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🐢

ANHELAR.


YoonGi se detuvo frente al pequeño local, suspiró frotándose los cabellos oscuros y miró por la ventana del auto negro.

⟨Restaurante Bangtan⟩ un lugar mediocre en el que comía gente sin demasiado dinero.

Lo reconoció al instante; la delgada figura del omega de mechones rosas moviéndose a través del restaurante, con un bloc de notas en una mano y un bolígrafo en la otra, tomando los pedidos de los clientes.

Tomó su teléfono y buscó el número, echando miradas furtivas al omega para asegurarse de que no se fuera lejos.

El día de la visita de Hoseok se reproducía aún en sus recuerdos. Recordaba como las tazas en las que aquella molesta chica les ofrecía algo de beber se estampaban contra el suelo, y la forma en la que Hoseok se había derrumbado sobre el sillón y había roto en llanto. Después de eso YoonGi se había desmayado, y al despertar había encontrado una pequeña nota en su departamento con un teléfono y una amenaza.

Algo como: ⟨Trabajo en el restaurante Bangtan, este es mi número xxxxxxxxxx, si no me llamas, te demandaré.⟩

Se golpeó la frente contra el volante y se maldijo. En qué problema se había ido a meter. Bien decía Namjoon que sus citas nocturnas no podrían traer nada bueno.

Miró al omega. Incluso de lejos era una monada, con el flequillo sobre los ojos de forma juvenil, su delgada cintura y aquellos benditos jeans negros que apretaban sus muslos... recordó lo cálido que era su interior y lo bien que apretaba, la forma en la que gemía y su expresión mientras lo follaba tan duro.

Ese mocoso lo iba a llevar a la ruina, estaba seguro, tenía un presentimiento.

Luego de odiar al omega otro rato, pulsó el botón de llamar y siguió mirando al omega a través de la ventanilla. Tras dos pitidos el omega tocó los bolsillos de sus jeans y finalmente contestó.

Diga.

—¿Hoseok?

Sí. ¿Quién habla?

—Soy YoonGi. Min... Min YoonGi —hubo un silencio del otro lado de la línea que desesperó a YoonGi y lo hizo seguir hablando—. Estoy afuera, en un Maybach Exelero.

Vio como el omega alzaba la cabeza y miraba a su alrededor con confusión.

No sé qué sea eso.

YoonGi bufó, frotándose el entrecejo.

—Un auto negro. El más caro que veas, ese.

Voy para allá.

YoonGi dejó caer el teléfono en el asiento de atrás y escondió el rostro entre las gruesas manos.

—Hola —no alzó el rostro al escuchar la voz del omega, ¿cómo podía ser tan casual?

—Sube —respondió YoonGi de mala gana.

Estaba tan molesto con toda esta situación, y más aún, con él. Por convencerlo de hacerlo sin condón, de anudar dentro de él... por su molesto aroma, sus ojos y su nariz respingona.

INFÉRTIL ( 솝 )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora