Cap 5

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Nino

A pesar de que mis hermanos y yo no éramos religiosos, la ceremonia iba a llevarse a cabo en la catedral de Nueva York.

Ya estaba decidido que eso no pasaría, pero Fabiano intervino alegando que si iba a casarme con su hermana, lo haríamos todo de la forma en la que ella había querido de pequeña.

Remo, a mi lado como mi padrino, desvestía con los ojos a la esposa de Cassio, logrando que este le frunciera el ceño con disgusto.

Le envié a Remo una mirada de advertencia, pero él me ignoró. Probablemente habría preferido una boda sangrienta, y por la mirada en el rostro de Matteo cuando se sentó en la primera fila, él también lo prefería. Adamo y Savio se sentaron a pocos asientos de los Vitiello. Para mi sorpresa, Luca le había permitido a Aria sentarse junto a Leona. Parecían llevarse bien, e incluso Fabiano intercambió algunas palabras con su hermana.

Remo puso los ojos en blanco cuando siguió mi mirada. Debería haber estado feliz de que su plan demente estuviera funcionando. Una tregua entre la Famiglia y la Camorra parecía una posibilidad válida.

Las puertas de la iglesia fueron abiertas, y podía escuchar los flashes fuera y periodistas pidiéndole a Alessandra una foto, pero ella se mantuvo con la cabeza en alto, ignorando a todos mientras escondía su rostro tras el velo.

Ella había elegido un vestido sin mangas, pero con guantes de gasa traslúcida, al contrario del velo con gasa blanca. El vestido no era demasiado grande, pero tampoco era simple.

Era costoso, sin lugar a dudas, y podía saberlo por los cristales que creaban patrones tanto en el vestido como en el velo y los guantes que cubrían sus manos mientras llevaba un ramo de rosas blancas.

La marcha nupcial comenzó a sonar por el grupo de música que habían contratado, con solo violín, violonchelo y piano sonando suavemente con cada paso que ella daba hacia mi del brazo de Luca.

«Quiso que su hermano la llevara, pero Luca se negó sin dar espacio a réplica. Fabiano aún estaba furioso por ello»

El velo me privaba de ver su rostro, pero cuando Luca me entregó su mano ella inmediatamente se acercó a mi como si estuviera huyendo del tacto del Capo, quien solo me dirigió un asentimiento antes de sentarse junto a su esposa en la primera fila.

Alessandra se paró frente a mi sin apartar mi mano de la suya, lo que me permitió apoyar mi pulgar en su línea de pulso para sentir su corazón acelerado. «¿Nervios o miedo?»

El pastor dió un largo sermón al que ella prestó poca atención. Podía sentir sus ojos sobre mi a pesar de que el velo no me permitía verlos, me privaba de ver sus ojos para saber si sentía miedo.

No podía juzgarla. Dada nuestra reputación, era normal, pero era un miedo completamente infundado. Era mi esposa, jamás le haría daño y tampoco le daría una razón para temer de mi. «No su podía evitarlo»

—Nino Falcone y Alessandra Scuderi—el sacerdote llamó nuestra atención—. ¿Vienen a contraer matrimonio sin ser forzados, libres y de manera voluntaria?

—Sí, venimos libremente—ambos asentimos, y noté que tomó una bocanada de aire, su mano apretó la mía con lo que supuse era nerviosismo

—¿Están decididos a respetarse y amarse siguiendo la vida del propio matrimonio, durante el resto de su vida?

—Si, estamos dispuestos.

—Unan sus manos y manifiesten su consentimiento ante Dios y ante la Iglesia—ordenó, y solo levanté la mano de Alessandra, tirando suavemente del guante que la cubría mientras Leona se acercaba con los anillos

Twisted Cage [Nino Falcone]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora