Capítulo 1: El comienzo, Ciudad Crepúsculo

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Sora y Natalia, habían fortalecido una amistad inquebrantable a lo largo de sus aventuras. Tras una encarnizada batalla contra las fuerzas de la oscuridad, Sora se percató con angustia de que Natalia yacía paralizada e inmóvil.

El corazón de Sora se llenó de preocupación al ver a Natalia en ese estado. Sin perder un segundo, se acercó a ella con cautela, tratando de sacudirla suavemente, con la esperanza de que reaccionara. Sin embargo, sus esfuerzos resultaron en vano, ya que Natalia permaneció como un maniquí sin vida, impasible ante los intentos desesperados de Sora por despertarla.

Sora comenzó a entrar en pánico, Natalia no estaba reaccionando—Naty, oye, reacciona. ¡No juegues así conmigo! —tartamudeó.

Sora, presa del pánico, continuó sacudiendo suavemente a Natalia, tratando de llamar su atención. Su voz temblorosa revelaba la angustia y la preocupación que sentía en ese momento.

—¡Naty, por favor, despierta! —exclamó Sora, con la esperanza de que sus palabras pudieran alcanzarla. Pero no hubo respuesta. Natalia permanecía en su estado inmóvil, como si estuviera atrapada en un sueño profundo.

De pronto, Natalia se desplomó en los brazos de Sora. Sora se sobresaltó y logró atraparla para que no se cayera en el suelo.

—¡Natalia! —gritó él—No... ¡No, no, no! ¡ayuda! ¡Riku! ¡Kairi! ¡Donald, Goofy! —exclamó tratando de llamar a sus amigos, pero nadie se aproximaba. Estaba completamente solo...

Sora sintió una mezcla de desesperación y desamparo al ver que no recibía respuesta de sus amigos. Se sentía completamente solo y sin saber qué hacer para ayudar a Natalia. En ese momento, alguien con una túnica negra se fue acercando y lo único que Sora miró fue oscuridad.

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Sora y sus amigos llegaron a la Ciudad Crepúsculo, un lugar que les resultaba familiar. Caminaron por las calles, buscando a Yen Sid y al Rey Mickey, quienes podrían tener respuestas sobre lo que había sucedido con Natalia.

Finalmente, encontraron al sabio mago y al rey en la torre del reloj. Sora se acercó a ellos con determinación, esperando que pudieran ofrecer alguna solución.

—Yen Sid, Rey Mickey. —comenzó a decir Sora, su voz reflejando la urgencia que sentía—Alguien de la Organización XIII se llevó el corazón de Natalia. Intentamos detenerlo, pero no lo logramos y su corazón se rompió.

Yen Sid frunció el ceño, mientras el Rey Mickey se llevaba una mano a la barbilla, pensativo—Esto es preocupante. —dijo Yen Sid—La Organización XIII es una amenaza formidable y no podemos subestimar su poder.

El Rey Mickey asintió y miró a Sora con determinación—Sora, tenemos que encontrar una manera de traer de vuelta el corazón de Natalia. Pero primero, ¿trajeron a Natalia con ustedes?

—¡Sí!- Ah, ¿es para dejarla a un lugar apropiado? —preguntó Goofy mientras se rascaba la nuca.

—Exacto, traenla y nosotros nos ocuparemos de ella. —sonrió Mickey.

Sora asintió, sintiendo una mezcla de alivio y esperanza al saber que Yen Sid y el Rey Mickey estarían cuidando de Natalia. Rápidamente, Sora y sus amigos regresaron a su nave espacial y llevaron a Natalia a la torre del reloj.

Al llegar, Sora depositó con cuidado el cuerpo inerte de Natalia en una cama cercana, confiando en que estaría en buenas manos. Yen Sid y el Rey Mickey comenzaron a realizar un hechizo para proteger y examinar el corazón de Natalia, mientras Sora y sus amigos observaban con atención.

Después de un tiempo, Yen Sid se volvió hacia Sora con una mirada seria—El corazón de Natalia está fragmentado, pero aún hay esperanza. —dijo—Para reunir los fragmentos y devolverle su corazón, tendrás que embarcarte en un viaje a través de diversos mundos y enfrentarte a los peligros que encontrarás en tu camino.

Sora asintió con determinación. Sabía que no podía permitirse rendirse y dejar que Natalia permaneciera así—Haré todo lo posible para traer de vuelta a Natalia. —aseguró, sintiendo una mezcla de determinación y preocupación en su interior.

El Rey Mickey puso una mano en el hombro de Sora—Confiamos en ti, Sora. Sabemos que eres valiente y que harás lo correcto. —dijo con una sonrisa tranquilizadora.

Con el apoyo de sus amigos y el objetivo claro en su mente, Sora se preparó para embarcarse en su próxima aventura. No importaba cuán difícil o peligroso fuera el camino, estaba decidido a luchar por Natalia y traerla de vuelta.

Con su llave espada en mano y el corazón lleno de esperanza, Sora se dispuso a enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino. La búsqueda para reunir los fragmentos del corazón de Natalia estaba a punto de comenzar, y Sora estaba listo para enfrentarla con todo su valor y determinación.

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Sora, Goofy y el Pato Donald se subieron a su nave espacial y despegaron hacia lo desconocido. Sora estaba emocionado por la nueva aventura que les esperaba, pero también sentía una ligera ansiedad por lo que podrían encontrar en el camino.

Mientras volaban por el espacio, Sora observaba a través de la ventana de la nave, maravillado por la vastedad del universo. Las estrellas brillaban con intensidad y los planetas se veían como pequeñas esferas de colores en la distancia. La sensación de estar en el espacio era abrumadora y fascinante al mismo tiempo.

—Parece que tenemos un largo viaje por delante, chicos. —dijo Sora, dirigiéndose a sus amigos—Pero no importa cuánto tiempo tome, encontraremos los fragmentos del corazón de Natalia y la traeremos de vuelta.

Goofy asintió con una sonrisa—¡Eso es correcto, Sora! ¡Siempre encontrarás una manera de ayudar a tus amigos, no importa lo difícil que sea!

El Pato Donald asintió también, aunque parecía un poco más preocupado—Espero que no nos encontramos con demasiados problemas en el camino. Estoy listo para darlo todo, pero no sé si puedo manejar otro encuentro con la Organización XIII.

Sora puso una mano en el hombro de Donald, tratando de calmar sus preocupaciones—No te preocupes, Donald. Estamos juntos en esto y nos apoyaremos mutuamente. Además, tenemos la llave espada para protegernos.

Mientras continuaban su viaje a través del espacio, Sora sentía una mezcla de emociones dentro de él. Había una sensación de anticipación y emoción por las aventuras que les esperaban, pero también una sensación de responsabilidad y determinación. Sabía que no podía fallarle a Natalia ni a sus amigos, y eso le daba la fuerza para seguir adelante.

Con cada estrella que pasaban y cada planeta que se acercaba, Sora se recordaba a sí mismo que había esperanza. Siempre había una forma de superar los desafíos y encontrar la luz en la oscuridad. Con su espíritu optimista y su corazón lleno de valentía, Sora estaba listo para enfrentar cualquier obstáculo que se cruzara en su camino.

La nave espacial continuaba su viaje a través del vasto universo, llevando a Sora y sus amigos hacia su próxima gran aventura. Juntos, estaban decididos a recuperar los fragmentos del corazón de Natalia y traerla de vuelta a salvo.



















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