15: Al estadio

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El pie de Esteban no dejaba de tamborilear contra el suelo; de tantas veces que lo hacía, Pardella ya le había dicho en dos ocasiones que se tranquilizase, pero no había parado por ello. – Vas a hacer un boquete en el suelo, relájate un poco. – le dio un leve empujón en el hombro. – ¿cómo puedes estar tan inquieto para semejante tontería? Que eres inspector de policía, por favor. – A Esteban sus palabras le estaban entrando por un oído y saliendo por el otro. No importaba que fuera un Inspector de policía, las esperas lo mataban, prefería estar persiguiendo a alguien por la calle que allí sentado.

–¿Cuánto tardan en dar una cita para una revisión? Es surrealista.

Su compañero no estaba ni la mitad de inquieto de lo que estaba él, se limitaba a mascar un chicle de fresa que había cogido en una de las máquinas de la entrada y veía al frente con los brazos cruzados. –Bueno, están muy ocupados últimamente, con todas las movidas que están teniendo no me extraña que la gente haga más revisiones que antes; probablemente estén medio desbordados. – asintió y trató de relajarse un poco, pero seguía tamborileando con el talón.

Los dos estaban en una de las sedes de CyberLife, en la que más cerca les quedaba desde la comisaría de policía, para poder pasarse en el descanso del café a coger cita. Francisco había estado demasiado inquieto aquellos días, preocupado de que algo no estuviera yendo bien con su programa y Esteban no quería verle de aquella forma, así que se había ofrecido a ir a buscarle cita para una revisión rutinaria. No era como si su actitud hubiera cambiado demasiado, seguía siendo el mismo chico encantador de siempre, pero notaba su preocupación, le veía en algunas ocasiones divagando en lo que supuso serían sus propios pensamientos, parecía querer sacar el tema cuando hablaban sobre los casos de divergencia, y aunque seguía centrado en las investigaciones se le notaba preocupado.

Mentiría si dijese que no comenzaba a pasarlo mal viéndole de aquella forma, así que le había propuesto la idea y el contrario estuvo de acuerdo en que sería lo mejor.

El androide había querido ir con ellos, pero; por algún motivo, Pardella le dio trabajo que hacer en la oficina. Se había ofrecido a ir con él, porque Esteban parecía un poco inquieto para ir solo, en parte agradecía que estuviera allí, porque llevaba peor las esperas cuando no tenía nadie cerca que pudiera escuchar sus quejas constantes. Nada que tuviera que ver con CyberLife le gustaba en lo más mínimo; nada menos Francisco, claro. Nunca se había encontrado cómodo en aquellos sitios, mucho menos en las salas de espera; no le gustaban en general, desde que era un niño y tenía que ir al médico detestaba aquel tipo de lugares, tan blancos, tan silenciosos, tan llenos de gente desconocida y hostil.

Fue la voz de Pardella, de nuevo, la que le hizo salir de sus pensamientos. –¿Qué tal en el teatro? – le devolvió la mirada. – Con Francisco, me dijiste que fuisteis juntos al teatro.

–Genial. Han cambiado la obra por completo, es mucho menos violenta y más divertida de lo que esperaba. – le habían hecho reír en un par de ocasiones, cosa con la que no contaba en lo más mínimo, no era demasiado fan del teatro en general, pero debía admitir que se lo había pasado bien. – y los asientos que nos dieron fueron en el palco de arriba, casi donde hay mejores vistas. – estaba bastante convencido de que aquello tenía que ver con su puesto en la policía y no solo el azar, probablemente los dueños del teatro no querían más problemas de los que tenían.

No se había denunciado el tipo de obra que hacían o el trato que le daban a las máquinas, porque en ninguna cabeza cabía que alguien pudiera denunciar tal cosa, pero viendo como se estaba poniendo el panorama, le dio la impresión de que les cedieron los asientos como declaración de que querían estar en buenos términos con ellos.

–Luego estuvimos dando un paseo por el centro, porque era bastante temprano, podría haber sacado a Willow, ahora que lo pienso. Y poco más, fuimos de vuelta a casa, e hicimos pasta al pesto. – Habían reutilizado los trajes que tenían para la obra anterior; le habría gustado conseguir unos nuevos, pero su sueldo no daría para tanto y el androide había estado de acuerdo en que era mejor idea guardar el dinero para algo que hiciera verdadera falta.

Project Human: Matienzo&KukufranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora