T r h e e.

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Si antes el ambiente entre Romero y Son estaba tenso, ahora aún más. Cristián llevaba dos años sin perder un solo paciente, por lo menos no en un quirofano y tampoco porque algo saliera mal, generalmente era por causas naturales, algo que ya no estaba en sus manos pues él era un cirujano excelente y lo sabía.

Tuvo varias reuniones con Emiliano intentando explicarle el porqué Heungmin debía ser echado por negligencia, pero el jefe obviamente se negó y no iba a despedir al asiático a pesar de sus argumentos lo cual lo puso de peor humor.

Un humor que tuvo que aguantarse el pobre de Lisandro al ser su mejor amigo.

— Cris, hagamos algo.

Le propuso mientras le sacaba el café y los expedientes de la mano.

— Dame tus post operatorios a mi y anda a dormir hasta que sea hora de tu próxima cirugía, si? Los dos sabemos que confías tu vida en mi así que confiame la de tus pacientes y anda a descansar.

Al principio no estaba convencido, pero después terminó accediendo. Licha era ese pilar que lo sostenía cuando sentía que ya no podía más consigo mismo o con toda la carga emocional que le daba su trabajo. Siempre intentó mantener un carácter fuerte y frío, pero a veces las emociones le ganaban y lo desestabilizaban.

Le agradeció a su mejor amigo con un abrazo antes de irse a un dormitorio exclusivo para doctores que, para su suerte estaba vacío y limpio. No era nada nuevo que los doctores más jóvenes o los residentes andaban hormonales y en vez de usar su tiempo libre para dormir como iba a hacer él, lo usaban para tener sexo. De todas formas no los culpaba, él en su momento también fue así. (Mentira)

Entró allí y luego de cerrar la puerta a sus espaldas se tiró en una de las camas que olía a suavizante así que apenas debían haber sido cambiadas. Cerró sus ojos tratando de olvidarse de todo lo que estaba pasando desde que llegó Son e intentó dormir. Fue todo un éxito, su cuerpo estaba cansado y necesitaba dormir por lo menos dos horas, pero su plan se vió interrumpido cuando la puerta fue abierta y cerrada de golpe con brusquedad. Era doctor, así que obviamente tenía el sueño ligero. Miró con el ceño fruncido al que se atrevía a interrumpir su siesta y se dió cuenta que se trataba del causante de sus problemas.

— ¿Por qué mierda sos tan ruidoso? Me despertaste.

Le reclamó pero Heungmin no estaba en todos sus sentidos. Se sacó la bata por el calor infernal que estaba sintiendo, su piel ardía, su boca estaba salivando suplicando por morder o besar algo y su miembro estaba duro como una piedra, los síntomas eran obvios.

— ¿Qué clase de doctor entra en celo en su trabajo? Sos un irresponsable, pero yo llegué primero así que me chupa un huevo tu estado, te vas y me dejas dormir.

Se acercó tomando al alfa del brazo para poder sacarlo de ahí de una vez pero ese fue su error más grande, estaba tan cegado por la bronca y el odio que le tenía que no se dió cuenta que era un omega, de hecho el único omega de la habitación encerrado con él, se había regalado.

Heungmin ya no podía controlar más su instinto, su lobo le pedía a gritos aparearse al no tener el efecto de un supresor que pueda ayudarlo a calmarse así que apenas sintió el toque del otro doctor se le terminó tirando encima. Su boca ansiosa empezó a dejar besos húmedos y algunas mordidas sobre su cuello expuesto, porque él tampoco tenía la bata puesta por encima del ambo. Sus manos comenzaron a tocar todo lo que tenía a su disposición y también a retirar cuidadosamente el uniforme de su colega.

Cristián estaba sorprendido, hace tiempo que no tenía ningún tipo de contacto con un alfa después de su ex pareja y mucho menos sexual. con el corazón roto y un aborto espontáneo supo que a partir de ese momento la medicina iba a ser su única prioridad, su carrera y sus pacientes iban a ir por encima de cualquier cosa y así fue hasta que llegó cierto coreano a cambiarle los planes.

Puso sus manos sobre Heungmin en un intento de apartarse y ahí se dió cuenta lo tan caliente que estaba la piel del alfa, sabía que los celos de ellos eran más intensos, pero no creía que tanto en realidad. Su mente estaba maquinando las mil y un formas de escaparse de esa situación, pero los besos y mordidas le bloqueaban la mente, más cuando una de las manos del alfa tomó su mentón obligandolo a mirarlo y después lo besó. Su lobo tembló en su interior, jamás se había sentido así ni siquiera con su ex.

Sus feromonas empezaban a seducirlo inconscientemente, sentía el cuello húmedo por todos los besos que recibió y su propia piel empezaba a calentarse también. "A la mierda" pensó antes de entregarse recordando las palabras de su mejor amigo y esperando que esto sirva para sacarle un poco el estrés.

Heungmin lo llevó hasta una de las camas donde lo obligó a acostarse una vez que lo despojó de su ambo. Separó las piernas del contrario acomodándose entre ellas y frotándose contra su entrada mientras jadeaba asperamente, necesitaba con urgencia hundirse entre sus paredes para aliviar todo el calor y dolor que lo invadía. Sabía que era riesgoso, pero aún así él mismo también se desnudó y volvió a besar a Romero mientras dos de sus dedos jugaban al rededor de su intimidad.

Cristián tragó saliva a mitad del beso y ahogó un gemido sobre sus labios cuando sintió los dos dígitos adentrarse de una vez, obviamente se encontraba estrecho así que su cuerpo comenzó a lubricar como una ayuda para facilitar las cosas. Los dedos finos y largos se movían en su interior a un ritmo rápido, queriendo prepararlo de una vez y abriéndose de vez en cuando.

Cuando estuvo satisfecho con la dilatación fue cuando retiró ambos dígitos y alineó su miembro a la entrada del omega.

— N-no, ni se te ocurra hacerlo sin un preserv- ¡Mgh!

Fue interrumpido por un fuerte gemido cuando el pene contrario se abrió paso en su interior, sintió como lo llenaba por completo haciendo que se aferre a la espalda del alfa mientras la suya se arqueaba ligeramente.

Le sorprendió que, a pesar del calor que estaba sufriendo, Sonny se negó a embestirlo hasta asegurarse que Cuti se hubiera acostumbrado por lo menos un poco al tamaño. Otra vez se acordó de las palabras de licha diciendo que los asiáticos la tenían chica y obviamente iba a ir corriendo a desmentirselo una vez que terminen.

El tema del preservativo pareció olvidarse rápido en cuanto comenzó a embestirlo, sus caderas se movían con intensidad intentando llegar lo más profundo en su interior y completamente cegado por el placer. En condiciones normales tal vez lo seducía de una forma más romántica porque sí, aunque tuvieran una relación horrible, Cristián era un omega muy atractivo que cualquier alfa quisiera dominar con ese carácter rudo que él tenía, era todo lo contrario al estereotipo de omega dulce y familiar.

El intento de contener sus gemidos constantemente pasó a segundo plano después de sentir que el miembro ajeno comenzaba a golpear contra su próstata. Su voz simplemente salía retumbando por la habitación y su abdomen empezaba a cosquillear, ahora solamente estaba preocupado por correrse y lo que pase después era un problema para el cuti del futuro.

Heungmin notó como las piernas del omega debajo suyo empezaban a temblar ligeramente y su respiración estaba muy agitada. Se acercó a su cuello empezando a besar y marcar de nuevo de una forma posesiva, él no era así, para nada, pero en sus celos se desconocía. Jadeó con fuerza sintiendo como el cosquilleo de su abdomen terminaba en la punta de su miembro provocando que se corriera con fuerza entre las paredes ajenas.

— M-mierda...

Maldijo Romero después de correrse también, sin necesidad de tocarse siquiera y también sin recordar que no tuvieron ningún tipo de protección de por medio. Eran doctores al pedo.

Cuti's Anatomy [CUTISON]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora