☆𝟎𝟐

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Hoy se cierra un ciclo escolar más, todos hacen fiestas y se van a embriagar hasta no poder más. Y yo, me siento la chica más afortunada porque mi padre me obsequió la guitarra de mi madre, y que mejor que estrenarla en la estación del tren hoy en la noche.

Bajé al estudio de fotografías de papá a pedirle permiso para ir a la estación, y sí, ahí estaba colgando las fotografías que tomó hace algunos días.

—Esa es buena —dije entrando y señalando una foto mía de mi perfil derecho. —Ehm... -suspiró -Hay algo extraño en esta parte... señaló mi cara en la foto y yo respondí golpeando suavemente su brazo, él rió.

Me encanta la relación amistosa que tengo con mi papá, es mi mejor amigo, el único.
—Papá, ahm... Quería saber si podía ir a tocar mi hermoso obsequio en la estación del tren esta noche - sonreí inocente.

Él dejó sus cosas a un lado y miró su reloj. —10 de la noche —dijo sorprendido —invita a Olivia a que venga y toca aquí para mí —sonrió como si fuese la mejor solución.

—Oliv está con su familia y, papá, amo tocar para ti, en serio pero necesito acostumbrarme también a tocar frente a
otras personas ¡Por favor! Fred, estará ahí y estará cuidándome; y hoy se terminó el ciclo ¿No es que pueda llegar más tarde?

El hombre pensó y respondió.

—De acuerdo-suspiró rendido —extiendo tu hora de llegada una hora, es decir, media noche ¿oíste? —me lancé hacie él para abrazarlo —oye, y escríbeme apenas llegues allá o no llamaré a Fredd, ¡Si no que iré para allá y te haré pasar tal vergüenza que se volverá una leyenda urbana porque la hora de llegada se respeta!

—¡Seguro! —le grité alejándome del estudio.

Samantha:

—Oye, no hagas eso —dijo mi mejor amigo Osvaldo acercándose a mí al verme.

—¿Qué cosa? —pregunté.

—Eso... digo, te ves muy triste y me pone triste, por favor, bebe la cerveza y diviértete, chica ¡Es verano!

—Oye, esquivaste una bala, amiga —habló mi otro mejor amigo, Juan, parado justo al lado de Osvaldo —vas a tener que despertar cada día a estudiar lejos de la playa, ahora tenemos esto —señaló la gran fiesta detrás de ella, demasiados adolescente divirtiéndose. en la orilla del mar, algunos besándose, otros bailando y el resto apenas está conciente por tanto alcohol que han bebido. —Mierda, Abril Garza a las tres en punto —dijo Osvaldo.

—Samy —sonrió acercándose la recién mencionada —estás en problemas.

—¿Qué fue lo que hice esta vez?

—No me llevaste un trago.

—No sabía que tenías sed.

—Pues ahora lo sabes —me empujó molesta —Lo siento —se disculpó apenas fue consiente de la acción que hizó.

—Está bien —alejé sus manos de mi pecho que trataban de hacer algo parecido a sobarme.

—¿Ese es tu brazo malo? —cambió de tema y asentí —pues, si ya no nadas por ahora, podrías tener más tiempo para mí —suavizó su voz coqueta mientras daba unos pasos hacia atrás.

—Yo tengo mucho tiempo para ti y ya no nado —dijo Juan sonriendo torpemente.

—Nunca nadaste idiota —agregó confundido Osvaldo recibiendo un golpe del otro. —Irás a mi fiesta ¿verdad? —preguntó la rubia ignorando a los otros dos.

—Sí, eso creo.

—Bien —sonrió por fin alejándose.

—¡Sí! —exclamó Osvaldo orgulloso cuando se fue.

—¿Qué... Qué haces? —preguntó Juan al ver que tomaba mis cosas.

—Esquivo otra bala—hablé refiriéndome a Abril.

—Celebra Samy, hoy inician las vacaciones de verano.

—No, no estoy de ánimo —contesté desanimada—los veo luego —me alejé de ellos sin voltear.

Emma:

—Hola Fred —saludé amable al hombre que reparte los boletos de la estación del tren.
—Me estaba preguntando si vendrías hoy—sonrió.

—Hey ¿y decepcionar a todos mis fans —señalé a toda la estación vacía, él sonrió de nuevo.

Me senté en una de las bancas de aquella estación, abrí el estuche de mi guitarra, dejé a un lado mi libreta, es donde anoto todas las letras de mis canciones, es como un diario para mí.

Toqué unas notas pequeñas para entonar y después dejarme llevar por mi música. El tren llegó y la gente depositava en mi estuche algunas monedas, no era mi propósito pero tampoco me quejo. Un niño se acercó y me dejó unos M&M's, le sonreí en agradecimiento y me devolvió la sonrisa. Continué con la canción y cuando volteé a uno de mis lados, ella estaba ahí, Samantha.

Samantha:

Estaba caminando sola, en las calles vacías de esta pequeña ciudad y escuché una voz, una hermosa voz. Llamó mi atención inmediatamente y decidí ir hacia el lugar de donde venía. La estación del tren. Una chica estaba sentada en una de las bancas  y no me iba a quedar con la intriga, así que me acerqué.

—Hola —saludé apenas volteó a verme. Cuando me miró lo hizó con miedo, parecía que vió a un fantasma. Tomó sus cosas torpemente, se le cayeron algunas, entre ellas unos M&M's así que lo menos que podía hacer era ayudarla.

—No era mi intención asustarte.

—Yo no estoy asustada, n-no te preocupes, n-no me asusto —tartamudeo mientras guardaba su guitarra.

—¿Por qué la guardas? ¿A dónde vas?

—A-a casa, debo irme -abrazó sus cosas como si se las fuesen a robar.

—¿A casa? Espera ¿vives aquí? ¿Pero no estudiaste en el instituto?

—No, es una escuela muy distinta, y verás, hoy se terminó el curso y mi papá es súper aprensivo, así que realmente debo... —fue interrumpida por su guitarra a punto de caer de sus brazos. La ayudé a sostenerla, después le sonreí.

—Tengo que irme —dijo dándome la espalda.

—Espera ¿cuál es la prisa, por qué?

—Ahm... Tengo que ir a casa por mi gato.

—¿Tu gato?

—Sí, se... Murió.

—Entonces en realidad no hay prisa.—respondí

—No, no, no. Sí hay prisa, debo de ir a planear el.. Funeral, para, mi gato, muerto. Sí, está súper muerto —se justificó para darme la espalda, dejándome sola.

—¡Espera! ¡Espera! —grité —¡No me dijiste tu nombre! — suspiré rendida al ver que no volteaba a verme.

Miré de nuevo la banca en donde estaba sentada y había una libreta, café. Supuse que era de ella. Tal vez tengo un pretexto para verla de nuevo.

(...)

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Midnight sun || Rivers ggDonde viven las historias. Descúbrelo ahora