Capítulo 9

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VICTORIA

Contemplo las luces de los edificios que iluminan la ciudad cuando la noche llega desde el balcón de la habitación que me dieron.

Me tomo por sorpresa que me diera una tan grande, estaba segura de que me dejaría dormir al lado de la basura.

No hubiera replicado, solo quiero estar con mi hijo, es lo único que me importa.

Mike fue por mi poco tiempo después que el abogado dejara mi apartamento, no me agrada la idea de verlos, no hice nada malo; sin embargo, ellos no conocen mis razones.

Sé que no hice nada malo, pero no quiero que piensen que soy una zorra, muchos dirán que no les importa lo que piensen los demás de ellos, pero a mi sí, no me gusta que piensen lo que no soy.

Rita, quien supongo es el ama de llaves, fue amable, me ofreció algo de cenar, me negué, no tengo hambre y tampoco quiero molestar.

Haré lo que tenga que hacer para no fastidiar en lo más mínimo, no quiero darle razones a Thomas para que se enoje y termine echándome.

Solo quiero estar con mi hijo.

Me lo repito cada segundo desde que estoy aquí, toleraré lo que sea con tal de estar presente en su vida.

Lo que sienta ya no importa, no es que no tenga amor propio, no es que quiera que me pisoteen, solo que ahora yo ya no importo, solo él.

Desde que supe que lo iba a tener se convirtió en el protagonista de mi vida.

Perdí a mi madre hace poco y fue muy duro, no puedo imaginar cómo sería crecer sin una desde niño.

El lugar donde mi hijo pasa las noches está frente a mi puerta, lo que me alivia, me preocupaba estar lejos durante la noche.

A la vez me deja un sentimiento desagradable, siempre dormimos en la misma habitación.

El camino hacia acá me desconcertó, estaba segura de que iríamos al otro lado de la ciudad, no tenía idea que había comprado este lugar.

Es más grande, más lujoso, es imponente, un lugar como este no podría ofrecerle a mi hijo ni en un millón de años.

Las oportunidades que tendrá con Thomas nunca las tendría conmigo, esa es una de las razones por las que no pensaba pelear, además, sé que no puedo ganarle, no tengo dinero, no tengo contactos, ya no tengo familia.

No quería resignarme a perderlo, pero siendo realista, en este momento no tengo nada que ofrecerle, no puedo ser egoísta, él estará mejor aquí.

Disfrutaré estar con él, el tiempo que lo tenga, hasta que su padre decida mandarme a la calle, sé que eso pasará, cuando se enamore y se case tendré que irme.

Cuando encuentre a la mujer ideal, si no es que ya lo hizo.

Me duele, pero sé qué pasará, el día que me fui entendí que ese sería el último día para nosotros en esta vida.

Escucho el llanto de mi hijo y me apresuro para llegar a su habitación.

-¿Qué pasa? –Lo tomo en brazos.

La niñera entra, me sonríe y me entrega el biberón.

-Soy su mamá. –Le digo al ver que con disimulo me ve de pies a cabeza.

-Lo sé, me lo dijo Rita, mi nombre es Cristina.

Extiendo mi mano para estrechar la suya. –Mi nombre es Victoria, Victoria Carson.

-Lo sé señora. –Por un segundo me descoloca que me diga, señora.

-No me digas, señora, dime Victoria.

VictoriaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora