlo y seguir adelante. Así de simple, él no era alguien débil o que se dejará afectar por cosas tan banales.

Aún sentía una presión en su pecho por la indiferencia de vuelta del señor Kim.

—¿Hice algo mal?—termino preguntando.

No debía, pero no podía dejar de carcomerse porque se haya arruinado la poca cercanía que tenían.

—No, solo que se hará tarde y Jimin debe estar enojado porque no lo llevamos—comenzo a relatar con voz bastante fría y seca—Quiero despedirme de él, si no es mucha molestia.

Hoseok sintió que quería hacerle daño.

—No pudo ir porque estaba tomando lecciones. No entiendo porqué viene a colación.

—Hubiera sido diferente si lo hubiéramos traído.

Hoseok quiso ir donde estaba el hombre y golpearlo por ser tan insensato, pero no dijo nada, mientras cargaba la canasta y comenzaba a movilizarse sin siquiera mirarlo.

Él sabía que no debía ponerse así, sabía que Kim quería a su hermano, pero se sentía diferente… algo en Hoseok estaba mal si el señor Kim lo despreciaba de un momento a otro, pero a su hermano no.

Por un momento quiso ser Jimin. No sabia porque habría deseado ello, pero lo quería. O quería que Jimin se fuera y jamás lo hubiera conocido, así tal vez Kim tendría que conformarse por último a si o si quererlo a él y…

Pero no.

¿Qué estaba diciendo? Era su hermanito, él no tenía la culpa de nada.

Él si.

Por ser tan inepto de enamorarse de un hombre que jamás le correspondería.

Cuando volvió a casa, no quiso ver cómo se despedía de Jimin, en cambio, entro a su habitación y se echó a llorar en silencio, dada su resolución de hace rato, merecía un momento de quiebre.

Aún cuando estaba siendo débil por un alfa, no cualquiera, sino Kim Taehyung.

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