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Disclaimer antes de leer: esta historia contendrá temas sensibles como abuso de sustancias, abuso doméstico, infidelidad, smut eventual, entre otros, leer bajo su propio juicio, se utilizará principalmente lenguaje neutro, en caso de usar palabras o modismos incorrectos, pido perdón de antemano, no queda de más mencionar que esta es una obra meramente ficticia en donde absolutamente TODOS los personajes son productos de mi imaginación.

Enjoy, Analí.


── ࣪˖  ࣪ ⊹ ࣪ ˖ ──

—Muchas gracias por todo—dice Alana amablemente mientras le abre la puerta a Julieta, su estilista de confianza.

—Gracias a ti—dice ella—. Ya sabes, si se te empiezan a soltar las ondas...

—Dejo que lo hagan y no meto mato—termina la oración, recordando como en el último evento al que asistió, arruinó su  peinado intentando componer un rizo suelto.

—Eso es—dice riendo—. Mucha suerte hoy.

—Vale, gracias—le responde cerrando la puerta una vez se marcha del departamento.

No necesita suerte.

No la necesita porque no está nominada a ningún premio, no tiene que presentar artistas o entrevistar gente que no conoce, simplemente se dedicará a ver una premier de una película independiente, beber alcohol gratis y comer palomitas, un viernes bastante apetecible a decir verdad.

Hace dos años y medio que se mudó a Sevilla, antes de eso, nunca había visitado Europa, y la primera vez que lo hizo, se quedó.

Nunca se hubiera imaginado viviendo en España, fuera de su país  y fuera de su familia, pero todo cambió cuando le ofrecieron un nuevo trabajo a Sebastián.

Sebastián  era su novio desde hace largos cuatro años, se conocieron precisamente por el trabajo, cuando él fue el encargado de editar su libro de fantasía, el chico hizo un trabajo impecable, como de costumbre, y el libro terminó siendo best selling en Latinoamérica, cosa que hasta el día de hoy, Alana encontraba como algó impactante y maravilloso.

Decidieron separar su relación del trabajo, por lo cual el resto de libros de la saga (otros tres en total) fueron editados por otra colega, eso no fue impedimenta para que el resto de los libros fueran igual de aceptados que el primero, actualmente, Alana era una de las autoras más proclamadas del habla hispana, firmando contrato con una editorial que le daba libertad de escritura, escuchaba sus opiniones y conseguía que asistiera a eventos divertidos: la premier de una película underground en el teatro más grande la ciudad.

Después de quemarse las pestañas durante cuatro años, consiguiendo de alguna manera escribir un libro por cada uno, Alana decidió tomarse unas vacaciones, aún así, sus dedos picaban por seguir creando, por lo cual actualmente se dedicaba a leer y corregir los manuscritos de Sebastián, el cual había decidido escribir su propio libro a la par de editar para otros autores, para este punto, a Alana le parecía un poco irónico todo el asunto, pues cuando acordaron separar el trabajo de su relación, no pensó que eso significaría leer los cientos de relatos sin terminar del chico mientras que él no se dignaba a leer nada de lo que ella hacía, pero no quería culparlo, sabía más que nadie que su novio se encontraba lleno de trabajo hasta las narices, y cuando no lo estaba, él mismo buscaba encontrarse en aquella incómoda situación.

—Me da mucha pena no acompañarte hoy—dijo Sebastián viéndola desde el marco de la puerta mientras que ella terminaba de aplicarse la última capa de rubor, Alana hacía su maquillaje para todos los eventos a los que iba, era una de las cosas que más le apasionaba, sin embargo, su rebelde cabello sólo podía ser domado por Julieta, por lo cual la mujer siempre trabajaba en su melena mientras que ella se maquillaba.

high infidelity ; Enzo Vogrincic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora