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Emilio cerró los ojos una vez más, sentía su cuerpo adormecido. Un peso había sobre él, el Omega que estaba dormido con su rostro en su pecho y el brazo del Omega lo abrazaba. Emilio por instinto acarició la espalda del Omega, sintiendo cómo éste temblaba bajo su tacto.

Emilio suspira abriendo los ojos, el olor de ambos y el olor de sexo entran por su nariz. Observa el rostro del Omega, verlo así hace que su lobo se remueva de orgullo al recordar que tiene marcas de él en todo su cuerpo.

Luce cómo un dulce ángel dormido que teme moverse y provocar que despierte.

Pasó una mano por su rostro, tratando de eliminar el sueño.

El Omega se remueve más, lo vé levantarse de su pecho bostezando tiernamente.

"¿Se acabó?" - La voz del Omega suena lenta y ronca. Sonríe sintiendo un cosquilleo en su estómago. Los ojos del Omega se cierran otra vez y vé que murmura algo, pero no escucha nada.

"Se ha terminado, te agradezco Omega."

Éste asintió, volviendo a acostarse sobre él. - "Estoy muy cansado, nunca había ayudado a un alfa." - El chico sobre él dice. Emilio acaricia su cabello.

"Tengo que levantarme Omega." - Joaquín negó. - "Puedes seguir durmiendo, pero yo tengo que levantarme."

"No, no me dejes sólo, por favor."

"Joaquín..." Advirtió en tono bajo. - "Tengo que recoger lo que hicimos abajo."

"¿Hicimos? Lo que hiciste tú. No me culpes a mí." - Emilip gruñó bajo y el Omega se levantó mirándolo inocentemente. - "Alfa." - El chico gimió. Sus ojos se tornaron negros, sus manos pararon en la cintura del chico, lo acostó en la cama, estando Emilio arriba con Joaquín debajo.

El Omega lo miraba a lo ojos, pudo oler que el Omega estaba húmedo. Se acercó a su boca y lo besó, invadiendo la boca del Omega, mordió su labio, llevó una de sus manos a la entrepierna del chico. Su celular sonó en ese momento, soltó un gruñido, pero lo ignoró, su atención tenía que ser para el Omega, no para el celular que estaba sonando. Comenzó a mover su mano sobre el miembro ajeno, viendo cada gesto del Omega.

"Emilio..." - La voz del Omega llegó a sus oídos, acompañado de un gemido. Se acercó para besarlo de nuevo. El sonido de su celular provoca que gruña otra vez sobre los labios del Omega. - "Más." - Exige el Omega, sonríe sobre sus labios y mueve más su mano, su dedo pulgar pasando por la cabeza del pene del Omega. Éste tiembla bajo de él, sus movimientos son lentos, el Omega se sostiene de sus hombros, encajando sus dedos ahí. Vuelve a besarlo, sintiendo cómo éste se corre, manchado su mano.

"Lindo Omega."














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El día es algo nublado, por lo que el Omega está abrigado con un suéter de él. Le queda algo grande, pero eso parece complacer a su lobo. El chico desayunaba en la barra de la cocina mientras revisaba su celular y tarareaba algo.

Emilio suspiró, terminando de recoger los pedazos pequeños del mueble que había quebrado. La suerte de que no se lastimó, tendría que comprar otro igual. Los empleados de la casa no llegarían hasta mañana.

Su celular había estado sonando un par de veces y Emilio no había contestado. Lo hizo cuándo entró en la cocina y tomó asiento enfrente del Omega, quién dejó el celular en la barra al verlo.

"¡Hasta que respondes! ¡No me avisas nada, tuve que enterarme por tu secretaria que no estarías disponible por unos días! ¿Qué te cuesta? ¡¿Eh?! ¡Nada!"

"Barquín..." - Gruñó.

"¡Barquín nada! ¡Te acabo de salvar de una, una muy grande! ¡Así que espero mi parte en mi paga!"

"¿De que estás hablando?"

"Bueno amigo mío, el hijo de Abad entró en celo hace un día. Me enteré porque había ciertos papeles que tenías que arreglar tú y tuve que ir yo en tu nombre. Él me lo dijo, el señor Abad, más a parte que... Que obtiene ayuda de cierta Omega."

Emilio no dijo nada, se quedó a la espera de que prosiguiera.

"Me pidió a mí, que fuera a avisarle a la madre de tu Omega que no iría a su casa, ella está feliz. Me repugna esa señora. Decía ' a marcar a Joaco y nos iremos a vivir en la mansión de Abad' igual no comprendo su modo, pero el punto es que tienes unos días más para estar con Joaquín."

Gruñó con molestia, la madre de Joaquín era una ambiciosa al parecer. Joaquín gimió con sumisión.

"Lo siento." - Se disculpa mirándolo, su atención vuelve al celular. - "Barquín, ¿puedes seguir unos días más? Después de ésto tendrás el fin de semana para descansar y disfrutes con Nikolás."

"Por supuesto, Emilio, pero espero una buena paga." - Colgó la llamada. Miró al Omega, quién seguía desayunando y lo miraba.

"Se supone que nos conoceríamos primero, que te cortejería."

"Y ya cogiste conmigo, el día de hoy todos vamos a lo último. Pero aún puedes hacerlo... Me gustaría que me cortejaras..."

Emilio sonrió, un tanto divertido. - "Entonces debes saber, que no me gusta el mal lenguaje en tí."

"Todos somos libres de expresarnos, tampoco es cómo si lo dijera en cada momento."

"Debo decirte que te quedarás en mi casa por unos 2 días más."

"¿Enserio? Es sorprendente y aunque me gustaría, tengo que regresar a mi casa, mi madre seguro ya está molesta porque no estoy con Mauricio." - El Omega gruñó bajo.

"Por eso, tú noviecito está en celo, con una compañía."

"Ah, bueno, entonces sí."

"¿No te sorprende?"

"No, llegué a convercerlo de que no lo ayudaría con su celo ni él a mí, su padre lo sabe, siempre van por mí, pero me dejan en un hotel..."

"Tu vida, me inquieta..."

"Lo sé, si seguimos con ésto del cortejo, sabrás más de mí."

"Empezaré desde hoy..." - Las feromonas de Joaquín eran dulces y adictivas. - "Hueles tan dulce, tan delicioso." - Joaquín sonrió.

"¿Podemos salir al patio? Miré que es muy grande..."

"Lo que quieras, dulce Omega."













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Seguimos..........












Hasta el próximo capítulo AlbertXioW.

His Eyes // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora