𝙰𝚝𝚛𝚊𝚌𝚌𝚒𝚘𝚗

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En el oscuro y lujoso hotel del inframundo, Lucifer y Alastor se encontraban solos en uno de los grandes salones. La atmósfera estaba cargada con la esencia del mal y la travesura. Alastor, siempre juguetón, decidió entretenerse un poco.

—Lucifer, ¿alguna vez te he contado el chiste de la serpiente que entró a un bar? —dijo Alastor con una sonrisa traviesa.

Lucifer, mirándolo con expresión seria, respondió: —No, Alastor, no he tenido el placer.

Alastor comenzó su relato con entusiasmo pero a medida que avanzaba, su narración tomaba giros inesperados y cómicos. Sin embargo, Lucifer, conocido por su temperamento, empezó a perder la paciencia.

—Alastor, ¿puedes llegar al punto de una vez? —dijo Lucifer, cruzando los brazos.

Alastor, ignorando la tensión creciente, continuó con su historia, disfrutando cada vez más de la incomodidad de Lucifer. Finalmente, con un giro cómico, Alastor terminó su chiste.

Esperando la risa de Lucifer, Alastor se encontró con una mirada gélida.

—Alastor, ¿acaso te tomas algo en serio alguna vez? —dijo Lucifer, levantándose con fastidio.

La risa de Alastor se desvaneció, ¿Pero porque se sentía así? Una sombra de preocupación cruzó su rostro mientras Lucifer abandonaba la habitación visiblemente molesto.

El demonio de la radio le gustaba mucho hacer bromas, y mas si su víctima era Lucifer, pero desde que los huéspedes del Hotel se van muy seguido de este su tensión con el angel caído ha estado creciendo.

Hay veces que siente la necesidad de estar a su lado, y hay veces que lo detesta a morir, veces en las que le gusta verlo enojado y veces en las que desa verlo reir.

Por su cabeza no había cruzado la idea de sentir atracción por aquel rubio, así que pensó que era normal... ¿Pero de verdad era normal? Esa pregunta estaba de nuevo en su cabeza.

Decidió averiguar en donde estaba aquel bajito, y para su sorpresa estaba en la cocina batiendo con ferocidad una mezcla de al parecer hotcakes.

— ¿Lo interrumpo su majestad?— preguntó tratando de sonar lo mas casual posible

— Me libre de ti por un momento y ahora de nuevo estás atrás de mi como perro faldero— murmuró hastiado el más bajo

— Yo no soy un perro— se quejo el de cuernos

— ¿Te recuerda a como moriste? ¡Ja!

La burla de Lucifer no le hizo gracia, pero ver cómo después de esta soltaba pequeñas risas divertidas hizo que su sonrisa se ensanchará de inmediato.

— Como sea— musitó el rubio— muero de ganas para que Charlie pruebe mi nueva receta de pancakes

— ¿Que le agregó de nuevo? ¿Leche de almendras?— dijo el pelirrojo tratando de sonar sarcástico

— A veces siento que me acosas

El demonio de la radio ladeó la cabeza semi confundido, ¿Acaso le había atinado? Fuera como fuera el caso se mantuvo atento a los movimientos de mayor, atento a como batía la mezcla, en como vaciaba de a poco está en el sartén y como delicadamente volteaba cada uno de los hotcakes.

— Me fascina  como lo haces— admitió Alastor

— Bueno al tener una hija tuve que ingeniarmelas para que estas bellezas queden perfectas

Otro silencio, uno donde la comodidad era poca y la tensión era demasiada, ¿Debían de decir algo mas?

— Entonces... ¿Cómo fuiste en la tierra?

— ¿Cómo fui? Umm— el más alto meditó un poco sus palabras— Como lo soy ahora... Mi infancia fue común— común eran las caricias de su madre al terminar alguna discusión con su "padre"— en mi juventud estudie lo suficiente como para trabajar de locutor... Supongo eso es todo

Lucifer sintió curiosidad, el semblante del venado no era lo que acostumbraba, era una mirada nostálgica con una sonrisa melancólica.

— Ya veo— murmuró sin más, no quería ser tan metiche aunque la curiosidad lo mataba

— ¿Que hay de ti? ¿Cómo fue estar en el cielo?

Lucifer se quedó callado unos segundos, pensó todo lo que tuvo que pasar estando en ese reino.

— Era un bufón para ellos... Mis ideas eran erróneas a su perfección y... No todos me entendían.... Por eso hice lo que hice.

Silencio, uno más tenso pero esta vez era incómodo.

— Lamentó todo eso Luci— Alastor podía llegar a odiar a ese ángel pero tanto como su vida como la de él era muy trágica... Claro quitando la chispa de diversión que solía ponerle a todo.

— Que importa... Estoy muy feliz aqui contigo y mi hija-— pensó un poco en lo que dijo, ese rubor que solía adornar sus mejillas se intensificó.

— interesante — murmuró Alastor satisfecho con esa confesión

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𝙼𝚒 𝚊𝚗𝚐𝚎𝚕 𝙲𝚊𝚒𝚍𝚘 || RadioAppleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora