Mis Sueños Me Lo Dijeron.

Capítulo 5. Probablemente es una señal.

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Al fin llego el día de descanso, por suerte no nos lo cambiaron por días anteriores y es fin de semana al igual día en el que recibí el primer pago. Hoy quedamos en que no saldríamos ya que cada una tenía cosas que hacer.

Después de que mi mamá y yo desayunamos, le dije que se arreglara ya que saldríamos para hacer las compras de la despensa o lo que hacía falta para esta quincena nueva. No nos queríamos tardar mucho a que mi hermano llegaría antes de la una de la tarde.

Una vez que dejamos la casa recogida y nosotras ya listas, salimos de la casa cuarenta minutos desde que le dije. Tardamos tan solo quince minutos en llegar al supermercado.

─Hija, no quiero que te gastes todo tu dinero en esto, dijiste que querías comprarte unas cosas, mejor gástalo en eso –dijo mi mamá detrás de mi mientras yo agarraba un carrito para poner las compras.

─Lo puedo comprar con el próximo pago que me den, así junto un poco más para no quedarme sin nada para los gastos del transporte al trabajo –respondí y entramos al establecimiento.

─Por eso mismo te lo digo, esto lo puede comprar tu papá mañana podemos venir.

Siguió insistiendo, pero ya estamos aquí. Negué y comencé a caminar hacía uno de los pasillos.

─Ya estamos aquí. Anda, comienza a tomar lo que haga falta.

Escuché como soltó un bufido por lo insistente que fui. Pero aun así comenzamos a poner lo que faltaba recordando lo que según faltaba, entre para preparar comida, cosas de aseo personal y alguna que otra para la casa.

─Lo que hizo falta lo puede traer mañana tu papá del otro supermercado antes de que tome el bus de regreso, aprovechando que sale temprano.

Menciono mi mamá mientras nos acercamos a una de las filas más vacías para pagar.

─Llegando a la casa le avisas que hicimos una parte de las compras y ya en la noche que llegue él le haces la lista de lo que falte –la mire y asintió.

Las demás filas a nuestro alrededor comenzaron a avanzar más rápido a comparación de donde nos encontrábamos nosotras y eso comenzaba a desesperarme ya que no avanzábamos. Cansada de esto suspire con pesadez y de repente siento a alguien detrás de mí me cubrió los ojos sin tocar los lentes. Me asuste un poco, pues odiaba que hieran eso.

─¿Quién soy? –esa persona cambio el tono de su voz para que o pudiera adivinar tan pronto.

─Mmm –traté de adivinar, pero en vez de eso comencé a estresarme –La verdad no se quien seas, pero de seguro mi mamá no me lo dirá.

Escuché dos risas y obviamente se escuchaba de mujer. La persona que me quito la visión, quito sus manos y rápidamente me di la vuelta para ver de quien se trataba.

─Livi ¿Cómo que no adivinaste que era yo? –exclamó Mia al vernos y ambas extendimos los brazos para abrazarnos.

─Mia –solté una risita –Lo siento, pero sabes que odio que hagan eso –ambas reímos y nos separamos.

─Lo sé, por eso lo hice –nos miramos varios segundos sin decir nada y solo nos sonreímos –Teníamos bastante tiempo sin vernos...¿Cómo te va en la escuela?

Sonreí de lado, pues el tema de la escuela ha sido un poco triste para mí. Mi mamá se me quedo viendo e hizo un ligero puchero.

─Desde que salíamos de la prepa que no nos vemos. Vaya, si ha sido demasiado tiempo –reí –Y pues, no estoy estudiando, no he podido quedar por más que estudie todas las guías no he tenido suerte, pero estoy trabajando.