Juani patrullaba la calle. Bueno, realmente Pardella patrullaba la calle y él iba de copiloto; que ya era algo. Había entrado a la comisaría hacía poco tiempo y era el menor de todos, sabía que lo conocían por ser el novato, el que organizaba los papeles, el que hacía el café, el chico agradable con quien hablar en los descansos pero al que no llevar a los casos serios. Los agentes con los que más hablaba eran el Inspector Kukuritzca y el Teniente Pardella. Este segundo no se llevaba especialmente bien con todo el mundo, pero a Juani le caía genial, era el único que se lo llevaba a los casos y le dejaba llevar el coche de vez en cuando, algunas veces comían juntos y lo había invitado a café más de una vez.
Pardella era el agente más valiente que alguna vez había conocido, era independiente y echado hacia adelante, tenía presencia y un humor algo socarrón que le encantaba. Y lo más importante, parecía genuinamente interesado porque Juani se sintiese integrado en el equipo. – ¿Tienes algo para el fin de semana, chico?
Conducían despacio por la calle, de vez en cuando los paraban para hacerles alguna pregunta sobre la seguridad de la ciudad y los últimos casos de problemas con androides, Pardella se aseguraba de tranquilizar a todo el mundo que preguntase. –No gran cosa, he quedado con un colega para hacer un proyecto.
– Con Matías, ¿no? – Juani asintió; sabía que a su amigo no le gustaba demasiado el Teniente, porque tenía una forma de hablar algo peculiar y muy poca vergüenza. Él le había hablado de su amigo, le gustaba hablar de sus colegas, aunque tampoco tenía demasiados. – No tienes que estar presente en su declaración si no quieres.
Habían transcurrido tres días desde que habían sacado a aquel androide de casa de su mejor amigo. Daba gracias que se le había ocurrido el mensaje flash para las situaciones de urgencia, como la que habían vivido, no quería pensar qué podría haber pasado de lo contrario. Tanto el muchacho como el androide se encontraban bien, se había notificado a la madre de Matías y ambos habían vuelto a la casa una vez los servicios policiales hubieron terminado con lo que tenían que hacer. En aquel momento estarían siendo escoltados hasta comisaría, donde tendrían que declarar por lo ocurrido.
–No, no, quiero estar ahí. – Pardella se debía haber dado cuenta de que, a pesar de agente de policía, Juani era algo aprensivo en cuanto a conocidos se refería, probablemente no quisiera que le sentase mal ver las declaraciones de ambos, pero tenía que hacerlo, aquel era su trabajo, después de todo.
Llegaron a la comisaría poco después, Juani se bajó en la entrada y esperó a que Pardella aparcase para entrar con él. – Vamos a la sala de atrás, Esteban ya debe estar preparando la entrevista. Aunque no creo que se necesaria mucha cosa, ambos parecen dispuestos a colaborar. – Juani asintió.
En la habitación del fondo de la comisaría tenían la sala de interrogaciones, una primera de paredes grises de metal, con una única mesa, dos sillas y una luz en el techo, un cristal opaco en el lateral que daba a una habitación con otra mesa, más sillas y una cafetera, desde ahí podían ver y oír toda la interrogación. La habitación estaba también equipada con cámaras de alta tecnología, casi imperceptibles al ojo humano debido a su pequeño tamaño, y micrófonos de última generación que no solo grababan todo, sino que también lo enviaban a una máquina mecanográfica que tenían en otra sala y dejaba cada palabra por escrito al mismo tiempo que se retransmitía, a una velocidad que ningún humano podría imitar; así que todo lo que se dijese allí dentro quedaría registrado.
En la sala del café estaban el Inspector Kukuriczka y el androide que habían enviado para la investigación; el primero estaba sorbiendo un poco de su café, intercalándolo con unos mordiscos de lo que, supuso, sería una barrita de frutos secos y fruta seca. Pardella fue directamente hacia la cafetera y Juani cerró la puerta tras ellos. El teniente se sirvió un poco de café antes de sonreír. – ¿Desde cuando comes tú de eso, Esteban? Creía que considerabas esas barritas alpiste compactado.
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Project Human: Matienzo&Kukufran
Science FictionA Matías le regalan un androide para protegerlo. Al Inspector Kukuriczka le asignan la investigación de androides divergentes. Año 2357 la raza humana ha progresado tanto en el sector de la tecnología que ahora cuenta con Androides, máquinas perfect...