Our Blood

3. Aquello que fue

La relación entre el Príncipe Aemod y su hermana Daenya no era la ideal, y los susurros en la corte afirman que nunca lo fue.

Daenya tenía un dragón, pero también tenía la relación que Aemond nunca tuvo con su hermano mayor, Aegon, quien era un idiota, pero siempre se preocupo por su hermana Daenya, los recuerdos de el observando cómo Aegon iba junto a la cobriza en las noches de tormenta o los regalos que le hacía, incuso como la esperaba en las cenas y desayunos no hacían más que alimentar su envidia. Daenya también tenía a Helaena y Daeron, el no, Aemond no tenia a ninguno.

Pero el que su hermana tenga un dragón era el hecho que más le quitaba el sueño. Su hermana menor hizo y tuvo lo que él no.

Después de su nacimiento, un huevo de dragón fue puesto junto a la cuna de Daenya, diez años después, un pequeño dragón salió de este.

Snow. Total y pulcra mente blanco de ojos azules del tamaño de un poco más del de un gato. El dragón era de su hermana, pero era Aemond quien se encargaba de el.

Y es por eso que aquella noche, cuando la princesa entró a sus aposentos no se sorprendió de ver a su hermano junto a Snow.

Aemond le lanzaba pequeños trozos de carne y susurraba dracarys repetidas veces siendo ignorado por el dragón.

Ante la escena, la princesa se acercó a su hermano bajo la atenta mirada de Snow y después susurró en dirección al animal.

- Dracaeys

Y una pequeña llama salió de este tostando la carne bajo la miraba de los hermanos.

Después, Daenya lanzó a Aemomd al suelo. Y el silencio se hizo presente.

- Te dije que no te acercarás a mi dragón Aemond

El platinado se levando del suelo y empujó un poco a su hermana por los hombros ganándose un gruñido de Snow.

- Tu no lo quieres. Dámelo - respondió

- Es mío. El me escogió, su huevo eclosiono en mis manos Aemond, Snow nunca te obedecerá.