—Alessandra—me desperté de golpe cuando me tocó el rostro y golpeé una mano antes de levantarme y correr a la esquina de la habitación—. Alessandra, mírame, hay luz.
Cerré los ojos negando, me obligué a respirar profundo mientras escuchaba mi corazón martillear con fuerza en mi pecho.
»Alessandra, hay luz, no estás ahí—su voz se volvió más clara, pero seguía sin poder abrir los ojos—. Mírame, mírame a los ojos. Ahora.
Su voz exigente me hizo abrir los ojos de inmediato para fijarlos en los suyos, completamente fríos, sin sentimiento alguno, vacíos de esa forma intimidante.
Y fue como un golpe que me hizo chocar contra una pared de hormigón, mi respiración se volvió más clara, menos pesada mientras Nino me miraba fijamente sin apartarme de sus ojos.
—G-gracias—murmuré, tragando grueso ante la sensación de opresión en mi pecho que se desvanecía poco a poco—. N-no fue mi intención despertarte, yo...
—No me despertaste, ya es de día—señaló el reloj que marcaba las seis de la mañana—. ¿Quieres un poco de agua?
—Más bien una ducha caliente—intenté bromear, su expresión rápidamente se transformó en... calor, sentimientos, y me ofreció una sonrisa tentativa—. Lo siento, ¿vas a nadar?—señalé su short de baño
Asintió.
—¿Quieres acompañarme?—preguntó y asentí—. Perfecto, vamos—me extendió su mano al levantarse y yo deslicé mi palma en la suya, agradeciendo que su calor corporal le ofreciera un poco de consuelo al frío que me causaban mis pesadillas
—¿No vas a preguntarme sobre mis pesadillas?—mordí mi labio nerviosa
—¿Quieres hablar sobre ellas?—inquirió
—No, en realidad no—suspiré—. Mi hermana, Aria, se quedó conmigo un mes después de lo que pasó y siempre me hacía hablarle sobre mis pesadillas. Creía que ayudaba, pero solo me hacía sentir peor porque traía todos los recuerdos a mi cabeza. Como una segunda pesadilla.
—Entonces no hablaremos de ellas—sentenció—. Vamos a nadar, estás tensa y creo que va a ayudarte.
***
—Buenos días—sonreí, dejando el plato de Nino en la mesa frente a nosotros en la sala de juegos cuando Savio y Remo se unieron a nosotros
Ambos fruncieron el ceño a la comida casera que había estado preparando después de pasar algunas horas nadando en la piscina junto a Nino.
—¿De dónde salió todo esto?—cuestionó Remo, acercándose a paso lento
A diferencia del capo, Savio básicamente corrió a su lugar y comenzó a tragar la comida casi sin masticar, gimiendo cada dos segundos mientras asentía en aprobación.
Sonreí ampliamente.
—Del supermercado, Nino me llevó a comprar algo—me encogí de hombros—. Sé que ustedes comen comida chatarra y no pretendo cambiarlo pero... me gusta cocinar para distraerme entre las clases y mi programa de ejercicios...
—¿Qué clases?—su pregunta fue tan brusca que casi sonó a Luca, pero en Remo no parecía que fuera por fastidio a mi presencia, sino que era su forma normal de hablar
—Mis clases de idiomas con Harvard—expliqué—. Luca me dejaba tomar clases de la universidad.
Asintió, tomando asiento y comenzando a comer como si nada, así que suspiré y tomé asiento junto a mi esposo para comenzar a comer los huevos benedictinos con tocino, jamón y tostadas con guacamole.
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Twisted Cage [Nino Falcone]
FanfictionDurante toda mi vida, me sentí atrapada en una jaula invisible. Vivía en una ciudad que no me agradaba, rodeada de personas que no me aceptaban. Me sentía sola y anhelaba escapar de esa vida opresiva. Pero un día, me enteré de que la Camorra, los Mo...