capítulo 2

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—¿Qué están haciendo? Este es el lugar donde trabajamos.— Jungkook estaba agitado, sintió que todo se acababa. El teatro fue cerrado porque realmente ya no había dinero para pagar todo. —No pueden hacer esto— golpeó las puertas con desespero. —Jungkook, ya lo hicieron, no tenemos trabajo—. En serio le dolía verlo así, aguantando las ganas de llorar. —Jungkook, me iré a Seúl— intentó no mirarlo, no quería llorar y ver cómo sufría. Sintió su cuerpo ser envuelto en unos delgados brazos, sintió su respiración acelerada por todo lo que reprimía. —Kook, por favor, acepta el trabajo, haz la audición. Sé que me dirás que cada vez que lo intentas, la vida te arrebata todo— sacó una tarjeta de su saco y se la entregó. —Ve, inténtalo, eres un chico atractivo, te darán el papel.— La vida estaba siendo muy injusta con él.






—Señor, por favor, déjeme hacer la audición.—Sus pies tropezaban al intentar seguir el paso del señor Jeckor, quien parecía no querer detenerse para hablar solo unos segundos. Ahora se encuentra siguiendo a este tipo que tiene el descaro de ignorarlo, pero realmente necesita el papel. Tiene que pagar su departamento y no ha comido nada. Se apartó rápidamente, casi chocando con una chica joven. —Jungkook no puede tener el papel—    deteniéndose enfrente de un restaurante, acomodando un poco su saco. —Tu oportunidad se esfumó, Jeon. Debiste aceptala.— Acercándose quedando a unos centímetros de su cara, viéndolo con cinismo, escupiendo cada palabra. —Tienes un bonito cuerpo y cara, no te vendría mal trabajar de zorra— soltándolo con burla. Retrocedió, mirándolo con repulsión. Su mano se hizo puño, apretándolo para no decir algo, volteando a ver a través del vidrio del restaurante cómo acomodaban una mesa, poniendo comida. Devolviendo la mirada al tipo, —toma, dile que vas de mi parte, recibe el pago y haz como si nunca estuviste ahí.—






Qué iba a hacer ahora? Nam se va a Seúl, perdió su trabajo por el bajo presupuesto del teatro, no tiene dinero y lo poco que le queda es para pagar el pequeño departamento. La vida no le puede pagar así, ha dado su esfuerzo, pero vuelve a donde inició. Esto se vuelve más difícil ahora que ya no tiene empleo. Se detuvo a mirar el cielo, al parecer iba a llover otra vez. Últimamente, el clima en Nueva York era frío y ha habido mucha lluvia. No se siente tan solo con el clima, así que es relajante ver el cielo nublado mientras la lluvia cae. El sonido de un pitido lo asustó y no se dio cuenta de que estaba en medio de la calle. —¡Quítate del camino, estúpido!— se apresuró a cruzar, volteó, sacando su lengua y arrugando un poco su nariz en forma de burla al señor feo que le gritó. —Eso estuvo cerca.—La lluvia empezó a caer, así que subió la capucha de su abrigo.



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⏰ Última actualización: Mar 02 ⏰

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