17: En casa

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Enzo le colocó una venda de compresión en la rodilla mientras él se disolvía un sobre de analgésico en un vaso con agua; el polvo azul se mezcló con el líquido transparente y lo bebió rápido, con los ojos cerrados y tapándose la nariz, igual que hacía siempre que se tenía que tomar algún tipo de medicina; no le gustaban los analgésicos porque sabían horriblemente mal, solía evitar tomarlos a toda costa, pero en aquel momento lo necesitaba realmente. -¿Cómo puede ser que la medicina haya avanzado tanto y ni así consigan que esto sepa bien? Tienen que hacerlo a posta, no puede ser que no consigan ponerle un sabor a fresa o algo por el estilo.

-¿Te aprieta mucho la venda o está bien así? - le echó un vistazo al trenzado que le había hecho alrededor de la rodilla y alzó el pulgar en señal de que estaba perfecto. - pues reposo tres días, aunque vas a tener que ir a trabajar igual.

-Ha ido muy bien, ¿no? - el androide le cogió el vaso de las manos y lo dejó en el fregadero. - y he quedado entre los diez primeros. - había servido de algo todo el entrenamiento, de los últimos meses, había incluso superado sus expectativas. En un primer momento, su estrategia pasaba por únicamente sobrevivir, no necesitaba quedar entre los 10 primeros, solamente llegar a la próxima carrera y luego ya ir tratando de mejorar, pero terminar aquella como lo había hecho había sido un punto extra.

Enzo le puso su cara de siempre y Matías no pudo evitar reír, le agarró de los hombros y tiró de él hacia sí para abrazarlo; el androide rodeó su cintura con los brazos y apoyó la barbilla en la cabeza del chico, que estaba un poco más bajo que él por sentarse en las sillas de la cocina. -Casi te parten la cabeza en la última vuelta.

-Pero no lo han hecho, que es lo importante. - no le habían alcanzado, le dio tiempo a cruzar la línea de meta en novena posición antes de que una de las máquinas le pudiera aplastar el cráneo con un martillo que debía pesar dos veces lo que él pesaba; una vez pasada la línea de meta final, no se podía causar ningún tipo de daño a ningún participante y el hecho de hacerlo supondría una descalificación inmediata y el pago de una buen cuantía a modo de indemnización. -Y he ganado una buena cuantía para reforzar el traje.

-¿Ya no la vas a usar para la moto? - preguntó con una media sonrisa, Matías había dicho en su momento que el traje no necesitaba ningún arreglo más, que ya estaba todo lo bien que tenía que estar. - No te habrás asustado.

-Un poco solo, pero mira, ha salido bien. Hoy te invitaría a comer, si te gustase. - se separó un poco, Enzo le peinó el flequillo con delicadeza y Matías se dejó hacer. - tengo un programa nuevo para probar. - Enzo rodó los ojos y le dio un leve cabezazo. - para que lagrimees.

-¿Quieres literalmente hacerme llorar? Eso es hasta cruel, no estarás planeando una locura que me vaya a poner malo, ¿verdad?

Matías no tuvo tiempo de contestar, porque el timbre de la puerta sonó, haciendo que Enzo se separase de él para dejar que bajara a abrirle a sus colegas. Había quedado con Juani y Pipe para ver las repeticiones de la carrera y luego ponerse manos a la obra con el resto de piezas que tenían que ajustar. Aunque hubiera salido intacto, el traje no estaba del mismo modo, algunas de las zonas habían sufrido impactos que tendrían que restaurar. Pasaría por el depósito en cuanto pudiera para conseguir un par de piezas con las que arreglar los desperfectos; el problema era que en aquel momento comenzaban a jugar en contra del reloj de forma más extrema.

Antes tenía el tiempo justo, pero lo llevaba más contado, había comenzado a preparar el traje hacía meses, en aquel momento, solo contaban con un par de días antes de la próxima carrera y tenían que asegurarse de dejarlo operativo, de lo contrario no podría competir.

El primero que apareció fue Pipe, que le dio un abrazo breve antes de pasar, seguido de Juani, con quien chocó los puños. -¿Qué os ha parecido?

Notó a Pipe un poco menos emocionado de lo que supuso que estaría. -Fue una pasada, les has encantado, a todos en general, y las apuestas por ti están subiendo un quintal.

Project Human: Matienzo&KukufranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora