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Bajó de su auto y lanzó las llaves hacía el chico y éste los atrapó, no le dirigió ni una palabra. Caminó a pasos apresurados hacía la entrada de la casa.

Las ansias de ver al Omega comenzaban a inquietar a su lobo. Había ido esa mañana hacía la empresa porque fué obligado a asistir a una reunión, de la cuál tenía que estar ya que no podía sustituirlo Eduardo ó su padre.

Una vez entró, respiró hondo, dejando que sus pulmones se llenaran de ese olor a mandarinas. Cualquier parte de la casa olía al Omega y le gustaba, la casa lucía más alegre, tener al Omega en su casa lo hacía sentir feliz a él y a su lobo.

Éste se encontraba en la sala sentado en la alfombra comiendo un cereal desde la caja, Emilio sólo sonrió al verlo tan entretenido viendo la película de terror.

El Omega lucía tan pequeño ahí con una sudadera de él. Se sentó junto a él.

"Emilio, Emilioooooo." - Tarareó el Omega y lo vió sentarse sobre sus piernas. Emilio lo abrazó, puso su barbilla sobre el hombro del Omega. - "¿Quieres?" - Acercó la caja de cereal y Emilio negó. - "¿Cómo osas negar mi comida? Si es lo más preciado." - Joaquín habló ofendido. - "Bueno, más para mí." - Y siguió comiendo mientras veía la película.

"Provecho, Omega."

"¿Qué vamos a cenar?"

Emilio levantó una ceja al verlo. - "Estás comiendo y preguntas por lo que vá a ver de cenar." - No era una pregunta sino más bien una afirmación, el Omega asintió.

"Sí, le pregunté a Laura, pero ella sólo dijo el señor Emilio no ha dicho nada. Así que Emilio ¿Qué vamos a cenar?"

Emilio frunció  un poco el entrecejo. - "No lo he pensado ¿Qué se te antoja?"

"Se me antoja que uses tus bellas manos y me tomes de una buena vez." - El Omega lo miró sonriendo y con un brillo en los ojos

El celular del Omega empezó a sonar, Joaquín se levantó para tomar la llamada, antes de que Emilio contestara, puso en pausa la película, mientras Joaquín hablaba por celular. Sólo se dedicó a verlo caminar de un lado a otro.

Luego se detuvo y lo miró, las feromonas de Joaquín llegaron a él, olía a tristeza y frustración. Se levantó y se acercó para abrazarlo, lo calmó con su olor.

"¿Vas a decirme que sucede?" - Pregunta una vez que la llamada termina.

El Omega comenzó a llorar mientras lo abrazaba. - "No quiero irme." - El Omega lloriqueó. Emilio lo levantó y lo llevó al sillón, lo sentó en sus piernas.

Tomó su rostro entre sus manos y besó sus mejillas. - "Tranquilo, Omega." - Siguió repartiendo besos en su rostro.

"Se complicó todo, mamá me mandará lejos y ya no voy a verte..."

"Respira, Joaquín." - Dijo cuándo el Omega había empezado a hiperventilar.

"Mauricio marcó a la Omega." - Tan sólo dijo al verlo a los ojos. - "¿Sabes lo que pasará? Mamá se pondrá histérica, me reclamará por ser un mal Omega, me obligará a ir a un internado y luego me vá a comprometer con otro alfa que seguro voy a odiar..."

"No dejaré que te alejen de mí, ya no más, no voy a perderte otra vez, creo que ésta vez no voy a soportarlo."

Joaquín lo abrazó comenzando a llorar. - "Yo tampoco alfa, soy tuyo... Mi Omega te quiere."

Sonrió suavemente, al besar los cabellos del Omega. - "No te preocupes, yo me encargaré."

"Tengo que ir con los Abad..." - El Omega dijo. - "Mamá vá a estar ahí, no dudo que ahora ya esté enterada y quiera algo."

His Eyes // Adaptación Emiliaco OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora