Brujo intruso

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Capítulo 5 – Brujo intruso


Día: miércoles


Helen: no, no puedes obligarme a hacerle daño a Ben. Es mi amigo, y nadie de este equipo les hace daños a los amigos.

Proctor: verás, querida, ninguno de ustedes tiene otra opción. Yo los hice, y llegó el momento de que me obedezcan.

Manny: ¿y esperas que nadie se de cuenta de que te obedecemos? Se darán cuenta más rápido de lo que puedo decir "te golpearé".

Proctor: dije que iban a obedecerme, no que serían conscientes de ello. La única persona que sabe lo que puedo hacer es, justamente, la única a la que nadie va a escuchar. Como en el mito de Casandra, qué triste.


Ben, entonces, despertó de sobresalto ante el sonido de la alarma, totalmente confundido. ¿Había visto eso? ¿Eso había pasado? Pero, si había pasado, ¿cómo lo había visto? Él nunca había tenido la habilidad de tener visiones, ¿por qué la manifestaría ahora?

Bueno, fuera como fuera, era, con toda seguridad, una advertencia sobre Proctor, y Ben sabía que era más que probable que no le creyeran si iba a advertir, por lo que tendría que vigilarlo para conseguir pruebas.

Cuando trató de levantarse, fue detenido por cierto pelinegro que podía ocupar sus pensamientos más que las malas vibras:


Kevin: no tan rápido, velocista. No vas a entrenar hoy. Ni siquiera sabemos si sigues en el equipo para empezar – Algo en sus ojos le dijo a Ben que esperaba que aceptara quedarse


Pero, ya fuera que estuviera teniendo visiones de repente, o que sus sueños fueran una advertencia sobre Proctor dada por sus malas vibras, o lo que fuera, debía, definitivamente, quedarse en el equipo para investigarlo. Uno no sólo recibía esas malas vibras y esas imágenes por nada.


Rook: tiene razón. Quedaste muy cansado ayer, y tuviste que hacer mucho. Descansa por hoy – Algo en el tono de voz del líder de equipo le dijo a Ben que no apreció mucho nada de lo que hizo ayer, pero el pelicastaño le restó importancia

Ben: pelearía, pero tú eres el único que tiene la cabeza más dura que yo – Le dijo a Kevin, mirándole de forma intensa


Pero tenía un motivo oculto... Más allá de que tenía que hablar con el abuelo sobre su posición en el equipo; si se quedaba solo, podía intentar averiguar qué clase de imágenes eran esas, y ver si los pequeños Plomeros estaban bien. Intentar espiar a Proctor de forma directa no sonaba inteligente.

Fingió no ir a desayunar para quedarse descansando, sabiendo que los chicos se irían de desayunar a entrenar de forma directa, pero, mientras tanto, tomó uno de sus grimorios: el de las ilusiones y la mente, uno regalado por Verdona.

Mientras dibujaba su círculo de hechizos en el suelo, pensó en a quiénes podía decirles lo que presagiaba sin ser tomado por loco: Kevin y Gwen venían a su mente.

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Ben 10: las aventuras de un brujo alienígenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora