𝟎𝟓

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El fin de semana paso y el momento que Emilia menos esperaba llegó.
Entraría a un nuevo colegio, lo que significaba hacer nuevos amigos...y ese era un tema que se le dificultaba bastante.

- cuida a mucho a tu hermana Lalo—dijo mientras lo miraba fijamente.

- si, no te preocupes

- ya hay que entrar ¿no?—exclamó Emilia tratando de disimular sus nervios.

- tranquila nena, todo va estar bien—abrazo a la muchacha. - ¿si?

- eso espero...

- dale Emilia, ya hay que ir—ladeo la cabeza.

- bien...nos vemos Alondra—se despidió con una sonrisa.

Ambos hermanos entraron al lugar y mientras pasaban por los pasillos, notaban como todos los observaban de pies a cabeza.
Para su mala suerte les tocó en diferente curso y tuvieron que separarse, aunque acordaron verse en el almuerzo.

El tiempo paso y llegó la hora de salir a almorzar, Emilia se encontraba esperando a su hermano en el pasillo, pero este no aparecía y eso le preocupaba.

- joder...Lalo—susurró. - ¿por qué no llegas?—miro a todos lados.

- ¿Emilia?—preguntó sobresaltado.

- uh—se dio la vuelta para verle. - Danilo—una sonrisa se dibujó en su rostro.

- no sabía que ibas a estudiar acá, ¿por qué no me lo dijiste?

- no pensé que te importara

- pues ya ves que si—se acercó.

- ¿y por qué?—alzo la ceja.

- porque se trata de vos—sonrió.

- aléjate de mi hermana tarado—jalo a Danilo de la campera bruscamente. - ya te lo había dicho

- ¿y si no que?—empujó a Lalo. - no se te olvide que vos tenes algo pendiente conmigo

- ya, basta los dos—se planteó delante de ellos. - Lalo...discúlpate

- ¿qué decís?—frunció el ceño.

- discúlpate

- estás loca, yo no tengo nada de que disculparme—miro a Danilo. - y menos con este

- déjalo Emilia, ya no importa—se acercó a Lalo. - lo que si, es que vos tenes que cumplir la apuesta

- ¿y qué queres que haga?—volvió a fruncir el ceño y cruzó los brazos.

- ya lo sabrás—dijo con una sonrisa traviesa.

- Danilo—apareció la rubia. - ¿qué haces?, te estamos esperando

- ya voy—se dio la vuelta. - chao Emilia—sonrió.

- chao—le devolvió la sonrisa.

El castaño la miro por última vez y después de eso, se fue junto a su amiga.

- me caga ese pibe

- ya basta Lalo, deja de joder a Danilo

- ¿por qué lo defendes tanto?, ¡¿te gusta?!—molesto.

- ¡¿que decís?!

- respóndeme. ¿Te gusta?

- claro que no, si lo conozco hace poco

- espero y no me estés mintiendo—serio.

- ya te dije que no—trago saliva.

Lalo tomó a su hermana del brazo y se la llevó a la cafetería del colegio.
Por otro lado, las dudas invadían la mente de Danilo pues sentía que algo no andaba bien con Maru.

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