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Todo el cuerpo le duele, ¿qué está pasando? termina de abrir sus ojos, con cuidado observa todo su alrededor ─¿Que? por Dios ¿Qué hago aquí?

Observa la gran vegetación frente a ella, se levanta, comienza a caminar, no entiende que esta pasando, esta segura que ella… mueve la cabeza sin entender nada, esto es imposible.

Mientras ella va caminando encuentra un hermoso arrojó, analiza el reflejo de ella en el agua, tiene su misma cara, la misma ropa que usó, cae al piso, lagrimas bajan por sus mejillas, esos recuerdos aparecen, haciendo que todo su cuerpo tiemble de miedo, rabia, angustia y tristeza.

─Oh por Dios ─gritó con dolor.

Su respiración comienza a faltar, lleva su mano hacia su pecho, aprieta su ropa, trata de respirar lo mejor que puede, ella está sola, en un lugar que no conoces, no es bueno tener un ataque de pánico en estos momentos.

Cuando ella pudo estar más tranquila, cierra sus ojos, se echa un poco de agua, ahora que ella está más tranquila, comienza analizar su situación. Se vuelve a levantar, comienza a caminar sin ningún rumbo aparente.

Ella muerde su labio, la noche está cayendo, muchos sonidos se están escuchando a medida que la noche está siendo presente, su piel se eriza al escuchar aullidos y ladridos, esto es muy diferente a un perro normal.

Mientras camina, encuentra algunas frutas, se alimenta, cuando por la noche por fin cayó, encontró una pequeña cueva, a pesar de que su cuerpo es grande pudo entrar perfectamente, le gustaría hacer un poco de fuego, pero al no conocer su entorno mejor no lo haría, no quiere llamar la atención de nadie.

Como puede cierra sus ojos, su cuerpo le pide un descanso, todo le duele, tal vez mañana encuentre a alguna persona.

A la mañana siguiente.

Sale de la pequeña cueva, camina hacia el río, observaba todo a su alrededor, al no notar nada comienza quitarse su ropa, desnuda entra al agua por completo, su largo cabello se sumerge, al salir trata de limpiarse como puede, no hay jabón ni nada por el estilo, así que talla su cuerpo, al terminar hace una mueca al ver que tiene que ponerse la misma ropa interior.

Sin tener ninguna opción ella se la pone nuevamente, termina de cambiarse, comienza a caminar, por más que siga no encuentra ningúna señal de nada, los días pasaron hasta que por fin puedo ver algo diferente, una pequeña cabaña.

Ella acelera sus pasos, toca la puerta ─Saludos ¿hay alguien? ─espera unos minutos y vuelve a tocar la puerta, lamentablemente ella no recibe ninguna respuesta, muerde su labio, toma valor y la abre.

Con cuidado ella se asoma un poco, notando que todo está oscuro, abre la puerta por completo, haciendo que entre luz, entra a la cabaña notando que está descuidada y llena de polvo, comienza a mirar todo, abre gabinetes, hay platos y vasos de madera, calderos, cubiertos, cuchillos y cucharas, se da cuenta que en vez de una estufa es a leña, sale de la pequeña cocina y mira la sala.

Una pequeña mesa de cuatro sillas, un pequeño mueble y nada más. Mira que hay a su lado, entra y ve que hay una sola habitación, observa que hay una ventana y la abre, mira la habitación, una cama pequeña, un cabinete, un pequeño escritorio, observa que hay un puerta, camina hacia el lugar y lo abre, dándose cuenta que es un baño.

─Me podré quedar aquí… se nota que no ha sido habitada por muchos años ─pone una mano en el pequeño escritorio, observa su mano está llena de mucho polvo ─Bueno, ahora es mi nuevo hogar, estoy cansada de deambular y no encontrar a nadie.

Piensa en su familia, su diagnóstico ─Total si estoy para ellos es como que nunca estuvo ─su corazón duele.

Ella sabe perfectamente que su familia, nunca miró por ella, sus padres desde que la casaron dejaron de velar en todos los sentidos, pensó que el hombre a quien amaba era su mayor felicidad, todo se fue al vacío, llegaron sus hijos, tuvo un motivo por seguir luchando, su primer hijo fue a los 16 años, el segundo a los 17 años, muy joven al principio todo fue muy bueno a pesar de la situación en la que estaba, hasta que sus hijos tomaron conciencia propia, la alejaron, la trataron mal tanto verbalmente como física.

Así que lo único bueno de su vida fue cuando sus hijos eran pequeños.

Nota que ya es de noche, cierra la puerta y ventanas, sin pensarlo mucho se acuesta en la cama llena de polvo, mañana ella verá que hacer, pero por ahora solo descansará.

De pronto se levanta, abre la ventana y vuelve a acostarse, desde que llegó a este lugar, se enamoró del cielo estrellado. Su cuerpo comenzó a tranquilizarse, sus ojos se cerraron.

Entre murmullo ella dijo ─Mañana será un nuevo día.

Esta vez si es amor +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora