Capítulo 2

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Despues de que terminó de lavarse la cara, Hoseok amarró su pañoleta al cuello. Su maleta ya estaba en el carruaje y su padre simplemente estaba esperando al alfa que los acompañaría.

Hoseok estaba un poco nervioso de qué tipo de hombre sería. La verdad es que le aterraba que el hombre en cuestión no estuviera dispuesto a colaborar con el negocio de su padre. Eso podría ayudar a que la gente pudiera reconocer un poco más a su padre y a su madre como exportadores de telas y por ende, ganarse un título de voluntad y no escrito.

Era mejor que nada, la verdad.

Pero aún con todo eso, Hoseok solo esperaba que el hombre fuera bueno con su padre. Su madre no estaría 100% involucrada en los negocios por ser Omega, pero aún así esperaba que ella pudiera velar por el bienestar de su padre si es que algo saliera mal.

Su padre lo llamo y supo que era hora de irse de la casa en donde se hospedaban.

Se despidió de los sirvientes y prometió volver el siguiente mes para seguir asistiendo a las fiestas.

Hoseok sabía que era muy difícil asistir a las fiestas, ya que los pobres no podían costearse dichos encuentros con gente y alfas adinerados, pero Hoseok podía, solo porque tenía dinero suficiente para costearse una buena vestimenta y porque tenía clase al expresarse. No era suficiente a veces para algunas personas importantes, pero Hoseok estaba dispuesto a no dejarse salir con la suya, y eso incluía ir a fiestas donde no era invitado directamente.

A veces solo se escabullia para conseguir algo, lo que sea, pero a veces era agotador que seguía preguntándose el porqué seguía haciéndolo.

Tal vez se sentía demasiado solo como para desertar de eso.

Hoseok vio que su padre ya había subido al carruaje y solo estaba abierta la puerta. Tan caballeroso él.

Hoseok se dispuso a entrar, pero casualmente piso algo duro. Cuando se dejó caer en el asiento, dijo:—Lo siento.

Pero el hombre que vio no era nada parecido a los alfas que había conocido.

El hombre era apuesto, como muchos otros, pero Hoseok sabía que este era especial, porque su cara no era común, era apuesto, pero también hermoso. Algo que no caracterizaba a los alfas, era que su belleza tenía por sentado ser tosco, pero este hombre, a pesar de ser salvaje a simple vista por la mirada sería que le tendía, tenía algo de pulcritud y belleza.

Era alguien cautivador, a pesar del miedo que exponía por su olor enteramente masculino.

Aún con todo eso, Hoseok no le pareció irritable. Estaba intrigado. El aroma lo dejo… un poco perplejo.

—Me disculpara, señor…

Alargó para saber su nombre, pero el hombre, con una mirada de arriba abajo, solo volteo la cabeza para ver cómo el cochero cerraba la puerta y lo dejo allí.

No le dio otra mirada a Hoseok.

No le gusto que no le prestarán atención.

Tal vez era porque estaba siempre siendo visto, que este alfa no quisiera verlo ni por un segundo más, que lo descolocó.

—No se preocupe.

Su voz era profunda y cortante. Intrigante, una vez más.

Se preguntó si era así con todo el mundo o solo con él.

Esperaba que fuera su personalidad y no sea nada en contra de Hoseok.

Su postura y traje eran impecables, que Hoseok se removió en su asiento, sintiéndose un poco inferior, algo que no experimentaba en años.

—Soy Jung Hoseok, ¿usted es?
Hubo un momento de silencio antes de que contestará:—Kim Taehyung.
Nada más.

Eso era todo.

Bien. O su padre estaba mintiendo o este hombre era arisco con los omegas.

—Usted es el que ayudará a mi padre con las telas, me supongo. ¿Sabe quién es el dueño?

—Soy yo.

Bien, Hoseok estaba haciendo las cosas mal.

Había insinuado que era un sirviente cuando era el dueño. El nuevo dueño de las industrias Feth, quien es un alfa guapo y grande, pero demasiado arisco para ni siquiera hacer contacto visual con la persona con quien está hablando.

—Me perdono, mi señor.—dijo ahora sabiendo su posición—Quiero decir, no lo sabía, pero déjeme comenzar de nuevo, diciéndole que estoy agradecido con su generosidad acerca de querer contribuir en el negocio de mi padre porque…

Fue cortado al instante.

—No hace falta decirlo, su padre ya me hizo saber de su gratitud.

Hoseok se puso rojo.

No sabía que este hombre sería tan ruin para hacerlo avergonzar con que no quería nada de plática. Bien. Pero a Hoseok no le bastó.

—Perdon, no sabía que había sido aclarado de mi gratitud—hizo una mueca—, pero me supongo que mi padre le habrá comentado también del viaje.

No sabía por qué quería hacer conversación, pero suponía que se debía a que el hombre no parecía interesado y Hoseok era golpeado en lo profundo, aún cuando no le había interesado antes si alguien lo dejaba de mirar. Esta vez le estaba molestando su altanería.

—El viaje no dura más de 4 horas, según comentó su padre.—hablo sin mirarlo aún, solo viendo el paisaje, como esperando a que se movieran de una vez.—No tengo problemas con el viaje si a eso se refiere.

Hoseok tragó saliva.

—Deseo que se sienta cómodo.

—Lo estoy.

Y no hubo más ruido.

Hoseok intento de nuevo.

—Y… si me permite preguntar: ¿Usted reside aquí? Me enteré que…

—Desearía que no se me preguntarán cosas personales.—clavo sus ojos fríos en Hoseok.—Gracias.

Y de nuevo volteo hacia otro lado.

Hoseok apretó las manos fuertemente como para dejar marcas.

—No las haré, si gusta.—sonrio forzosamente.—Aunque no sabía que le molestaba mucho mi presencia, en ese caso, me hubiera pedido que me calle.

Vio como el hombre de nuevo dirigía sus ojos hacia él. Parecían… divertidos.

—Nunca dije que me desagradara algo de usted, pero puedo comprender si no le gusta mi falta de habla. Tal vez esta acostumbrado a tener varias bocas hablando alrededor.

—¿Qué está pretendiendo decir?

Hoseok no quería lucir molesto. Él jamás se molestaba. Él se comportaba de manera refinada, pero este hombre hacia que saliera un yo que no quería salir.

—Algunas personas perseveran el silencio antes que la charla trivial, a menos que sea correspondida.

Oh, wow.

Hoseok se sintió tan humillado, que no impidió decir.

—No sabía que los empresarios alfas con títulos y mucho dinero serían tan maleducados. Tal vez conocí solo a los buenos y me tocó hablar con alguien como usted hasta ahora, quien no reconoce la compañía de un Omega.

El hombre se relajo en su asiento.
Le estaba divirtiendo…

Qué hombre tan descarado.

—¿Maleducado por querer un poco de modestia en la habitación?

—¿Cree que soy imprudente?

—Lo es, de hecho.

Hoseok ardía de furia.

—Me está ofendiendo, mi señor.

—Imprudente por decir todas estas cosas cuando lo único que hice fue responder cortésmente a sus preguntas, no sé qué más esperaba de mi. Es un poco imprudente de su parte querer imponer sus propios valores solo para seguirle la corriente, es… ridículo. No todos podemos pensar como usted o actuar como lo espera, me perdone.

Hoseok quiso ir en contra del tal Kim Taehyung y agarrar su buena chaqueta y rasgarla.

—No impongo nada, solo quería hacer una conversación para tener un buen ambiente, ¿es imprudente aquello?

—No soy de muchas palabras y no me gusta cuando me obligan a querer charlar, aún cuando fui respetuoso en tratar de responderle.

Ahora se hacía la víctima.

Hoseok se movió en el asiento, ya que estaba al frente del alfa, para mirarlo más de cerca.

—No es malo ser un poco caballeroso en querer charlar, ¿le teme a algo señor Kim?

—¿Usted le teme al rechazo, joven Jung?

Hoseok se quedó perplejo. El aroma en la habitación de había hecho espeso y abrumador. Hoseok olió con convicción la fragancia dura del alfa.

—¿Qué quiere decir?—parpadeo.

—¿Le teme a que no sucumba a sus charlas triviales o por qué se esmera en querer que participe? Esta haciendo todo un alboroto por nada.

—Esta bien si no quería participar de mi grata conversación, pero no sabía que sería tan hiriente.

—¿Hiriente? Tal vez el que está siendo hiriente es usted consigo mismo, y todo porque no estoy de acuerdo en algo que dijo. Tal vez a usted no le gusta que no se le de la atención debida.

Sabía lo que insinuaba.

Qué tal vez era aquellos omegas caprichosos que solo querían toda la atención para verse lindo y fresco y así poder hablar sin parar de él mismo. Él no era así, solo que no le gustaba ser cortés y que no se le devolvieran, era todo.

Tal vez estaba acostumbrado a ser el centro de atención y le tomo por sorpresa este alfa maleducado que no se digna a sonreírle siquiera, pero era todo. No estaba empecinado en nada.

Este alfa tergiversaba su monólogo a conveniencia como un manipulador.

Estaba bien si no le caía por alguna extraña razón, pero era inaudito que quisiera dejarlo mal parado solo porque tenía un mal día.

—Lamento que tenga un mal dia y yo sea su desahogo.

—No lo es, en lo absoluto. Estaba teniendo un buen día, pero creo que para tenerlo por completo, debo ser mas abierto y empático, ¿no lo cree?

Hoseok quiso responder algo mordaz, pero su padre ingreso al carruaje.

—Lo siento, tuve que decirle al cochero por donde debía ir para acortar el camino.—se sentó al lado de Hoseok y sonrió con ojos sumamente abiertos—Hoseok, él es Kim Taehyung, perdón por no presentarlos, pero…

—No se preocupe, hemos tenido una charla interesante de la cual me he visto a participar. Su hijo tiene varios encantos.

Su padre río para su mortificación.

—Lo saco de su madre.

Kim Taehyung sonrió.

Quería golpear esa sonrisa deslumbrante, pero prefirió mirar a otro lado mientras el coche se movía, esperando que el viaje no sea tan largo o podría irse en contra de ese alfa tan impresentable.

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