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El aroma a vino y pergamino predominan sala del consejo, la sensación de asfixia estaba presente en mi y la sensación de cadenas amarrándome se hacía cada vez más pesada.
Afuera, el día era soleado, lo sabía por la luz que lograba filtrarse tras los telares. Trataba de concentrarme en aquellos pequeños detalles para ignorar tan incomoda sensación.
Mi madre estaba en la punta de la mesa, con uno de sus habituales vestidos verdes y su seño levemente fruncido escuchando las palabras de aquel Lord.
Mi abuelo, y mano del rey, Otto Hightower a su derecha y yo a su izquierda.
Las expresiones de hastío y aburrimiento en los presentes son notables junto a la clara molestia en el rostro de mi madre.
Estamos aquí desde que el sol salio en el cielo y las aves comenzaron a cantar.
- Aun continuamos disfrutando de las mejoras en el comercio desde que hay paz en los peldaños de piedra. - Aquel lord siempre recordaba los logros de mi tío Daemon - Y el alcance de eso es que explotamos eso en los contingentes que llegan en los recibos de los maestros del puerto. Por lo que ellos han - Suspiro desde mi lugar en la mesa a la vez que dejo mi copa sobre la misma antes de raspar un poco mi garganta e interrumpir a Lord Beesbury
Un Lord respetable. Cabeza de la casa Beesbury y el consejero de la moneda desde el reinado de Jaehaerys I. no suello interrumpir a los Lores, no dentro del consejo, pero Lord Lyman llevaba hablando por casi una hora sobre tal informe.
- Por lo que los septos han requerido la mitad. Otra vez. – cuestiono y levanto mi palma en dirección a mi abuelo antes de que este busque interrumpirme - Pero me pregunto, en qué desean gastar el capital recaudado si no es para mejorar la hambruna en las calles, mi Lord
Tras mis palabras los presentes aguardan a la respuesta
- Para un busto de bronce. Mi princesa
Una sonrisa ladina se forma en mi rostro a la vez que suelo una pequeña carcajada. Hago un ademan con la mano para que este continúe
- Para el festival de la madre – contesta este pero al intentar seguir hablando es interrumpido por mi madre
- Gracias. Por ese exhaustivo recuento, Lord Beesbury. Le recuerdo que -
Y antes de continuar las puertas de la sala fueron abiertas por uno de los capas blancas. Quien hizo una reverencia antes de hablar.
- Sus invitados llegaron, majestad. – dijo y luego se dirigió a mí – princesa.
- Confió en que se les recibió de acuerdo a su posición – hablo mi abuelo.
- Como lo ordeno, Lod Man.
Volvió a hacer una reverencia y salió del lugar.
Pocas personas estaban al tanto de la llegada de la princesa Rhaenyra. Una noche antes, a puertas cerradas, mi madre me había confesado los deseos de Vaemond Velaryon para convertirse en Lord de Driftmark y poner en duda el reclamo del príncipe Lucerys.
Yo no objete nada ante aquello. Pero sabia que tendría que estar lista para mantener a raya a mis hermanos varones, con la presencia de los hijos de Rhaenyra en la fortaleza, sobre todo a Aemond.
Mi hermano es astuto, pero carece de temperamento. Una espada de doble filo, con un enorme dragón.
Mi relación con Lucerys y toda la familia de Rhaenyra era nula, inexistente desde aquella noche en donde el ojo de mi hermano mayor fue arrebatado, pero por cómo se han encaminando las cosas, gracias a la petición de la princesa heredera años atrás, Jacaerys Velaryon sería mi esposo en algunos años.
Negué para mi misma ante aquellos pensamientos ganando una mirada de mi madre.
- Nada - susurre
Alicent tenia algo entre manos, ella y mi abuelo pasaban horas reunidos con las cabezas de grandes casas como los Lannister a escondidas, conversaciones y pergaminos que nunca se me permitió presenciar y las veces que me decidía a preguntar ambos contestaban lo mismo.
- Son acuerdos para nuestro futuro mi niña. Nuestra sangre prevalecerá – decía mi madre
- Y tú tendrás un papel fundamental querida nieta – continuaba mi abuelo
Pero hasta entonces se me solicito ser cordial con ellos, mostrar un buen temperamento y mantener las distancias de ser necesario.
- Tengo entendido que Lord Corlys desea que su nieto Lucerys lo suceda como señor de las mareas.
Las palabras del maestre Mellos lograron captar mi atención.
Y apartando mis pensamientos volví a centrarme en esta mesa y los presentes en la misma, en las próximas respuestas se iba a revelar la opinión de los presentes.
La opinión de los aliados a nosotros, los verdes o a ellos, los negros.
- El niño ha sido criado durante gran parte de su vida lejos de Drftmark – la voz de Lord Lannister fue la primera en alzarse – el puede volar un dragón, si. Pero, ¿puede comendar una flota? – inquirió
La voz de Lord Beesbury volvió a sonar
- La habilidad no altera su reclamo – respaldo
Por supuesto que lo altera. Al igual que su genética. Pensé.
Pero termine borrando aquello.
- La serpiente marina no lo ha nombrado formalmente su heredero, si no lo hace, la corona, -suspiro- deberá elegir lo que sea mejor para el reino.
Otro de los lores hablo recibiendo un asentimiento por parte de mi abuelo
- El es hijo de Laenor – volvió a respaldar- ¿Qué razones – quizo pregunar
Pero volvieron a interrumpirlo
- ¿Cuáles serian?, Lord Beesbury – inquirio
Antes de que alguien más hablase decidí tomar la voz
- Este reclamo se escuchara mañana, mis lores - declare
Y mi madre fue quien continuo - La princesa está en lo cierto. – y luego se levantó de su lugar
Pero aun de pie frente a la mesa volvió a informar
- Escucharemos la petición de la princesa Rhaenyra junto con los otros reclamos por la mañana.
- ¿Otros? –
- Les pido disculpas, mis Lores. Debo recibir a los invitados- y al apartarse ella de la mesa todos se pusieron de pie.
Yo también me levante detrás de mi madre. Ambas comenzamos a caminar cuando sir Erryk interrumpió nuestro paso
- Majestad. Se presentó un asunto que desea su atención
Pero antes de seguir escuchando decidí optar por el camino contrario a mi madre.
