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Hermione abandonó el despacho casi dando saltos 

─ no sé porqué estas tan contenta, no ha solucionado nada

─ ¡pero dijo que nos ayudaría!

─ dijo que lo intentaría

─ Harry... Callate. ¿Quieres? Es Dumbledore, pues claro que hallará una solución. No lo llaman el mejor mago del mundo por nada.

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─ ¡Herms, Herms! ¡Tengo un plan! 

─ ¿de qué?

─ ¿Y sí imitamos todo lo sucedido en el día que nos transportamos? Tal vez eso nos haga volver

─ No se yo...

─ Intentémoslo, no podemos perder nada 

─ Harry...

─ Herms por favor, realmente deseo volver ─ un brillo lastimero se vio reflejado en sus ojos, cosa que desarmó totalmente a la castaña y acabó cediendo 

 ─ Supongo que tienes razón en lo de no perder nada ─ sacó su varita y con unos leves movimientos de muñeca acomodó la estancia 

─ ¿que haces?

─ intento que parezca el cuarto de gryffindor. 

─ ooh, ¡que gran idea, por eso eres la más inteligente!

La sala había quedado adornada únicamente con una cama amplia con dosel, mesita y un baúl vacío  ─ esto es todo lo que tenemos. Supongo que servirá

─ Hora de ponerse modo actores

─ tenemos que organizarnos primero ─ pronunció Hermione aún no muy convencida con el plan 

─ a ver... Yo llego primero, me pongo a rebuscar tus cosas y luego entras tú, me ves y me empiezas a perseguir como si tu vida dependiera de ella, luego me empujas fuerte y yo milagrosamente caigo en la cama y me intentas quitar el giratiempos. Por cierto, ¿lo tienes tú?

La chica sacó el giratiempos el cual estaba escondido bajo su ropa colgando de su cuello. Desde que habían llegado no lo había sacado ni una sola vez, ya que su objetivo principal era mantenerlo lo más lejos posible de Harry.

─ vale bien. No olvides darle una o dos vueltas hacia delante. ¿Entonces comenzamos? ─ preguntó Harry

─ De acuerdo.

La escena se desenvolvió lentamente, el muchacho contempló los cajones vacíos simulando la situación que le había llevado a su presente

─ ¡Deja eso! ─ chilló la castaña, Harry se subió a  la cama y sacó su varita de la cual salieron disparados rayos de luz sin ningún propósito.

Se hallaban frente a frente, Hermione alzó el brazo para empujarle tal y como habían acordado, pero Harry por inercia lanzó un hechizo que bloqueó el movimiento de su amiga, el hechizo le paralizaba el brazo de tal manera que quedó alzado en el aire, sin poder moverlo.

─ Harry ¿que haces? ─ cuestionó la castaña forcejando inútilmente

─ ¿no crees que el golpe va un poco fuerte?

─ pues claro que no te voy a golpear con fuerza Harry ─  contestó aún forcejando

─ vale... ─ y sin previo aviso detuvo el hechizo. A causa del intento de soltarse toda la fuerza quedó acumulada en su brazo y el impacto en la cara del chico fue mucho más fuerte de lo previsto

El golpe dejó a Harry aturdido, quien profirió un chillido desgarrador.

Hermione se asombró y tapó la boca con las dos manos emitiendo un jadeo ─ ¡Harry! ¡Ay, no, lo siento tanto! ─ trató de levantar el cuerpo de su amigo que yacía en el suelo

El muchacho fue a contestar pero en su lugar una mueca se dibujó en su expresión. Trató de encubrirla ─ no te...preocupes. Estoy bien. No ha sido para tanto

─ ¿seguro? Literalmente te he tumbado contra el suelo. ¡No era mi intención! ¡Debiste avisarme de que ibas a anular el hechizo!

─ ya, ya ─ intentó desviar la importancia del tema ─ volvamos a intentarlo 

─¿seguro?

─ sí. Venga, vamos

Los acontecimientos se dieron igual que la última vez salvo que ningún cuerpo acabó en el suelo. Finalmente, la muchacha acabó encima de su amigo forcejando, dieron vueltas en sentido contrario al giratiempos...

... y nada.

La estancia se mantenía inerte, al igual que ellos. Ningún cambio se produjo

Harry bufó y dejó caer su cuerpo en el colchón. Hermione de igual manera se desilusionó, pues si bien no opinaba que la idea fuese genial había sostenido un poco de esperanza.

La realidad golpeó nuevamente al muchacho ─ oye... Herms

─ ¿hm?

─ No es por nada...pero... ¿Y si te levantas? ─ fue entonces que la castaña se dio cuenta de que seguía sentada sobre el estómago se su amigo.

─ ay. ─ sus mejillas se tornaron coloradas y en movimientos torpes se incorporó hasta acabar sentada a su lado

Harry soltó una risilla ─ está bien, no te preocupes.

El pelinegro bufó ─ no funcionó. Que pena.

─ Ya. Pero valió la pena intentarlo.

─ yo no diría que valió le pena golpearme contra...

─ ¡Harry! ─ gritó repentinamente Hermione

─ ¿¡que pasa!?

─ ¡Tu cara!

─ ¿¡mi cara?!

─ ¡Tu cara! ─ repitió histérica de igual manera

─ ¿¡que le pasa a mi cara!?

─ Esta roja...tu mejilla ─ Estiró su mano para tocarla con delicadeza 

─ ¡No!

─ Si...

─ No puede ser...  ─ se horrorizó ─ ¿se nota mucho?

─ Pues... No te se decir... ─ y estalló en risas

─ ¿de que te ríes? ─ no recibió respuesta alguna pues su amiga seguía destornillandose. ─ ¡Para Hermione! ¡No te burles de mis desgracias!

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viaje a 1976 | harmioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora