El día en su universidad transcurre con varios tropezones. Para empezar, Minho se dió cuenta una vez sentado en su pupitre, que había olvidado su lectura para la clase del día. Se regañó a sí mismo mentalmente por ser tan olvidadizo. No sólo se había olvidado el libro, se había olvidado de pegar el post it que justamente le iba a advertir ¡que no se olvidara ese libro!
«Mi Minmin olvidadizo» dice una voz en su cabeza y no puede evitar recordar uno de los primeros sueños que tuvo con el niño de bonita sonrisa.
—¡Minmin, apúrate antes que nos quedemos sin juguetes!
—¿De qué hablas? —le responde a su amigo, terminando su desayuno antes de salir a jugar.
—¿Ya lo olvidaste? —puede ver sus ojitos fruncidos—, hoy traen una nueva caja de juguetes y si no llegamos rápido ¡no podremos elegir!
Su amigo se apura a ayudarlo para terminar la tostada con mermelada que a él no le gustaba.
—Ay, mi Minmin olvidadizo —prosigue, sonriendo—, ¡vamos! Quiero elegir uno lindo, ¡la última vez me tuve que quedar con un carrito que sólo tenía tres ruedas!
Minho se apura, sabe lo importante que es para todos ellos tener algo nuevo, y realmente quiere que su amigo consiga un juguete bonito.
—¡Este! ¡Quiero este, por favor! —su amigo grita, con un pequeño peluche en brazos que no debe medir más de 10 centímetros, lo mira emocionado y lo abraza contra su pecho mientras gira sobre su eje.
—¿De verdad quieres ese? —pregunta Minho, viendo en la caja había cosas aún mejores. No eran los juguetes en mejor estado, pero estaba seguro que ahí adentro habría algún carrito con todas las ruedas correspondientes.
—¿No lo ves? —pregunta su amigo— es el que vimos en ese programa de televisión hace mucho, ¡Es Chococat, mi favorito!
Minho logra recordar, cada cierto tiempo en el Hogar les permitían ver un programa de televisión y su amigo había quedado enamorado de ese pequeño gatito negro.
—Es muy bonito —le dice, y su amigo sonríe otra vez antes de darle un abrazo.
Sale de su clase con el corazón apretado. Tuvo la suerte de que uno de sus compañeros le prestara la lectura diaria, pero aún así no pudo concentrarse. No dejaba de pensar en esas manitos con raspones sosteniendo ese pequeño peluche como si fuese lo más preciado.
Dos meses van desde que empezó a soñar con él. En los sueños siempre son niños y nunca puede ver su cara completa. Puede ver su sonrisa, a veces distinguir sus ojos rasgados, hasta a veces cree haber visto unos pequeños hoyuelos en sus mejillas, pero no más que eso. Nunca dice su nombre y Minho está desesperado por saberlo.
Al principio no le tomó mucha importancia, sólo eran sueños. A veces no hablaban en ellos, simplemente jugaban o comían en silencio. Con los días una extraña sensación empezó a apoderarse de él, una sensación de nostalgia, de añoranza.
Un vacío que empezó a llenar su pecho cada vez que lo veía reír en sus sueños.
—...Minho, ¿Te encuentras bien?
La voz de Felix lo hace volver a la realidad, están en la cafetería de la universidad los seis, almorzando antes de irse cada uno a su casa.
—Lo estoy —responde, pero por la forma en la que todos los miran, sabe que no puede engañarlos demasiado—, ¿Puedo contarles algo? —les pregunta.
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kuromi keychain [ jeongho ]
FanfictionLee Minho es feliz en su vida diaria, tiene una familia amorosa y buenos amigos. Pero hay un problema, todas las mañanas despierta con una angustia en el pecho que lo hace querer llorar. Hay dos ojos alargados y brillantes, que con una sonrisa que i...