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La luz de la mañana entraba por la ventana y revelaba el rostro del músico aún dormido. Como era costumbre, Minho se despertaba antes que él y esa mañana no era la excepción. Con ojos de amor, sin moverse todavía, el pelirrojo miraba a su ardilla favorita, Jisung. De pronto, la luz en sus ojos empezó a molestarle y despertó frotando sus ojos. Cuando por fin los abrió, Minho lo estaba mirando sonriendo.

– No me mireeees – reprochó Jisung.

– Pero si llevo mirándote media hora ya. No te vas a gastar. – Le respondió con humor mientras arreglaba su pelo que igual seguía desordenado. – Es raro no despertar aquí solo... Es decir, no es malo, para nada. Es solo... raro?

– ¿Porque siempre estás solo aquí? ¿En las noches? Pero que no te escuchen los gatos, de pronto hacen males si te escuchan – dijo por lo bajo soltando una risita. Minho lo miró divertido, compartir algo del sentido del humor con Jisung era una de sus cosas favoritas, no tomarse tan en serio, pero igual hacer que cada detalle pequeño contara.

– Porque normalmente los gatos no dejan a nadie más dormir aquí. Pudiste haber muerto anoche, los conozco. Pero sobreviviste, eso es sorprendente. – Intentó decirlo con total seriedad, pero una carcajada final lo delató.

– Apuesto a que sí... – terminó riendo. – Me gusta estar aquí contigo y también tener la compañía de ellos. Son los primeros gatos que conozco y son muy juiciosos.

Minho tal vez exageró un poco con lo de los gatos, la verdad es que se portaban muy bien como dijo Jisung, pero no iba a negar que le sorprendía que fueran tan amigables con él. Tanto, al punto de que dos de ellos estaban dormidos a los pies de la cama, mientras que Soonie estaba en algún lugar debajo de la cama.

– Pues ya eres padre adoptivo de ellos, vas a tener responsabilidades. – Volvió a bromear. – Pero en serio ¿Descansaste? – Le preguntó pensando luego de la jornada tan agitada que habían tenido el día antes. Minho se preocupaba de más, así no lo dejara ver de todo el mundo, más si se trataba de Jisung.

– Sí, logré descansar, la verdad pensé que no lo haría. – y era verdad, Jisung pensó que pasaría la noche en vela esperando por alguna noticia o algo sobre la captura de Tiger JK. Pero contrario a eso, durmió como un bebé.

– ¿Aún cuando te quité las cobijas a mitad de la noche?

– Pues parece que los dos hacemos lo mismo porque ahorita estamos arropados los dos... A menos que hubieras hecho trampa. Me... engañaste? – soltó con humor.

– Acaparaste la cobija. Tenía que defenderme. No sé si esta situación sea sostenible a futuro... – Obviamente estaba bromeando, aunque sí se había dado cuenta que había destapado a Jisung en algún momento de la noche pero el menor no se percató. Al detective le gusta verlo desorientado y sorprendido, como la ardilla que era, e iba a hacer lo posible por distraerlo el resto del día hasta que pudieran estar tranquilos, presentía que el final de todo el drama estaba muy cerca.

Jisung solo abrió los ojos como platos aunque claramente Minho estaba bromeando. Luego sonrió y se acercó un poco hacia el detective, levantó la pierna y la puso encima de él.

– No me quiero levantar todavía, – dijo haciendo un puchero.

– ¿Esperas que eso funcione? – Le respondió apenas escuchó el primer tono de pataleta pero no se movió. La verdad es que no tenían que ir a ningún lugar, pero el castaño tenía una manera peculiar de "pedir" las cosas.

– Esperaba que mi chantaje fuera suficiente... ¿Lo fue? – lo miró con ojos brillantes. Disfrutaba estar tan cerca a Minho.

– No aprendes, Hannie. – En un movimiento rápido levantó la pierna de Jisung y se deslizó al borde de la cama, listo para levantarse. No iba a negar que podía y deseaba quedarse en la cama un rato más, pero provocar a Jisung era su pasatiempo favorito.

Close - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora