Una guerra, una traición y dos corazones rotos. La relación de Jungkook y Taehyung había sido estable hasta el momento, pero... ¿Qué sucede cuando intervienen terceros?
«No te imaginas lo mucho que odio amarte... Jungkook.»
♡ ࿒ ꒱ Segundo lugar e...
Al segundo día de estar en aquel pueblito finalmente consiguió algo útil para llevar a cabo su plan. Ahora mismo Dohyun caminaba un poco apresurado en dirección a aquel teléfono público que por suerte no había descompuesto días antes.
En sus manos llevaba su más preciado tesoro, una grabadora, le fue sumamente difícil conseguirla considerando lo poco avanzada que era la tecnología en aquel lugar.
Con mucho cuidado de no ser observado por ojos chismosos marcó al número de Sana. Y como siempre la chica tardó minutos en responder, pero Dohyun estaba demasiado decidido como para echarse atrás justo ahora. Así que después de una eternidad finalmente la japonesa le había contestado.
«¿Qué mierda quieres? Pensé que te había dejado más que en claro que no tengo dinero para tí. Creo que deberé cambiarme de número para que me dejes en paz.»
Rápidamente el chico dió inicio a la grabación y contestó:
—Escúchame atentamente, este plan fue obra tuya, y si yo me hundo tú lo harás más. Necesito salir del país, quiero el pasaporte y el dinero que me prometiste —demandó.
«No pierdas más tu tiempo, Dohyun»
—¿Es que acaso tienes una puta idea de lo difícil que fue hacerme pasar por Jungkook para cumplir tus caprichos de mierda? Yo no trabajo de gratis Sana.
«No me importa, ahora que me deshice de Jungkook tú no me sirves ni me interesas, no eres más que una rata»
—Maldita, esto no se quedará así —maldijo entre dientes y sonrió después. Todo estaba saliendo de acuerdo con lo planeado.
«Siempre dices lo mismo, pero no veo que estés haciendo nada para hacerme pagar por mi traición hacia tí »
Oh, eso piensas.
—Te vas a arrepentir, te juro que yo-
Y una vez más, la chica colgó la llamada antes de que terminase de hablar. Aunque ya no era relevante, Dohyun obtuvo lo que quiso y encerio no podía creer que la japonesa fuese tan estúpida como para caer en aquella simple treta.
Satisfecho de su logro regresó a casa de la ancianita que lo había acogido cuando llegó al pueblo, tenía cosas que terminar aún.
Tal vez Kim Taehyung recibiría un paquete pronto.
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Sana colgó la llamada algo extrañada, aunque lo dejó pasar atribuyéndola a la desesperación de Dohyun por algo de dinero. Observó en todas direcciones para asegurarse de ser la única capaz de presenciar aquella disputa y sosteniendo una bandeja con café en una de sus manos retomó su camino a la oficina de Taehyung.
Una vez frente a aquella puerta tocó dos veces hasta que se le permitió entrar. Aventurándose al interior de la habitación observó a los dos soldados que permanecían de pie frente al escritorio de Kim, el castaño parecía darles algunas indicaciones y tan pronto ellos se retiraron Sana se acercó a la mesa, dejando la taza de café sobre la superficie de madera y haciendo una leve inclinación ante el militar antes de hablar.
