Se ha vuelto una rutina muy agradable y tranquilizante para Alastor y Lucifer el cepillar las alas de este último. Deben tomarse un momento cada noche para cepillar y acariciar las alas del ángel, Alastor siempre es metódico y suave, mientras Lucifer se ríe por las cosquillas o se llega a relajar por los delicados toques
Hay muchas plumas que salen despedidas, pero no se preocupan mucho porque después las utilizan para rellenar almohadas 💤
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