《³¹》Las Diez Plagas de Egipto

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Capítulo 31: Las Diez Plagas de Egipto
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Camila Cabello 2 de septiembre de 1820 - Hampshire (¿¡¡¡MADRE?!!!? POR EL AMOR DE DIOS, INDIGACIÓN, DESESPERACIÓN, ¡¡AHHHH!!, AYUDA, NO SÉ CUIDAR NI DE MI MISMA)

Cuando llegué a casa, Lawrence parecía a punto de morir, su ropa y su
cabello estaban completamente despeinados, lo cual era totalmente
inusual, ese hombre siempre estaba impecable.

Esa tarde, sin embargo, podría haberlo confundido con un marinero después de una dura jornada de trabajo, después de haber sido atropellado tres veces por un carruaje de cuatro caballos.

- ¡¡Camila!!. - Exclamó en voz alta nada más verme. Por alguna razón que
se me escapaba en ese momento, sus ojos se llenaron de lágrimas mientras se acercaba a mí, mirándome salir del carruaje.

- Ha llegado el jefe. - murmuré en tono de broma, sorprendiéndolo con un beso en los labios. Necesitaba mimarlo, considerando que había una alta
posibilidad de irritarlo con mis decisiones apresuradas.

- Pensé..., Pensé que me habías abandonado... - Susurró suavemente, con la voz quebrada.

Lawrence a veces era tan alarmista que me daban ganas de sonreírle en la cara.

Si no lo había abandonado cuando pensaba que tenía una familia fuera de nuestro matrimonio, ¿por qué lo haría después?

- Tienes ideas tontas, marido mío. - Me burlé, sacudiendo la cabeza.

- Me desperté y ya no estabas, pensé que tal vez me habías mirado mientras dormía y terminaste asustándote, o... no lo sé. No hablamos de hacia dónde iba nuestro matrimonio, yo tenía miedo y no tenía idea de dónde podrías estar. - Su expresión torturada me hizo arrepentirme un poco de no haber dejado al menos una nota, simplemente no había pensado
que pudiera tardar tanto tiempo, las cosas habían dado un giro que no podría haber predicho.

- No voy a abandonarte, tonto. - Aseguré besándolo nuevamente en los
labios. - Y sí, necesitamos hablar de algunas cosas, pero nada implica que
los dos nos mantengamos alejados, especialmente ahora que eres papá.

Lo solté de inmediato, haciendo que sus ojos se abrieran más.

Lawrence se quedó mirando mi vientre y pude verlo temblar de pies a cabeza, su mirada de incomprensión, terror y felicidad me hizo negar rápidamente con la cabeza.

- Oh, no, cariño. Ya traje un bebe listo. - dije sonriendo.

Entre de nuevo en el carruaje, llevando en mis brazos ese bulto aterrador. Lord Morgado probablemente tenía un corazón sano dentro de su pecho, de lo contrario los sustos que le di ya lo habrían matado.

- ¿¡Rebeca!? - murmuró Lawrence en un tono difícil de descifrar porque se
llenó de diferentes emociones cuando reconoció la cosita fea en mis
brazos.

- Mira, ya conociste a tu nueva pequeña. - Mientras hablaba ya le pasaba la cosita a Lawrence, no soportaba más a esa bebé sonriéndome, había pensado al menos un par de veces veces sobre tirarla del carruaje.

- Cuídala hasta que tenga al menos cinco años y luego me presentaré como
mami.

- Camila, ¿qué es esto? - Preguntó confundido el hombre, mientras me
seguía al interior de la casa.

¿Quizás casi estaba corriendo?

Tal vez.

No quería tener que explicar este complicado acuerdo.

SOS 7053 (Camren g!p)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora