capitulo 3

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Capítulo 3: La huida de Naruto

Naruto corría por las calles de Konoha, sin rumbo fijo. Solo quería alejarse de la academia, de Iruka-sensei, de sus compañeros, de todo. Se sentía herido, traicionado, solo. No entendía por qué le pasaban esas cosas. No entendía por qué la gente lo odiaba. No entendía por qué él era diferente.

Naruto se detuvo en un callejón y se apoyó en una pared. Respiró agitadamente y se secó las lágrimas. Miró al cielo y vio que se estaba oscureciendo. Se dio cuenta de que había estado corriendo por mucho tiempo. Se preguntó qué hora sería y qué haría ahora.

Naruto no tenía a dónde ir. No tenía una casa, solo un pequeño apartamento que le habían asignado los ancianos del consejo. No tenía una familia, solo un zorro de nueve colas que vivía dentro de él. No tenía amigos, solo algunos conocidos que a veces le hablaban.

Naruto se sintió solo y triste. Quiso tener una casa, una familia, unos amigos. Quiso tener alguien que lo quisiera, que lo cuidara, que lo abrazara. Quiso tener alguien que lo entendiera, que lo apoyara, que lo admirara. Quiso tener alguien que lo amara.

Naruto suspiró y se resignó. Sabía que eso era imposible. Sabía que nadie lo querría, nadie lo cuidaría, nadie lo abrazaría. Sabía que nadie lo entendería, nadie lo apoyaría, nadie lo admiraría. Sabía que nadie lo amaría.

Naruto se levantó y decidió seguir caminando. Pensó en ir al bosque, al lago, al puente, a cualquier lugar donde pudiera estar tranquilo. Pensó en ir a comer ramen, a jugar al shogi, a hacer alguna travesura, a cualquier cosa que le hiciera olvidar su dolor. Pensó en ir a ver a Hokage, a Jiraiya, a Tsunade, a cualquier persona que le diera algún consejo.

Naruto salió del callejón y se dirigió a la salida de la aldea. Pero antes de llegar, se encontró con alguien que no esperaba. Alguien que lo detuvo. Alguien que lo cambió.

Era una chica. Una chica de pelo rosa y frente amplia. Una chica que estaba enamorada de Sasuke. Una chica que siempre lo ignoraba. Una chica que se llamaba Sakura.

Sakura había salido de la academia después de Naruto. Había visto cómo Naruto se iba corriendo y había sentido algo en su pecho. Algo que la impulsó a seguirlo. Algo que la hizo preocuparse por él. Algo que la hizo querer hablar con él.

Sakura había corrido tras Naruto, pero no había podido alcanzarlo. Había perdido su rastro y había empezado a buscarlo. Había preguntado a la gente, había revisado los lugares, había usado su intuición. Había tardado un rato, pero al fin lo había encontrado.

Sakura se acercó a Naruto y lo llamó:

-¡Naruto! ¡Naruto! ¡Espera!

Naruto se sorprendió al oír su voz. Se giró y la vio. La reconoció y se molestó. Le dijo:

-¿Qué quieres, Sakura? ¿Vienes a burlarte de mí? ¿Vienes a insultarme? ¿Vienes a pegarme?

Sakura se asustó y se disculpó:

-No, no, no. No vengo a hacer nada de eso. Solo vengo a... a...

Sakura no supo qué decir. No sabía por qué había ido a ver a Naruto. No sabía qué quería decirle. No sabía qué sentía por él.

Naruto se impacientó y le dijo:

-¿A qué? ¿A qué vienes? ¿Qué quieres de mí?

Sakura se puso nerviosa y le dijo:

-Vengo a... a... a decirte que... que...

Sakura se armó de valor y le dijo:

-¡Que lo siento! ¡Que lo siento mucho! ¡Que siento lo que te dijo Iruka-sensei! ¡Que siento lo que te pasa! ¡Que siento lo que sientes!

Naruto se quedó boquiabierto. No podía creer lo que acababa de escuchar. Sakura le había dicho que lo sentía. Sakura le había mostrado compasión. Sakura le había dado consuelo.

Naruto se emocionó y le dijo:

-¿De verdad? ¿De verdad lo sientes? ¿De verdad te importo?

Sakura se sonrojó y le dijo:

-Sí, sí, sí. De verdad lo siento. De verdad me importas.

Naruto se alegró y le dijo:

-¿En serio? ¿En serio me importas? ¿En serio te gusto?

Sakura se ruborizó más y le dijo:

-Sí, sí, sí. En serio me importas. En serio te gusto.

Naruto se sorprendió y le dijo:

-¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué me gustas? ¿Qué te gusto? ¿Qué nos gustamos?

Sakura se puso roja y le dijo:

-Sí, sí, sí. Que me gustas. Que te gusto. Que nos gustamos.

Naruto se quedó sin palabras. No sabía qué decir ni qué hacer. Sakura le había dicho que le gustaba. Sakura le había confesado su amor. Sakura le había dado una esperanza.

Naruto se sintió feliz y le dijo:

-¿De verdad? ¿De verdad me gustas? ¿De verdad te gusto? ¿De verdad nos gustamos?

Sakura se sintió valiente y le dijo:

-Sí, sí, sí. De verdad me gustas. De verdad te gusto. De verdad nos gustamos.

Naruto se sintió afortunado y le dijo:

-¿Entonces? ¿Entonces qué hacemos? ¿Qué quieres que hagamos?

Sakura se sintió decidida y le dijo:

-Entonces... entonces quiero que... que...

Sakura se acercó a Naruto y lo besó. Lo besó con pasión, con ternura, con amor. Lo besó como nunca había besado a nadie. Lo besó como si fuera la primera y la última vez.

Naruto se quedó paralizado. No sabía qué hacer ni cómo reaccionar. Sakura lo había besado. Sakura le había dado su primer beso. Sakura le había robado el corazón.

Naruto se dejó llevar y le correspondió. Le correspondió con pasión, con ternura, con amor. Le correspondió como nunca había correspondido a nadie. Le correspondió como si fuera la primera y la última vez.

Naruto y Sakura se besaron. Se besaron como si no hubiera un mañana. Se besaron como si solo existieran ellos. Se besaron como si fueran únicos. Se besaron como si fueran especiales. Se besaron como si fueran Naruto Uzumaki y Sakura Haruno.

Naruto enamorado a todas las chicas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora