viaje a 1976 | harmione

13ೄྀ

─ ¡Ron! ─ sonrió Hermione dando un medio abrazo a su amigo ─ ¿Qué tal?

Ron levantó la ceja dudoso ─ a vosotros dos os pasa algo. ¿a que viene este afecto repentino?

─ A nada. ¿acaso no se puede apreciar a un amigo solamente?

─ No

la castaña bufó y se sirvió zumo de calabaza ─ ¿no queda pastel de manzana? Jo, estoy famélica.

─ Puedes tomar el mío ─ el pelirrojo extendió su plato hacia su amiga ─ Que raro que los dos tengáis tanta hambre. Habéis hecho algo sin mi, ¿no es así?

─ No se de que me hablas

─ Ya, dime la verdad

─ No ha pasado nada

─ ¿Entonces como explicas que Harry se fuese en cuanto te vio?

La sonrisa que Hermione había mantenido se esfumó lentamente ─ ¿se fue porque llegué yo?

─ ¡no! Sí... bueno no sé ─ dudó Ronald al ver la desilusión ilustrada en la cara de la muchacha

El resto de la comida transcurrió en silencio, salvo con el pelirrojo haciendo comentarios puntuales para tratar de aligerar la tensión del ambiente.

─ Ron, tranquilo. No has hecho nada ─ sonrió levemente Hermione al ver la culpabilidad que sentía el muchacho ─ Esta bien

Acto seguido cogió sus pertenencias y abandonó el Gran Comedor.

A pesar del hambre y agotamiento que su cuerpo experimentaba la reacción de Harry le había producido un nudo en el estomago, quitándole toda gana e ilusión que antes tenía.

¿Por que se comportaba de esa manera? ¿ Y por que le molestaba tanto?

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Harry llegó a su habitación y engulló en un último bocado el trozo de pastel. ¿De que era? Ni idea, se sentía tan hambriento que comía sin pensar.

Se desplomó sobre su colchón en un intento de seguir descansando, pero esta vez le fue imposible, en su mente divagaban muchos pensamientos e ideas confusas. Resopló frustrado, en primer lugar estaba el torneo, seguía igual de perdido y angustiado que... hace unas horas, o mejor dicho, antes del viaje.

Las dos pruebas del torneo de los magos habían sido una locura, dragones, sirenas, grindylows, seres queridos secuestrados... Y por ende le preocupaba que podía pasar en la siguiente. Llegados a este punto el torneo había mostrado nula compasión y ser de carácter atroz.

Si quería conservar la vida, esta vez no tendría suerte, no habría una fuerza maternal que le protegiese, no aparecería ningún ave o mago para proporcionarle ayuda. Estaba completamente solo.

Su vida pendía de un hilo y más le valía prepararse.

Ron apareció por el umbral de la puerta y agitó la mano en señal de saludo ─ Hey. ¿En que piensas?

─ En el torneo

─ ¿Por que te preocupas? ¡Has sobrevivido a un colacuerno húngaro!

─¡por eso precisamente! Un dragón en la primera prueba, ¿qué pasará en esta?

─ Oh, ya veo...

Harry se hundió en el libro de hechizos que había estado hojeando y profirió un grito de frustración ─ voy a morir