Capítulo 1

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—Joven Jung, el señor Welt quiere conocerlo. Es un comandante de las fuerzas del gobierno muy respetado y ama los omegas con exquisitos modales como usted.

—Gracias, Marcus. Iré en unos segundos, que tenga en cuenta que tengo que hacerlo esperar por ley de atracción.—el susodicho río y Hoseok le sonrió.

Espero hasta que se fuera para tragar de un solo sorbo su ponche.

Odiaba tener que fingir una sonrisa encantadora todo el tiempo o que dijeran que era tal cosa cuando no sabían ni el 1% de lo que pensaba. Aunque no podía culparlos por estar irritado con eso, él había hecho de todo por ser el perfecto y hermoso Omega accesible, quien puede hablar con muchos pretendientes y aún así no escoger a ninguno porque era demasiado para simples alfas, quienes no cumplían sus expectativas, a pesar de ser de clase alta.

O eso decían de él.

La verdad era que ninguno le gustaba, pero no podía decírselo sin ser criticado como alguien con demasiado ego metido dentro de su pequeño cuerpo.

Sabía él, que venía de una clase media, quien no había recibido educación de primera, sino que había sido educado en casa por su tía, una institutriz, quien le había exigido ser magnífico en todos los ámbitos para poder opacar su falta de dinero. Sus padres eran trabajadores de telas para tiendas pequeñas situadas en pueblos donde no se veían demasiadas telas de altas costuras. Sus padres habían sido fundadores de esta pequeña empresa de por lo menos 8 trabajadores, quienes se encargaban de exportar telas al por mayor a precios accesibles. No eran reconocidos en el centro de la ciudad (donde yacía en estos momentos), pero por lo menos tenían ahora el dinero y prestigio suficiente para ser reconocido en el mercado pueblerino.

Aún asi, no eran más que trabajadores de clase media promedio, sin título y sin dote por herencia. Lo que hacía que Hoseok no aspirará a nada más que seguir siendo de clase media.

Pero él jamás fue conformista, jamás dejo que le impidiera seguir siendo mejor y poder superarse y parecer de clase alta; ser codiciado y elogiado por encima de la clase que venga.

Sus padres habían sido pobres cuando se casaron, habían criado a Hoseok con lo mejor que tuvieron, pero no fue cuando tenía 10 años en los que podía decir que ya nunca más le faltaría un plato de comida en la mesa. Que su próximo hermano de apenas 6 años jamás sufriría hambre, porque sus padres por fin estaban ganando dinero en base a sus frutos mercantiles de tela.

Entonces fue educado hasta que tuvo 18 años por su tía; una mujer cuyo marido millonario murió y le dejo una gran herencia, pero que lamentablemente la dejo en depresión por su pérdida. Ella lo amaba con fervor y jamás pudieron concebir un niño, por lo que se empecinó en que Hoseok fuera como uno suyo.

Fue chistoso ver a su tía tratándolo con dureza, como si eso fuera ser madre, cuando la verdad es que al no tener un hijo, ella no podría saber cómo era criarlo en base a amor, demasiado molesta con el mundo por quitarle al amor de su vida tan temprano.

Hasta el día de hoy le sigue guardando luto, aunque Hoseok creía que posiblemente era enfermizo que una Omega con tanto dinero fuera codiciada (a pesar de ser viuda y lo horrible que sea eso para todos) y no quisiera saber nada más que la biblia y rendirle homenaje a su esposo.

Aunque algo rescatable fueron sus enseñanzas. Le enseño a Hoseok que si quería ser un Omega respetado, debía ser por sobre toda las cosas, ser bueno en lo que hiciera, terminarlo por completo de buena manera o mejor se daba por vencido y ser mediocre.

Ella había sido criada con excelencia y le había pasado esos valores a Hoseok y ahora a su hermano de 17 años, que residía en el pueblo con mamá y tía para firmarlo pronto para su debut y traerlo a la ciudad como Hoseok.

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