6- Aquel día

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"¿Puedes quedarte un rato más?"

Roier no podía entender sus intenciones, había pasado suficiente tiempo en su casa, y aún asi quería que se quedara más tiempo.

Pudo sentir como el nerviosismo subía por todo su cuerpo cuando Cellbit agarró gentilmente su mano, muy distinto a la primera vez.

Mantenía la respiración para no dejar que se diera cuenta de que estaba totalmente agitado. Su tacto era tan suave, sentía como dejaba una sensación rara en su piel cada que la tocaba ,era imposible de olvidar.

-¿P-pasó algo?- hizo su mejor esfuerzo para hablar claramente, pero sus palabras salieron ahogadas de su boca.
Cellbit sonrió al ver a Roier tan susceptible, era gracioso ver que un tipo tan fuerte y grande podría parecer un cachorro indefenso.

Cellbit caminó unos pasos atrás con dirección a la cocina, invitado a Roier a hacer lo mismo.

Sacó una botella de vino, y la sirvió en dos copas, ofreciéndole una a Roier.

Cellbit suspiró- Vi que estabas con Bagi.-

Trató de mantener la calma, sabía que no había nada entre ellos, pero confesaba que tenía un sentimiento extraño cuando los veía tan alegres juntos, sentía como su pecho ardía y sus venas se llenaban de rabia. Le sorprendía lo bien que se habían llevado en tan poco tiempo.

-La conocí hoy...no sabía que era tu hermana- Roier soltó una risa incomoda.

-¿No trató de meterte ideas raras sobre mi, verdad?

Cellbit entró en razón, siquiera tenía idea de qué estaba haciendo, tal vez había bebido suficiente, pero solo quería pasar más tiempo con el mesero, se sentía todo tan extraño. Estaba siendo egoísta.

-Umm, no?- Roier empezó a recordar una por una las palabras de Bagi, haciendo énfasis en aquella conversación que tuvieron antes de irse.

-Olvídalo, mi hermana aveces dice cosas muy idiotas...en ese aspecto se parece a tí- Rió, tratando de calmar el ambiente.

-Huh?-Roier resopló indignado.

-En fin, perdón por hacer quedarte aquí hasta tan tarde. Solo quería agradecerte, sabes?

-No no, gracias a tí por invitarme y todo eso- Roier volvió a sentirse nervioso, después de todo era raro escuchar a Cellbit pedir perdón.

-No es eso pero...- hizo una pequeña pausa para tomar aire- Estuve pensando lo que me dijiste ese día, sobre lo que los demás pensaban sobre tí... -cortó la distancia con Roier, estando separados apenas por unos cuantos centímetros- Pensé mucho en eso, y me dí cuenta de que...hace mucho no soy yo mismo, por miedo a lo que los demás piensen de mí, la verdad que al ver tu forma de ser me dieron ganas de dejar de ocultar quien realmente soy...hace mucho no me vestía como realmente me gusta,  sabes?-

Roier se vió extrañado, esas palabras de aquel día habían sido muy irrelevantes para sí mismo, pero para Cellbit habían significado tanto...talvez ese asunto era mucho más profundo de lo que él creía.

-S-si? Deberias seguir vistiendote así si es que te gusta, además n-no te queda nada mal...- Roier iba disminuyendo el volumen cada vez más, hasta casi murmurar.
-Disculpa? No te escucho- Cellbit se hizo el tonto, acercandose más a Roier, el cual se veia acorralado por lo peligrosamente cercanos que se encontraban, podía sentir como sus respiraciones se entremezclaban unas con otras, sentía el perfume masculino, que seguramente sería carísimo, y su aliento invadido por aquel vino.

-Te ves...bien-Roier seguía murmurando, sentía como su cuerpo lo traicionaba y sus manos empezaban a temblar.
Mierda.
Bajó su mirada hasta dejarla fijamente en los labios de Cellbit. Había pensado demasiado en qué sabor tendrían, más de lo que le gustaría admitir.
-Qué? Habla más fuerte- era obvio que lo estaba molestando.
-M-me tengo que ir ¿OK?- Roier lo apartó suavemente, su cara se tiñó de un sonrojo salvaje.
Cellbit soltó una carcajada, parecía un tomate. Era tan divertido molestarlo, pero debía parar, no quería que oa situación se le fuera de las manos.
Ambos se dirijeron a la salida.

Entre Caníbales | Guapoduo | DeadPlate AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora