- está bien, pero—la oración del muchacho fue interrumpida por el sonido del timbre.- ¿será él?
- ya veremos—se acercó a la ventana y luego de comprobar que era Julián abrió la puerta. - hasta que al fin llegas, nos tenías preocupados
- lo se, lo se, pero ya estoy acá—abrazo a Alondra.
- me alegra que estés bien—se unió al abrazo.
- Emilia—acaricia la mejilla de su hija. - vos deberías estar dormida...
- eso fue lo que le dije yo, pero no me hizo caso—exclamó el pelinegro mientras señalaba a su hermana.
- debiste hacerle caso nena, recuerda que la próxima semana entras al colegio
- ya lo se papá, pero quería esperar a que llegarás
- está bien...
- oye cariño, a todo esto ¿por qué llegaste a esta hora?—preguntó Alondra.
- por el tráfico, estuvo muy fuerte esta mañana y en la tarde peor—respondió agotado mientras se recostaba sobre el sofá.
- fue un día muy cansado para vos ¿verda?
- si bastante...pero bueno, ustedes ya vayan a dormir que es tarde...
- está bien papá—se despidió con un abrazo. - que descansen
- ustedes también nenes
Emilia y Lalo subieron a sus habitaciones y un rato después se quedaron dormidos.
Al día siguiente por la tarde, Emilia decidió salir a explorar un poco el barrio y de paso a pedirle disculpas a Danilo por el comportamiento de su hermano.
- joder...¿dónde andara ese pibe?—susurro.
- ¿buscas a alguien?—preguntó la rubia.
- ah si...¿sabes dónde puedo encontrar a tu amigo Danilo?
- ¿para que lo queres?
- bueno solo quería disculparme por todo el quilombo que armo mi hermano ayer...
- pero vos no tenes la culpa nena—dijo desde la ventana. - espérame que ya bajo!
- Danilo vos deberías—no pudo terminar su oración debido a que su amigo ya había bajado. - olvídalo...
- ¿él vive acá?
- no, solo se quedo a dormir porque ya era tarde, esta es la casa de nuestro amigo Carlos...
- ah ya veo...
- ¿y cómo te llamas?—ladeó la cabeza.
- Emilia ¿y vos?
- Maru
- ya estoy acá—extendió los brazos. - veo que ya se conocen—sonrió.
- si, justo acabamos de presentarnos—miro a Emilia. - bueno yo los dejo, tengo que volver a mi casa—se despidió de Danilo con un pequeño golpe en el hombro. - cuídate...
- chao rubia—exclamó el castaño para luego ver como su amiga se alejaba. - en fin...ya te dije que no es tu culpa así que no tenes que disculparte
- pero quiero hacerlo, porque sé que mi hermano no lo hará—dijo mientras sacaba una pequeña bolsa.
- y también quería darte esto...- ¿para mí?—preguntó sobresaltado.
- si...tómala—respondió ella.
- no entiendo porque me das esto, pero gracias—ríe.
- bueno...una disculpa no basta así que quise traerte algo, aunque no sé si te guste
- deja que lo veo—abrió la bolsa emocionado. - ¿posta?...que piola, sos muy linda nena, muchas gracias
- me alegra que te guste—sonrió al ver la reacción de Danilo. - espero que si la uses eh
- claro que la voy a usar y más porque me la diste vos
- dale...bueno, yo...ya me voy—se rasco la mejilla tratando de evitar el contacto visual. - tengo que volver a casa
- te acompaño—exclamó el castaño.
- no creo que sea buena idea...
- ¿lo decís por tu hermano?
- si...
- descuida, me aseguraré de que no me pille—soltó una sonrisa y extendió su mano.
Aquella joven solo miró al muchacho con ternura para luego tomarle la mano
e irse juntos, mientras que Danilo le contaba su historia y la de sus amigos.En lo que ellos compartían ese momento juntos, Maru los observaba de lejos preguntándose..
¿Por qué ella, y yo no?...
¿Por qué?...si yo eh estado con vos en los momentos más difíciles de tu vida.
Las preguntas invadían la mente de la rubia mientras se producía un nudo en su garganta.
Al volver a casa solo pensaba en recostarse y descansar de todo, pero tristemente eso no ocurriría.- ¿a dónde vas?—preguntó molesta al ver que la rubia iba a subir a su habitación. - vení para acá
- madre—se acercó. - yo..—la oración de Maru fue interrumpida.
- ¿se puede saber por qué llegaste a esta hora?—tomo a su hija del brazo bruscamente.
- hubo un enfrentamiento entre las bandas del barrio y no tuve otra opción que irme a la casa Carlos..
- pudiste haberme avisado para ir por vos—apretó su agarre.
- no quería preocuparte...
- pues ya lo hiciste—soltó a Maru. - ándate para tú cuarto, y olvídate de querer salir con tus amiguitos—dijo para luego irse a la cocina.
La rubia solo miro a su madre con coraje y subió a su habitación, para este punto las lágrimas ya habían salido y el dolor era más grande, no solo por el trato de su madre... también era por la indiferencia que le tenía Danilo a ella.
Todo lo que le estaba pasando le afectaba mucho, solo quería llorar hasta que todo ese dolor desapareciera......
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𝙨𝙞𝙢𝙥𝙡𝙚𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙫𝙤𝙨 | « 𝘿𝙖𝙣𝙞𝙡𝙤 𝙎á𝙣𝙘𝙝𝙚𝙯 » |
Fanfiction- ¿podes quedarte a mi lado y cumplir con tu promesa? Fecha de inicio : 22 de febrero