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Lia tuvo que pedir permiso, había bajado hacia su biblioteca tratando de procesar todo. Más tarde esa noche hizo la cena y le ofreció su cama, el macho había rechazado su oferta, para él dormir en el piso es algo normal, Lia no había insistido así que solo le arregló y se fue a dormir.

Mientras los días pasaban ambos se acostumbraron al otro.

Osvaldo se había mejorado bastante así que ayuda bastante a Lia, desde aquella vez no tocaron el tema, para él Lia es magnífica. Lamentablemente tiene que irse, ya había tomado la decisión, además casi está curado.

Esa noche le dijo que tenía que irse, pudo ver cómo los ojos oscuros de Lia se llenaron de tristeza, ella solo le dijo que está bien, su corazón tembló cuando ella le preguntó qué si él puede visitarla.

─Claro que puedo venir… por qué no vienes a mi manada.

Lia niega ─Aquí me siento en paz, no… me siento bien estar rodeada de personas, se que aquí me siento un poco solitaria ─lia sonríe con tristeza ─amo más esta soledad, está tranquilidad que cualquier cosa, si es verdad que me siento sola eso no lo negaré pero para mí es la mejor paz que puedo tener, por eso te dije que vengas a visitarme ─lia lo mira ─así que por favor ven.

Osvaldo no sabe que decir, solo se despidió de ella y expresó que vendrá después.

⬤⬤⬤⬤

Cuando Osvaldo pasó la barrera siento como la fuerza lo aplastaba. Gruñe cuando salió, su corazón se siente vacío, mira hacia atrás, no quiere irse pero… ¿por qué tiene que irse?

¿Por qué tiene que hacerlo? Nadie en la manada lo quiere, todos le tienen miedo.

Tal vez pueda volver y vivir al lado de ella, con ese pensamiento comienza a caminar hacia la manada, está un poco retirado.

En medio del bosque se escucha unos huesos romperse, un gran lobo aúlla, comienza a correr, lo que le toma a un animal ordinario dos días, alguien un poco más fuerte un día pero el, el es un pura sangre le tomaría sólo horas o minutos si quisiera.

Al ser un puro sangre todo en él es más desarrollado, todos le tienen miedo, pero en ese miedo también hay respecto.

Su padre es un lobo normal, sin embargo su madre no lo era, ella era un pura sangre, las mujeres pura sangre son deseadas como máquina de cría., supuestamente su padre amó a su difunta madre, si eso es verdad solo espera que ella haya vivido momentos agradables con él.

Cuando llegó nadie le hace caso, solo camina hacia la cabaña de su padre, toca la puerta y este le abre, hace una reverencia ─Saludo padre.

─¿Dónde estabas? ─preguntó el líder, está leyendo unos documentos.

Osvaldo solo lo mira ─Estaba herido.

─Ok.

Osvaldo hace una reverencia, sale de la cabaña camina hacia la suya con tranquilidad, nadie lo saluda o pregunta que había pasado, cuando llega a su cabaña hace una mueca, recoge un poco aunque no hay mucho que hacer. Cuando termina sólo se siente afuera, no sabe cuánto tiempo pasó ya que una persona conocida aparece delante de él.

─Osvaldo, me alegro saber que llegaste bien, estaba preocupado.

El nombrado mira al hombre frente a él, si se puede ir a decir que en esta manada hay alguien que por lo menos piense en él es esta persona. Suelta todo el aire de sus pulmones ─Estoy bien.

─Estás seguro, nunca habías durado tanto tiempo afuera ─expresó preocupado.

─Gracias por preocuparte Jack ─agradeció Osvaldo.

Esta vez si es amor +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora