Close - Minsung

Long Dream

La noche anterior había transcurrido tranquila a pesar de la tormenta de nieve. Estuvieron charlando y riendo un rato, el ambiente era mucho más ligero pero con las mariposas y el cosquilleo a flor de piel todavía. Luego, como si nada, cada uno se fue a su respectivo cuarto. Minho lo dudó un poco, pero no quería ser intenso. Jisung seguía maravillado por lo que había pasado, sonrió recordando todo y se quedó dormido mucho más rápido de lo normal, lo cual hizo que, a la mañana siguiente, se despertara incluso antes que Minho.

Jisung era una persona muy detallista, no siempre lo hacía, pero cuando quería hacer algo por alguien o darle algo a alguien, hacía lo mejor que podía para que la otra persona estuviera feliz, y era su misión esa mañana. Sus habilidades culinarias no eran como las del pelirrojo, pero tampoco eran malas. Decidió hacer un desayuno sencillo que esperaba le gustase al detective. Había aprendido a hacer pancakes previamente y encontró todo para hacer chocolate caliente.

El pelinegro se concentraba mucho cuando cocinaba, por lo que no se daba cuenta de lo que sucedía a su alrededor fácilmente, él quería que todo saliera perfecto. Mientras estaba haciendo los pancakes, sintió unos brazos que lo rodeaban suavemente desde atrás por su cintura. Se sobresaltó un poco pero al ver que era Minho, rió un poco.

– ¡Me asustaste! – se quejó. Pero qué lindo era sentir al pelirrojo abrazándolo de esa manera.

Minho siempre había querido abrazar a Jisung, si bien había tenido oportunidades en el pasado y el músico siempre había sido muy expresivo en sus afectos, no contaba con el efecto que iba a causar en él verlo tan temprano haciendo lo que parecía desayuno. Su sigilo ayudó al factor sorpresa y rió suavemente ante la reacción.

– Nunca hay que bajar la guardia, – Le advirtió, recordando la promesa que le había hecho de enseñarle defensa personal, – por eso tienes que entrenar conmigo, ¿ves? – Le desordenó el pelo mientras se alejaba de él buscando un vaso de agua. – ¿Descansaste? ¿Qué es eso que tienes ahí? ¿Me estás preparando desayuno? – Los ojos negros de Minho se iluminaron.

– ¿Cómo no voy a bajar la guardia estando en este lugar y contigo? Ish... – le reclamó. – Pancakes... ¿Quieres probar? – partió un pedacito pequeño de uno de los que ya estaban listos y acercó la cuchara a la boca del mayor.

– A ver tus habilidades culinarias, – Minho probó el bocado que le ofreció Jisung, era la primera vez que lo veía cocinar. Sonrió con satisfacción, estaba delicioso. – Nada, nada mal. ¿Puedo pedir una orden doble? – Era muy raro, pero a la vez hermoso estar así con él. Era como si ya no tuviera que andar pendiente de decir o hacer algo que podía ser malinterpretado o parecer intenso. La novedad de ello lo abrumaba un poco, pero se recordó estar presente en el momento. – ¿Qué quieres hacer hoy? – Le preguntó con curiosidad, había nevado toda la noche y el paisaje estaba completamente blanco por lo que podía ver por la ventana.

Jisung soltó una risita por el comentario de Minho, le sorprendía un poco conocer esta nueva faceta del pelirrojo. De verdad no se cansaría. Lo hacía reír y lo hacía sentir aún más cómodo.

– Puedes pedir las órdenes que quieras, pero debes pagarme... Y primero desayunemos, quiero entregarte una cosa después. Tampoco creo que podamos hacer mucho con esa cantidad de nieve afuera...

Minho parpadeó algunas veces antes de hablar, – ¿Algo para mí? – no se le podía ocurrir qué tendría el pelinegro. – Si me vas a cobrar, te voy a hacer cobro retroactivo también. ¿Qué te debo? – Preguntó serio por un instante pero después le hizo una mueca dando a entender que bromeaba. – Creo que si salimos no podremos ir muy lejos caminando, ni hablar de salir en el auto. ¿Quieres ver una película?

– Solo hay una forma de pagarme, – dijo Jisung volteandose y acercándose a Minho. Le miró los labios y luego lo miró a los ojos. No necesitaba decir nada más y luego sonrió. – Sí, veamos una película. – respondió volviendo a mirar los pancakes que ya estaban a punto para que no se quemaran.