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La naturaleza era realmente hermosa, y aún más en aquel extenso bosque. El sol lentamente se escondía en el horizonte, pintando el cielo de tonos entre dorado y carmesí, agradable a la vista. Los pajarillos entonaban una melodiosa canción, que te invitaba a afinar el oído y centrarte únicamente en escuchar aquel precioso canto.

El aroma a flores silvestres llegándole a la nariz, como si de una caricia se tratase, la suave brisa revolviendo su cabello, impregnando en él, el aroma natural de su entorno.

Pero eso no era nada en comparación a su molestia, la cual no le permitía detallar más profundamente a su alrededor, sumado a eso, el hambre, sueño y sed de la que era víctima. Su estómago cirugía sin parar, como haciéndole un intenso reclamo por lo vacío que se encontraba.

Y él resopló entre dientes y maldijo cuando uno de sus pies quedó atrapado entre las gruesas raíces de aquellos grandes árboles, mismos que lucían imponentes por su tamaño.

Un quejido salió de sus labios cuando se lastimó el pie, nada demasiado grave pero el dolor era incómodo. Se detuvo un tiempo, momento que aprovechó para descansar al menos cinco minutos antes de continuar el camino a su objetivo.

Cualquier pueblo cercano.

Si, eso buscaba Dohyun, algún lugar en el que pasar la noche, comer algo e intentar comunicarse con cierta japonesa, la cual era el motivo de su molestia.

Y joder, Dohyun podía sentir su sangre hervir de tanta furia contenida, furia que no tenía con quién desquitarse, al menos no aún.

Cerró los ojos y recostó su cabeza al árbol tras de él, intentando por todos sus medios relajarse, pero le era una tarea imposible, mucho más aún luego de lo sucedido...

Luego de escapar de Taehyung, cabe recalcar que apenas lo logró, buscó refugio entre las muchas instalaciones del lugar y en ese momento agradeció que fueran tantas. Su corazón estaba inquieto, casi queriendo salirse de su pecho ante el miedo de ser descubierto. Con los ojos bien abiertos y mirando en todas direcciones avanzó por un pasillo que encontró entre lo que parecía ser la torre de comunicaciones y un pequeño almacén en desuso.

Soltó un suspiro, pero no aliviado, más bien agotado.

Sentía todo el cuerpo pesado ante el esfuerzo que hizo durante todo el día, y por si fuera poco el maquillaje en su rostro picaba, era insoportable al ser demasiado.

Porque siendo sinceros, él realmente no tenía ningún parecido con el piloto Jeon, de no ser por el maquillaje y peluca que lo hacían ser una copia exacta de Jungkook, tan parecidos que si los pusieran frente a frente se podría pensar que se estaban mirando en un espejo.

Sana realmente hacía magia.

El tiempo pasaba y los tiroteos cada vez se hicieron menos frecuentes, el sol poco a poco bajaba por el firmamento, buscando esconderse. En eso, escuchó el insoportable ruido de los neumáticos de un auto, o tal vez más de uno.

Asomó la cabeza, pasando desapercibido y podría jurar que su corazón le subió hasta la garganta.

Esos eran los Jung, al parecer Kim pidió refuerzos y joder, en menos de 10 minutos la invasión estaba controlada, para luego de un rato tener a todos aquellos que aún quedaban con vida arrodillados en el suelo, con las manos tras de la cabeza.

Realmente su suerte era enorme, porque aunque no estaba bien escondido por así decirlo, no fue descubierto.

Sintió que dejaba de respirar cuando fue capaz de escuchar unos pasos tras de él, giró lentamente el rostro, prepárandose para ser atrapado. Más el alma le regresó al cuerpo al notar que se trataba de Sana.

I Hate Loving You (Vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora