Capítulo 10. Reencuentro.

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Las decisiones no se deben tomar muy a la ligera y sin haberlo pensado muy detenidamente. No había dejado de pensar en cual será mi respuesta, no ha pasado un día en que mis amigas me pregunten si iremos o no y la realidad es que ni yo misma se la respuesta.

Faltando pocos días, comencé a sentirme agobiada por no tener clara la respuesta. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que convivimos juntos. No solo es una reunión, es un reencuentro con todos, pero también es "Nuestro reencuentro" y es lo que me pone a pensar bien las cosas.

─¿Ya lo pensaste bien? –me preguntó Briana durante la hora de comer de ambas.

Suspire y deje sobre al molde el sándwich para después tomar mi botella de agua y beber un poco.

─Livian –reprocho.

─Si. Y creo que estaría bien ir, aunque sea por unas cuantas horas –respondí, y ella suspiro aliviada.

Alzo un poco sus manos al aire. ─Por fin, que bueno, para avisarle a Ney y a Antonio para poder entrar todos juntos al llegar ese día.

─Pero...– murmure –Tengo miedo de verlo.

Nos miramos fijamente y relajo sus hombros.

─Livian, comprendo que tengas miedo, pero debes de afrontar ese miedo. Dime –hizo una pausa –¿Lo estarás evitando cada que casualmente se vean en algún lado?

─Posiblemente si lo evitaría si eso llegase a suceder después de esto.

─No puedes pasar tu vida evitando al chico que consideraste como un posiblemente tu amor verdadero.

─Si, claro que puedo hacer eso–respondí rápidamente –Aunque eso sería muy descortés de mi parte.

Soltó una risa negando y tomo un poco de su comida con el cubierto. ─Bueno, entonces tenemos que avisarles.

Días después...

Trece días desde que nos dijeron de esta reunión, cinco días antes decidí asistir al igual que mis amigas y el día cero llego. Los nervios me hacían ya no querer ir. Mi mamá insistió de igual manera e incluso me ayudo a elegir mi ropa. Me tome mi tiempo para arreglarme y ponerme linda, pues tenía que verme presentable. Ya que Briana, Ney y yo nos iríamos en un Uber, nos quedamos de ver en un punto medio, las tres llegamos casi al mismo tiempo y Briana se encargó de pedir el auto. No demoraríamos tanto en llegar al punto de encuentro con los demás. Luis nos iba preguntando cada diez minutos si íbamos bien, es muy atento con nosotras. El pulso comenzó a acelerarse cuando en GPS del conductor anuncio que faltaban tan solo dos minutos para llegar. Fueron los minutos más rápidos. Al llegar, bajamos y le pagamos al conductor. Tuvimos que caminar un poco ya que el establecimiento estaba más hacía adentro de la plaza comercial.

─¡Chicas, aquí! –la irreconocible voz de nuestro amigo llamándonos para captar nuestra atención nos hizo ir hacía él.

Nos abrazamos los cuatro juntos y ya después nos abrazó a cada una.

─Cuanto tiempo, ya las extrañaba –exclamó haciendo un puchero –De verdad no tienen idea de cuánto.

─Si nos extrañaste mucho –afirmo Ney volviendo a abrazar a Luis de lado.

─No mientas, ya nos cambiaste por tus amigos de la universidad –dijo Briana señalándolo con su dedo índice, lo cual nos hizo reír a todos.

─Como ustedes no hay dos, son únicas –respondió con una enorme sonrisa en su rostro.

Mis Sueños Me Lo Dijeron.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora