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La sensación de querer salir, ahí estaba, él no rompía promesas, no lo hacía...

Su mente se llenaba de sucesos en dónde al Omega era alejado de él. Gruñó con molestia, observaba su celular con insistencia, por si en cualquier momento éste sonara. Los minutos se le estaban haciendo eternos.

La puerta fué tocada varias veces, Emilio se apresuró en abrir la puerta. Eduardo fué el que tocó, éste lucía nervioso porque jugaba con sus manos.

"Tengo una mala y una buena noticia." - Eduardo habló temeroso. Olia a miedo. - "Recuerda que tengo un bebé pequeño y un hermoso Omega que dependen de mí." - Cerró sus ojos.

"Eduardo, habla." - Su voz salió ronca. - "Eduardo." - Gruñó.

"Estuvimos en su casa, no había nada de pertenencias, había varias cosas rotas en el suelo, cómo si hubieran tenido una discusión ó iban muy deprisa." - Habló algo rápido, pero Eduardo pudo entenderlo

Su mente estuvo en blanco un segundo nada más.

"¿Se fué con su madre? ¿Se lo llevó? ¿Así nomás?"

Eduardo negó. - "Lo encontré."

Se alarmó, sin ser conciente tomó a Eduardo del cuello de su camisa para acercarlo. - "¿Está bien? ¿En dónde está? ¿Qué tiene? ¿Le hicieron daño? Llévame ahora, vamos. Dime dónde está." - Su alfa soltó un gruñido internamente, rugió exigiendo saber lo que sucedía con su Omega. Emilio miró a Eduardo.

"Tranquilo, Emilio. Él está bien. Te llevo con gusto." - Eduardo habló bajo, intentado no ganarse otro gruñido por parte de Emilio.

Emilio lo soltó y respiró hondo

"Lo siento." - Se disculpó.

"Si, no hay problema. Yo comprendo la situación."














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El Omega estaba en el columpio, balanceándose lentamente, parecía pensativo. Respiró hondo, sintiendo un gran alivio al verlo desde lejos, al menos estaba bien, se acercó a pasos apresurado.

Su lobo aulló con feroz de ya tenerlo en sus brazos. Sus instintos estaban a flote.

No fué necesario acercase, porque Joaquín ya lo había visto, lo vió levantarse. Extrañamente podía sentir su tristeza y una incomodidad que Emilio sabía que pertenecían del Omega

Lo abrazó en cuánto lo tuvo a unos pasos. Su nariz para en el cabello del Omega, para respirar su olor, para calmar a su lobo, quién estaba gruñendo y añarando en su interior. Lo sintió calmarse un poco para aún lo sentía en alerta.

Sujetó al Omega con algo de fuerza, se sentía tan bien abrazarlo, se sentía correcto, suspiró profundamente, mierda que si lo había extrañado.

"Alfa." - Joaquín comenzó a llorar. Emilio lo sujetó más contra él, el Omega gimió lastimosamente exigiendo ser consolado.

"Oh, Joaquín. Demonios, estoy tan enojado por dejarte sólo." - Él negó. - "Todo está bien." - Intentó consolarlo, soltó sus feromonas para calmarlo. Estaba esa parte que están desesperado por tranquilizarlo y hacerlo feliz.

"Pasaron muchas cosas, estoy confundido." - El Omega hipó.

"Puedes hablarlo, estoy aquí para escucharte."

"Quiero que me lleves a casa, a tu casa."

"Por supuesto, Omega. Lo que desees."

"Prepararé una camioneta para los dos ¿Quieres manejar ó quieres chófer? " - Eduardo habló, interrumpiendo su burbuja. El alfa no se había dado cuenta que éste estaba ahí, sólo le importaba el Omega que estaba en sus brazos.

"Chófer Eduardo, Gracias." - Fué todo lo que dijo. No quería manejar, quería sentir al Omega en sus brazos.

"Lamento preocuparte." - El Omega habló una vez que ya estaban dentro de la camioneta. Ya no estaba llorando, pero tenía sus ojos hinchados de tanto llorar.

"Omega, eres lo más preciado para mí en éste momento." - Joaquín besó sus labios, un casto beso para luego a acurrucarse más a él.

Emilio dejó que se durmiera, lo cargó para salir del auto con delicadeza para no despertarlo. Eduardo le abrió la puerta.

"Gracias, Eduardo. Puedes irte, ó puedes quedarte en una de la habitaciones." - Dijo al entrar, el Omega comenzaba a pesar.

"Me quedo, me iré en la mañana no te preocupes." - Emilio asintió, y no dijo nada más, cargó a Joaquín hasta su habitación. Al llegar a la habitación lo dejó en la cama, se alejó de ahí para mirarlo. Cerró los ojos por un segundo por que todo ésto que estaba sucediendo últimamente era confuso, pasó de suplicar por el Omega a tenerlo aquí en su cama. Pero en sí, ¿Qué esperaba de ellos dos? Sabía que su alfa lo necesita hasta para respirar, ahora ya no puede pensar en la idea de dejarlo, lo vuelve loco, pero Emilio sabía lo que quería, pero... ¿Qué quería el Omega?













 ¿Qué quería el Omega?

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Seguimos..........













Nos vemos AlbertXioW.

His Eyes // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora