El lunes en la mañana mi alarma es la causante de interrumpir la tranquilidad de mi sueño. Irónicamente, esta ni siquiera tenía sonido. Tenía el sueño tan ligero que la vibración contra la silla al lado de mi cama era suficiente para despertarme.
Con algo de pereza logré alcanzarlo y lo apagué, incorporándome de inmediato porque me conocía; si volvía a cerrar los ojos el juego se acababa.
Eran las 5:30a.m y lo que menos me apetecía era salir de casa, no obstante aquello no estaba en discusión, tenía deberes. Salí de la cama y tomé el envase con mi cepillo de dientes para dirigirme al baño. Me duché, preparé mi piel y luego me puse el bloqueador solar para que hiciera efecto mientras terminaba de arreglarme.
Me detuve delante de mi closet pensando qué debería usar. Tenía la necesidad de vestir con algún color pastel así que opté por el rosa, mi favorito. Tomé un top en ese color junto a uno de los jeans que había comprado el sábado. Me miré al espejo y sentí que necesitaba algo más... regresé al closet y lo escudriñé hasta encontrar lo que necesitaba: un cardigan con diseños de fresas. Con el vestuario completo fui al espejo y me verifiqué por última vez. Se veía bien, me daba cierto aire dulce y encantador que me gustaba transmitir. Dejé mi pelo suelto, me coloqué unos tenis de plataforma negros y ya estaba lista.
A las 6:30 ya me encontraba junto a mi madre en su auto. Ella me llevaba hasta la estación del metro y por ahí llegaba a la universidad.
Si bien prácticamente ayer se había insinuado que me juntaría con el grupo el día de hoy, no pensaba pasar por nuestro usual punto de encuentro tan temprano. Había llegado al campus a las 7:40 y mi clase no comenzaba hasta las 9:00, aún así, tenía cosas que adelantar y podía pasar a verlos un poco más tarde.
Llegué directo a mi facultad y me instalé en un aula vacía como había hecho cada día de la semana pasada. Tuve suerte de encontrar una que tuviera aire acondicionado. Si bien mi cardigan no era caluroso, seguía viviendo en un país tropical donde la temperatura más baja si acaso rozaba los 26 grados en la mañana, pero todo sea por el estilo.
Estuve en aquel aula adelantando mis tareas hasta que faltaba media hora para que empezara mi clase, entonces decidí que descansaría ese rato y vería videos en mi teléfono para entretenerme. Antes de eso quise revisar el chat grupal para ver qué habían dicho hasta ahora y si la mayoría había llegado.
Tony: ¿Dónde van a estar hoy, criaturas del amor?
Manuel: Por ahora en la biblioteca.
Evan: ¿Siguen ahí?
Manuel: Sip
Evan: Weo, alguien sálveme.
» La profe me trajo para una actividad.
» 📍Ubicación
Román: Jajajajaja.
Evan: Vengan y finjan que tenemos que ir a estudiar para un examen.
» O yo no sé, algo así.
Román: Soporta.
Evan: Por favor.
Román: Haz tu actividad ahí.
Abrí la ubicación para ver qué tan lejos se encontraba y lo pensé detenidamente. El recorrido era largo, estaba a unos quince minutos de empezar mi clase y no creía que lo valiera.
Iba a ignorar esos mensajes hasta que los siguientes de Román llamaron mi atención.
Román: Puta madre.
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Nuestro segundo primer Amor ©
RomanceTras años de mantener sus emociones en pausa, la vida de Joy da un giro inesperado cuando Evan Mitchell entra en escena. Su corazón, ahora latiendo desbocado por aquel sujeto, deberá enfrentarse a aquello de lo que había huido durante tanto tiempo...