INFÉRTIL ( 솝 )

08

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PROBAR.

Habían pasado tres días desde que Hoseok había aceptado el trato cuando Namjoon fue a recogerlos en su Jeep negra. Podría haber mandado a un hombre de confianza, pero mencionó que se sentía más seguro si él mismo se encargaba.

Namjoon era un hombre considerado y correcto, parecía estar decidido a enmendar cualquier error que YoonGi hubiera cometido como si fuera propio. Era un alfa grande y fuerte, con una manera suave y elocuente de hablar.

Contrario a Jimin, quien parecía fascinado, a Hoseok no le inspiraba otra cosa más que desconfianza.

Namjoon parecía ser consciente de la diferencia de opiniones, pues siempre trataba a Hoseok con más cautela, y era más descuidado con Jimin. A Hoseok le desagradaba; le preocupaba que Jimin fuera tan confiado con el alfa.

Además de que, así como había notado la admiración con la que su amigo miraba a Namjoon, también había notado que este no parecía corresponder su sentir.

Sólo esperaba que a Jimin se le pasara rápido esa admiración que mostraba por el alfa de cabellos morados.

El departamento que YoonGi había alquilado para ellos era más grande que cualquier casa en la que Hoseok hubiera puesto un pie en su vida entera.

Estaba localizado en el centro de la ciudad en una zona privada y segura, dónde los apartamentos eran excesivamente caros. Contaba con dos recámaras, una para él y una para su mejor amigo de cabellos rosas; un baño privado para cada habitación y medio baño para las visitas; una amplia sala de estar equipada con los mejores aparatos de entretenimiento; una cuarto de lavandería y una cocineta integral con la tecnología más nueva. Además, el edificio tenía gimnasio, piscina y estaba cerca de supermercados y hospitales.

—Bienvenidos a su nuevo hogar —les había sonreído Namjoon.

Jimin lo había mirando con fascinación, cómo si el mismo Namjoon hubiese dido el responsable de alquilar aquel lugar para ellos.

—Gracias, Nam —había correspondido, sonriéndole cálidamente.

Hoseok no pronunció ni una sola frase, sintiéndose demasiado abrumado como para poder decir algo. Sin embargo, más tarde ese día, cuando Namjoon dejó a los omegas solos, Jimin dijo aquello que Hoseok tanto temía.

—¿Qué opinas de Namjoon? —Jimin estaba preparando la cena mientras hablaba.

Hoseok, por su parte, estaba terminando de leer uno de los libros del librero ubicado en la sala de estar.

—Es un gran alfa, ¿verdad? —había continuado hablando Jimin—. Es como si el alfa de mis sueños se hubiera materializado.

Hoseok le había mirando con severidad, como si acabaras de decir una estupidez.

—Todos los alfas buscan lo mismo —se había limitado a responder—. Eres tan pequeño aún, estudia y consigue un buen trabajo para que puedas vivir libremente —hizo una breve pausa—. No acabes dependiendo de un alfa que odias. No acabes como yo.

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—¿Escuchaste los rumores de que Min YoonGi marcó a un omega? —cuchicheó la chica con una sonrisita burlona.